Cuánto tiempo pueden mantener la concentración los niños, según su edad

Es normal que los niños pequeños se distraigan con facilidad y no logren concentrarse por mucho tiempo. Te contamos qué es lo esperado para cada edad y cómo utilizar esta información.
Cuánto tiempo pueden mantener la concentración los niños, según su edad
Elena Sanz Martín

Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Escrito por Elena Sanz Martín

Última actualización: 06 septiembre, 2022

La capacidad de concentración de los menores es un asunto que preocupa a muchos padres. Al ver que sus hijos se distraen con facilidad pueden llegar a alarmarse y a preguntarse si existe algún problema de déficit de atención. Lo cierto es que esta es una capacidad compleja que se desarrolla progresivamente. En ocasiones, exigimos a los pequeños más de lo que pueden dar. Por esto, es conveniente saber cuánto tiempo pueden mantener la concentración los niños según su edad.

Esta preocupación es legítima si tenemos en cuenta que cada vez se habla más sobre el TDAH. Sin embargo, un niño que se distrae al leer, que cambia de actividad o de juego con frecuencia o que se levanta todo el tiempo mientras hace sus deberes, no necesariamente tiene un problema. Este trastorno suele ser sobrediagnosticado incluso por los profesionales. Por ello, antes de etiquetar a un niño, debemos fijarnos si su atención se corresponde con lo esperado para su grupo de edad.

¿Cuánto tiempo pueden mantener la concentración los niños?

La atención y la concentración son dos funciones esenciales durante la infancia, ya que de ellas depende el aprendizaje. Los niños, progresivamente, adquieren más control sobre sus recursos atencionales y son capaces de mantenerse enfocados durante más tiempo. Sin embargo, esto depende del desarrollo y de la maduración cerebral, no es un proceso que pueda forzarse.

Si quieres saber por cuánto tiempo debería poder concentrarse tu hijo, a continuación te dejamos una estimación según la edad:

Primer año

Durante el primer año de vida la atención del bebé es fugaz y voluble. El infante puede enfocarse en el rostro o en la voz de sus cuidadores, pero rápidamente se distrae ante cualquier estímulo ambiental. Su capacidad de concentración no supera los 4 o 5 minutos.

La capacidad de concentración de los bebés dura apenas entre 4 y 5 minutos. Estos suelen enfocarse en la voz de sus padres o en estímulos ambientales.

De 1 a 2 años

En este momento, los niños suelen centrar su atención en aquello que les causa curiosidad o que les resulta llamativo. Todavía no pueden controlar intencionalmente su atención y la concentración no se sostiene por más de 6 u 8 minutos.

De 2 a 3 años

A partir de esta etapa se desarrolla la atención voluntaria y el infante ya es capaz de controlar dónde pone su foco atencional. La capacidad para concentrarse también se incrementa, pero aún es reducida y ronda en torno a los 10 o 15 minutos.

De 3 a 4 años

El control de la atención se incrementa. Tu hijo de esta edad ya será capaz de cambiar su atención a voluntad y de mantenerse concentrado durante unos 15 o 20 minutos. Lo logrará especialmente si el estímulo o la tarea son de su agrado. No obstante, es fácil que se canse y que desee cambiar de actividad si esta no le resulta atractiva.

De 4 a 5 años

A esta edad un niño puede ser capaz de concentrarse hasta por 25 minutos (aunque suele ser menos). Además, comienzan a usar la atención dividida, por lo que prestan atención a varios aspectos mientras se concentran en una tarea. Por ejemplo, pueden escucharte y responder a tus preguntas mientras juegan con plastilina.

De 6 a 9 años

Ya en la etapa escolar, la capacidad de concentración de los niños se incrementa de forma importante. Un pequeño de esta edad puede sostener su atención en una tarea por períodos de entre 30 y 45 minutos. Además, pueden atender deliberadamente a una tarea o actividad, incluso si no les agrada. Estos son dos avances muy importantes para poder adquirir aprendizajes académicos.

No obstante, aún es posible que el niño se distraiga en lapsos de tiempo mucho más breves si está aburrido. Cuando esto ocurre, es probable que desee cambiar de actividad o que necesite pequeños descansos intermedios.

A partir de los 10 años, los niños se pueden concentrar por mayor cantidad de tiempo. Incluso pueden distraerse y volver a enfocarse en el tema.

10 años en adelante

Desde esta edad en adelante, los niños y los jóvenes son capaces de concentrarse por períodos cada vez más prolongados, de entre 50 minutos a más de una hora. A pesar de la distracción, pueden volver a enfocarse y a continuar en su tarea. Sin embargo, al igual que ocurre con los adultos, todo dependerá de la actividad. Además, incluso en esta etapa serán necesarios los descansos mentales.

Cómo ayudar a mantener la concentración a los niños

Como ves, la capacidad para mantener la concentración de los niños aumenta de forma progresiva a medida que crecen. Esto se encuentra en relación con la maduración del córtex prefrontal, que es un área cerebral que no termina de desarrollarse hasta pasada la adolescencia. Por esto, conviene ser pacientes y conscientes del momento evolutivo en que se encuentra el niño para no exigirle más de lo debido.

De todos modos, hay ciertas formas en las que podemos potenciar la atención y la concentración de los más pequeños. Estos son algunos ejemplos:

  • Fomentar la motivación: las actividades llamativas y agradables despiertan más la curiosidad y potencian la concentración de los más pequeños. Por ello, es interesante tratar de enfocar las tareas de una forma original que les motive a involucrarse.
  • Tener en cuenta los ritmos circadianos y el estado de las necesidades: hay ciertos momentos del día en que un niño es más capaz de concentrarse que en otros. Si tiene sueño, hambre, está cansado o irritado, su concentración no será la mejor y este no será el momento idóneo para trabajarla.
  • Presta atención al entorno: si deseas que tu hijo permanezca concentrado, es importante que el entorno esté libre de distracciones y de estímulos irrelevantes. Por ejemplo, tener la televisión de fondo o al resto de los hermanos jugando en la misma habitación pueden ser fuertes distractores. Un espacio desordenado, sucio o mal iluminado puede tener el mismo efecto.
  • Organiza los tiempos: el objetivo es motivar a los niños a terminar la tarea que han emprendido, pero es muy posible que necesiten hacer ciertos descansos. Estos pueden programarse de acuerdo con la información anterior sobre el tiempo de concentración según la edad. Tras descansar unos minutos, pueden retomar su tarea.

Por último, no podemos pasar por alto el efecto que las pantallas y la tecnología tienen sobre los más pequeños. Los dispositivos móviles, las aplicaciones y las redes sociales afectan su capacidad de concentración, por lo que es importante limitar su uso. Por el contrario, algunas actividades como realizar técnicas de respiración, pintar mandalas, formar puzzles o copiar dibujos estimulan esta función, por lo que son una excelente alternativa de entretenimiento.


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