Si eres padre o madre reciente es más que probable que entiendas la desesperación que se puede sentir cuando no se duerme lo suficiente por la noche. Padres y madres con sueño pueden buscar soluciones en cualquier parte para intentar ganar algunas horas más de sueño por la noche. Algunos padres y madres pueden buscar la ayuda de un quiropráctico para intentar que su bebé duerma mejor por la noche.
Un bebé que duerme poco puede llegar a ser muy desesperante para unos padres cansados que necesitan de todas sus energías para poder afrontar los días venideros. No siempre resulta obvio las causas que causan que un bebé duerma pocas horas. Puede ser hambre, malos hábitos del sueño, cólicos, dolores, bebés muy sensibles a la estimulación… Cada niño es un mundo diferente.
Son muchos los padres que acuden al médico, a pediatras e incluso a terapeutas cuando se trata de problemas del sueño para el bebé.
En los últimos años los quiroprácticos también se han convertido en otra opción para algunos padres y madres. Los quiroprácticos optimizan el sistema nervioso para minimizar el dolor y la rigidez. Aunque también hay padres y madres que se muestran algo reticentes.
Pero, ¿realmente funciona?
Los quiroprácticos no prometen una cura milagrosa para los problemas del sueño en los bebés. De hecho, tienden a ver los problemas del sueño como parte de un problema más general de los bebés que suelen estar irritables como los cólicos o algún dolor. El sueño es un tema muy complejo en los bebés ya que tienen un reloj interno que nada tiene que ver con el reloj de los adultos.
Además, cada bebé es un mundo diferente y responderán diferente. Un quiropráctico no es la panacea para el sueño de los bebés, pero tampoco funcionará de manera aislada. Lo ideal es que los padres realicen buenas rutinas del sueño para ayudar con el problema.
En ocasiones incluso, puede que un bebé duerma las horas que necesita pero con sus despertares nocturnos, los padres no descansen y se desesperen.
Con éxito la solución de los dilemas del sueño en los lactantes requiere un enfoque multidisciplinario, con profesionales que pueden trabajar juntos durante el proceso de ayuda para que un bebé duerma mejor.
Si vas al pediatra porque tu bebé duerme poco, lo primero que se comprobará es si hay un buen estado general de salud y que no sufre de nada que pudiera afectarle al sueño (como alguna infección o dolores de diferente tipo).
Señales de que tu bebé puede tener dolor
Los quiroprácticos pueden ayudar a tu bebé cuando sienten dolor. Al final del embarazo, no hay apenas espacio para que los bebés se muevan y pasan unas semanas tumbados en la posición perfecta para el nacimiento, que es la cabeza hacia abajo y ligeramente girados.
El cuello está en una posición bastante restringida y fija. Si la frente se acuña en parte de la pelvis, el cuello puede ser forzado y después del nacimiento estos bebés pueden sentir dolor.
Hay algunas señales que te pueden indicar que tu bebé puede sentir dolor:
- Tu bebé está bien cuando lo coges en brazos y le acunas pero se irrita cuando lo tumbas de forma plana
- Se alimenta de un lado y no quiere otra posición
- Cuando llora cambiándolo de posición
- No le gusta la silla de paseo ni la cuna
Muchas personas piensan que cuando se acude al quiropráctico es para los dolores de huesos y que siempre hacen mucho daño en los movimientos o en sus técnicas.
Pero para nada tiene que ser así, y mucho menos en un bebé. Un quiropráctico aplica la presión con sus propios dedos y siempre de forma suave. Solo quiere el bienestar del paciente, tenga la edad que tenga.
Muchos en el mundo de la medicina son escépticos del tratamiento quiropráctico. No hay estudios que digan que realmente es eficaz, simplemente los testimonios de las madres que unas aseguran que sí fue bien para sus bebés y otras que no estaban seguras. La estimulación del sistema nervioso parasimpático parece relajar el bebé. Es una combinación de calor, masaje, y el trabajo con los padres.