Cómo detectar un trastorno de alimentación en la adolescencia
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Los complejos asociados con el físico son un problema general, pero sobre todo para los adolescentes. Por eso, es importante poder diferenciar si se trata solo de complejos o si pueden derivar en un trastorno de alimentación. Esto puede desembocar en conductas peligrosas por parte de los jóvenes, como la ingestión de sustancias peligrosas, recurrir a dietas extremas o tener conductas autodestructivas.
La prevención en los problemas de alimentación juega un papel muy importante. Muchos trastornos son graves y sus consecuencias pueden ser muy negativas en todos los ámbitos. En este artículo, vamos a ver cómo podemos detectar un trastorno de alimentación en la adolescencia para poder hacerle frente a tiempo.
Trastorno de alimentación, ¿cuál se da con más frecuencia entre los jóvenes?
Los dos trastornos de alimentación que más preocupan a los padres y que se dan con más frecuencia entre los adolescentes son la bulimia y la anorexia.
1. Bulimia nerviosa
Es un trastorno alimentario en el que se produce una preocupación excesiva por la comida. Esto da lugar a episodios de atracón, tras los cuales, los jóvenes intentan deshacerse de las calorías que han ingerido y llevan a cabo prácticas extremas para controlar el peso. Por ejemplo, se recurre a los vómitos, el ayuno o el uso de laxantes, entre otros.
2. Anorexia nerviosa
Es cuando se rechaza a mantener el peso normal correspondiente con la edad y la altura del adolescente. Se produce un miedo excesivo a engordar, a pesar de tener el peso por debajo de lo normal. Hay una distorsión corporal, ya que los jóvenes se ven con exceso de peso, cuando la realidad es inversa. Además, niegan que estén enfermos y, en el caso de las mujeres, puede aparecer la amenorrea (ausencia del período menstrual).
Señales de alerta para detectar un trastorno de alimentación en la adolescencia
Hay algunas conductas y comportamientos que pueden hacernos pensar que hay algo que no va bien. A continuación, vamos a ver algunas señales que pueden alertarnos de que nuestros hijos pueden comenzar a sufrir uno de estos trastornos. Lo importante es no alarmarnos y buscar la ayuda de un especialista que nos pueda orientar y asesorar.
- Cambios de humor e irritabilidad.
- Menos horas de sueño.
- Exceso de preocupación por el peso.
- Aumento de la actividad física o ejercicio compulsivo.
- Restricción de alimentos, sobre todos los de más alto valor calórico.
- Exceso del consumo de agua.
- Distorsión de su imagen.
- Pueden tener comida escondida almacenada en distintos sitios.
- Consumo excesivo de chicles sin azúcar.
- Bajo estado de ánimo y síntomas depresivos.
- Negación la enfermedad.
- Rechazan ir a comidas con más gente.
- Abuso del tabaco para tener menos ansiedad por comer.
- Sentimiento de culpa.
- Baja autoestima.
- Problemas de concentración y aprendizaje.
- Vómitos provocados.
Consejos para ayudar a los adolescentes con síntomas de trastorno de alimentación
Si nuestro hijo atraviesa un problema de alimentación, es importante apoyarlo en todo momento. No debemos olvidar que está en una situación emocional difícil y necesita el apoyo de todo su entorno.
Estos jóvenes tienen muy baja autoestima, lo que les crea inseguridades y un constante estado de ansiedad. En su mayoría, presentan problemas para la integración social, se sienten aislados y pueden ser víctimas de burlas, entre otros problemas.
Establecer unos hábitos alimentarios saludables
Unos buenos hábitos alimentarios van a ser muy importantes para tener una alimentación sana, fomentar la autoestima y favorecer la autoconfianza de los adolescentes.
Promover la unión familiar
La unión familiar es un factor protector para la prevención de estos trastornos. Debemos ofrecer unos buenos modelos de comportamiento, en los que lo más importante de la belleza sea la salud. Es clave ofrecer a nuestros hijos todos los recursos que tengamos a nuestro alcance para permitirles resolver por sus problemas por ellos mismos.
Compartir las comidas con los hijos
Compartir con los almuerzos y las cenas con los adolescentes es clave para promover la unión y los buenos hábitos alimentarios. También, es positivo aprovechar estos momentos para dejar que se expresen y nos cuenten sus problemas. Por su parte, los adultos debemos escucharlos sin juzgarles ni culpabilizarles.
Sobre cómo detectar un trastorno de alimentación en la adolescencia
Como ya hemos visto, es importante que detectemos de forma precoz los trastornos de alimentación en la adolescencia. Debemos tener en cuenta que unos buenos hábitos alimentarios en la familia van a ser un factor de protección ante este problema. Es importante que seamos coherentes entre lo que hacemos y pedimos a nuestros hijos. Por ejemplo, no podemos decirles que tengan buenos hábitos en su alimentación si nosotros no los tenemos.
Si llevamos a cabo estos consejos, podremos ayudar a los adolescentes con problemas de alimentación. Sin embargo, nunca debemos olvidar que será necesaria la ayuda de un profesional para poder asesorar, orientar y detectar las causas de este trastorno para su recuperación.
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