Sensibilidad a los olores en el embarazo: lo que necesitas saber

Al menos el 80 % de las mujeres presenta un aumento de la sensibilidad a los olores en el embarazo. ¿Quieres saber por qué ocurre? ¡Averígualo aquí!
Sensibilidad a los olores en el embarazo: lo que necesitas saber

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 02 julio, 2023

Es frecuente que una mujer experimente mayor sensibilidad a los olores durante el embarazo, lo que se conoce como hiperosmia. Incluso, un estudio realizado a mujeres embarazadas reveló que aproximadamente el 60 % de estas presentaba náuseas ante ciertos aromas cotidianos. Pero la pregunta de muchas futuras mamás es si se trata de un cambio gestacional o de una cuestión sensorial. Sigue leyendo y descubre la respuesta.

Por qué aumenta la sensibilidad a los olores en el embarazo

Existe cierta controversia acerca de la hiperosmia y los científicos han elaborado diversas hipótesis para intentar explicar la causa más probable de la misma. A continuación, te compartimos algunas de ellas.

Para algunos investigadores, las náuseas y los vómitos del embarazo podrían deberse a un mecanismo de defensa para proteger a la madre y al bebé.

Teoría de adaptación

Según un artículo publicado en la década del 90, se postuló la idea de que las náuseas y los vómitos del embarazo responden a un mecanismo adaptativo y de defensa. Dicho trabajo sugería que en el primer trimestre, cuando el embrión es más vulnerable a las toxinas, estos síntomas lo protegerían de aquellas sustancias potencialmente teratogénicas o abortivas.

La sensibilidad olfativa de la gestante disminuye con el tiempo, a la vez que aumenta la necesidad de nutrientes del feto. Esto estimula a la madre a incrementar la ingesta de nutrientes, como vitaminas y minerales, para cubrir los requerimientos del futuro bebé.

Teoría sobre la relación cognitiva y los factores hormonales

Otros científicos argumentan que la sensibilidad a los olores de las mujeres embarazadas ocurre por los cambios fisiológicos del primer trimestre del embarazo. También, encontraron que hacia el final de la gestación y hasta 6 a 8 semanas posparto muchas madres experimentaban cambios en la sensibilidad olfativa, ya sea menos (hiposmia) o más (hiperosmia).

Los factores implicados en estos cambios fisiológicos son los siguientes:

  • Factores hormonales: el aumento de hCG (hormona gonadotropina humana) y de hormonas tiroideas podría influir en la aparición de este fenómeno, así como las alteraciones en la función del hígado o la infección gástrica por la bacteria Helicobacter pylori.
  • Factores cognitivos: se ha propuesto la posibilidad de un aspecto psíquico en el que la madre presente sentimientos reprimidos o inconscientes de rechazo o ambivalencia hacia el feto.

“El embarazo no modifica el olfato”

Algunos trabajos más recientes insisten en que no existen cambios significativos en la sensibilidad a los olores en el embarazo. En este sentido, los expertos refieren que dicha percepción no difiere de aquella que presentan las mujeres no embarazadas o los hombres. No obstante, no descartan la posibilidad de que las náuseas y los vómitos matutinos podrían tener un efecto protector sobre el embrión.

Otras teorías proponen que el olfato no se modifica durante la etapa de gestación, al menos en forma significativa.

Sea cual sea la explicación…

Sea cual sea la explicación científica de la sensibilidad olfatoria, la futura mamá siempre debe estar atenta al consumo de alimentos o sustancias potencialmente nocivas para ella o para su bebé. En este sentido, es clave asesorarse con el ginecólogo en caso de que se presenten dudas.

La evaluación obstétrica es importante, especialmente en caso de que exista alguna patología crónica o recientemente adquirida por la madre que altere los sentidos.

Consejos para disminuir las molestias ocasionadas por la hiperosmia

Como vimos, la sensibilidad a los olores en el embarazo puede ser muy molesta. Sin embargo, se puede disminuir con algunos simples trucos, como evitar el consumo de platos muy condimentados, seleccionar aquellos alimentos con poca grasa y que no emanen olores fuertes, limitar el uso de ambientadores artificiales y ventilar los ambientes de la casa todos los días.


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