Cómo reaccionar si tu hijo se da un golpe

Cuando un niño se pega un golpe es normal que los padres se pongan nerviosos. Pero es importante mantener la calma y saber cómo actuar.
Cómo reaccionar si tu hijo se da un golpe
María José Roldán

Revisado y aprobado por la psicopedagoga María José Roldán.

Última actualización: 01 mayo, 2020

Desde que los niños empiezan a andar, el peligro por las caídas o un golpe está presente día tras día. El pequeño corre, sube y baja del tobogán, salta, trepa, juega sin parar… Pero claro está, esto incluye que el número de caídas y golpes aumente.

La gravedad depende del lugar donde se produzca. No es lo mismo un golpe en la cabeza que un rasguño en un brazo. Normalmente las caídas son los accidentes más frecuentes en los niños, las lesiones son leves y se producen en las extremidades (brazos y piernas).

Cuando el impacto es en la cabeza, puede ocasionar desde un ligero traumatismo a algo más grave. ¿Cómo tenemos que reaccionar si nuestro hijo se da un golpe? Pues depende de cómo haya sido la caída y donde se haya producido la lesión.

¿Qué debemos hacer si nuestro hijo sufre una caída o un golpe?

Vamos a pasar a analizar los tipos de caídas y cómo debemos actuar. No pierdas detalle porque dependiendo del tipo de lesión tendrás que actuar de una manera u otra. Aunque lo más importante en todos los casos es que no pierdas la calma.

1. El niño se cae y se hace un rasguño

Si el niño empieza a llorar, lo primero es calmarlo. Le decimos que a todos nos puede pasar y que sabemos que le duele pero que pronto pasará. Le pedimos que se tranquilice porque mamá o papá le van a curar la herida. Lo siguiente que tienes que hacer es tener las manos limpias y después lavar bien la herida con agua a chorro. Si estas fuera de casa, una fuente o una botella bastará. Después desinfecta la herida con alcohol, agua oxigenada o clorhexidina. No uses algodón es mejor una gasa o un pañuelo de papel, el algodón deja fibras.

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2. Cuando la caída produce una hinchazón “chichón” con hematoma

Como se ha mencionada anteriormente, lo primero de todo es calmar al niño. Después se le pone agua fría o hielo (bolsa de guisantes congelados, refresco frio envuelto en un pañuelo, etc.) de 10 a 20 min en la zona para que baje la inflamación. Si es en un brazo, lo elevamos para que el flujo sanguíneo disminuya y así el hematoma también. Si es en la cabeza y el niño pierde el conocimiento o le produce vómitos y fiebre, hay que llevarlo al pediatra.

3. El golpe en un ojo

Si le han dado un golpe o le han tirado arena en el ojo, échale agua a chorro para lavarlo. No se lo frotes ni lo presiones porque se pueden producir heridas posteriores que pueden ser más graves. Ante un golpe en un ojo siempre hay que ir al médico para que vea la herida y nos diga exactamente lo qué tiene y qué debemos hacer.

4. Un golpe en la boca

Estos golpes suelen producir sangrado, porque a veces el niño al caer se muerde la lengua o el labio, por lo que se produce dicho sangrado. Ante esto el niño suele reaccionar llorando y se asusta. Tenemos que mantener la calma ante todo, tienen que vernos calmados, transmitiéndoles seguridad. Hay que enjuagarle la boca, si se trata de los dientes de leche no pasa nada. Si se trata de los dientes definitivos, depende del golpe; hay que valorar llevarlo al dentista.

5. Se ha roto un hueso

Además del dolor, se puede producir deformidad e imposibilidad de movimiento y debemos acudir inmediatamente a un centro sanitario. Hay que intentar inmovilizar la zona que creemos que pueda estar rota. Si es una pierna, la colocamos sobre un cartón o madera y se lo atamos por tres sitios.

6. Un golpe en la cabeza

Los golpes más graves son los que se producen en la cabeza y depende de la intensidad de éste hay que llevarlo inmediatamente a un centro o llamar al 112. Debemos llamar cuando se produzcan:

  • Vómitos repetitivos
  • Desorientación
  • Convulsiones
  • Pérdida de conciencia
  • Somnolencia o no responde a estímulos.
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Es importante que vigilemos al niño cuando se vaya a dormir, y despertarlo cada hora para comprobar que sus funciones sean normales. Ante cualquiera de estos golpes o caídas, es normal que reaccionemos poniéndonos nerviosos, es nuestro hijo y sufrimos por él. Pero hay que mantener la calma ante todo, no es conveniente que el pequeño nos vea ansiosos, hay que transmitirle seguridad. Aunque por dentro estemos sufriendo.

Recuerda que la prevención es la mejor solución para evitar un susto. Son niños y debemos tomar medidas de precaución pero al mismo tiempo, dejándoles explorar el mundo que les rodea. Que se hagan daño es normal, pero debes indicarles medidas de seguridad para que sepan protegerse a ellos mismos.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.