¿Qué hacer para curar las aftas en niños?
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Las aftas (o llagas) son úlceras que se producen en la boca y generan ardor, dolor y un gran malestar al comer. En los niños, estas lesiones pueden significar un verdadero padecimiento. Y lo que es peor, algunas de ellas pueden resultar muy duraderas. Por eso conviene conocer los trucos para curar las aftas de tus niños.
No hay que ser ningún experto para identificar una llaga en la boca de los pequeños. Esta se caracteriza por ser redonda, de color blanco o amarillento y por estar rodeada de un área roja. Además, su dolor característico provoca quejas constantes —y lógicas, por supuesto— por parte de los niños.
Las molestias se intensifican al ingerir alimentos calientes, salados, picantes o ácidos y también, con la ingesta de ciertos líquidos o al cepillarse los dientes. Generalmente, las aftas en los niños y en los bebés aparecen solas y se van solas al cabo de 7 a 10 días.
Causas de las aftas en niños
No siempre es posible determinar el origen de las aftas de los niños. Sin embargo, muchas pueden aparecer como consecuencia de una infección viral. Otras, en cambio, pueden deberse a reacciones a ciertos alimentos agresivos para la mucosa, como los picantes o aquellos muy calientes.
El estrés y la falta de vitaminas y minerales (como el hierro, la vitamina B12 o el ácido fólico) también predisponen a la aparición de las llagas. Asimismo, algunos problemas bucales como una limpieza muy agresiva, un arreglo dental o una mordedura en el labio puede desencadenar esta respuesta.
Sea cual sea el origen de las aftas es recomendable atacar el problema, en lugar de esperar a que desaparezcan solas.
¿De qué manera curar las aftas en niños?
Las llagas o aftas aparecen en las encías, en el borde interno de los labios o en la cara interna de las mejillas. Por este motivo, están expuestas al contacto con todos los alimentos que el niño ingiere y despiertan gran dolor. Entonces, se hace muy importante contar con los conocimientos apropiados para aliviar los síntomas y, a continuación, te contamos cómo hacerlo.
1. Paracetamol para el dolor
La solución más efectiva para aliviar el malestar provocado por las aftas es el uso de medicamentos analgésicos. Por eso, si el niño manifiesta un dolor moderado o intenso, lo mejor será consultar al médico para que le prescriba el fármaco más apropiado. El paracetamol es una opción segura para bebés y niños de cualquier edad.
2. Solución antiséptica
Las soluciones antisépticas se aplican con un pequeño pincel o con un rociador especial. Con una pequeña dosis de antiséptico unas 3 o 4 veces al día las llagas desaparecerán en poco tiempo.
3. Enjuagues bucales
Existen algunos colutorios de venta libre que son eficaces en estos casos. Eso sí, deben evitarse aquellos que contengan alcohol, dado que producen mayor irritación. Lo mismo sucede con los enjuagues de agua y sal, que suelen generar bastante dolor en la boca de los pequeños.
Descubre más: Tips para una correcta higiene bucal infantil
4. Otros medicamentos
En ciertas ocasiones puede ser necesaria una intervención médica más específica para atacar el desencadenante de las llagas. En estos casos, suelen prescribirse algunos fármacos como los antihistamínicos, los corticoides y los antifúngicos. En ocasiones, esto se conoce como solución wonder y puede ser preparada en farmacias.
Una medida muy efectiva para curar las aftas en niños y para prevenir su aparición es el tratamiento de los problemas digestivos, como las intolerancias o alergias a ciertos tipos de alimentos.
5. Consumir vitamina B12
La vitamina B12 es un compuesto muy necesario para asegurar la salud del organismo. Cuando se consume en dosis adecuadas en la dieta sirve para favorecer la producción de glóbulos rojos y ciertas funciones del tejido nervioso.
Un pequeño ensayo clínico pretendió determinar la efectividad de la suplementación con vitamina B12 diaria en pacientes con estomatitis aftosa recidivante durante 6 meses. Los resultados revelaron una mejoría clínica significativa en el grupo experimental respecto al control (que solo recibió un placebo).
A pesar de que no es lo mismo tener aftas ocasionales que una estomatitis, esta sustancia se considera segura y de bajo coste. Además, el estudio fue hecho en adultos. Conviene consultar con tu pediatra sobre la posibilidad de recurrir a este tipo de tratamiento antes de usarlo.
Descubre más: ¿Es necesario dar vitaminas a los bebés?
6. Aplicar un gel de aloe vera
Uno de los productos naturales más utilizados para aliviar lesiones de piel y mucosas es el aloe vera. Es probable que sus efectos antiinflamatorios e inmunoestimulantes permitan mejorar las aftas bucales en los niños, además de ser una sustancia generalmente bien tolerada.
Al respecto, un estudio publicado en Dental Research Journal reveló que la aplicación de un gel de aloe vera al 2 % en pacientes adultos con lesiones activas durante unas dos semanas provocó un gran beneficio. La intensidad del dolor, el tamaño de las lesiones y el tiempo de curación fueron los indicadores que mejoraron con este tratamiento.
6. Medidas generales útiles
En la mayoría de los casos, las aftas de los niños desaparecen por sí solas al cabo de unos días. De esta manera, la aplicación de los medicamentos antes mencionados puede no ser necesaria.
No obstante, existen algunas medidas generales que se pueden implementar para disminuir la incomodidad del infante:
- Evitar la ingesta de alimentos salados, picantes, ácidos o calientes. Todos ellos pueden causar mayor irritación en la mucosa oral dañada y aumentar el dolor.
- Ofrecer una dieta blanda y fresca durante algunos días, con alimentos de fácil masticación y deglución.
- Mantener una buena hidratación. Además de limitar la ingesta, las aftas pueden acompañarse de fiebre, vómitos o diarrea. De esta manera, predisponen a los niños a deshidratarse, sobre todo a los más pequeños. Por eso, es necesario ofrecer agua fresca constantemente y de diversas maneras (biberón, cuchara, vaso) para que el pequeño opte por la forma que menos le moleste.
- Procurar una adecuada higiene bucal sin lesionar, para favorecer a la cicatrización de las lesiones.
¿Cuándo debo preocuparme?
Como señalamos antes, las aftas pueden aparecer en los niños como un síntoma de una infección viral. Por ese motivo, si el pequeño presenta otras señales de una patología infecciosa (fiebre, tos, ganglios inflamados) será necesario realizar la consulta con el médico.
También debemos estar atentos a que este malestar no se prolongue demasiado y que no interfiera con la hidratación del pequeño. Si el niño luce muy decaído o el dolor es muy intenso, habrá que acudir al médico.
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