¿Qué es la educación al aire libre?

Gracias a la educación al aire libre, los niños tienen contacto con la naturaleza y aprenden las asignaturas como un todo, no diferenciadas. Sirve, además, para potenciar el trabajo en equipo y aprender a respetar el medio ambiente.
¿Qué es la educación al aire libre?
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Yamila Papa

Última actualización: 20 septiembre, 2019

Las generaciones van cambiando, de eso no hay dudas. Hoy en día, los niños se aburren con la enseñanza conocida como ‘convencional’. Por eso es que muchas escuelas y padres están llevando a cabo lo que se conoce como educación al aire libre. ¿Te gustaría saber de qué se trata? Entonces sigue leyendo este artículo.

Qué es la educación al aire libre

Hasta hace unos años, la única manera de aprender —según se creía— era en un lugar encerrado, donde los niños pudiesen prestar atención y enfocarse en la pizarra frente a sus ojos. Sin embargo, todo eso ha cambiado y, si bien se sigue manteniendo el salón de clases, cada vez son más las escuelas que optan por una educación al aire libre.

Básicamente, se trata de un concepto en el que la naturaleza y el cuidado del medio ambiente son una parte muy importante de la enseñanza. Además, en este tipo de educación se permite que los pequeños sean más creativos, que respiren aire puro y que practiquen deporte casi sin darse cuenta.

La educación infantil al aire libre se puede llevar a cabo en un parque, en el patio de la escuela, en una huerta, en la playa, en el campo, en el bosque, en la montaña… donde se desee.

Este modelo puede sonar algo novedoso en ciertos países, pero lo cierto es que en naciones como Alemania, Noruega, Finlandia y Suecia ya tiene bastante presencia, tanto en iniciativas privadas como públicas.

Finalidad de la educación al aire libre

El principal objetivo de este método es que los niños estén en pleno contacto con la naturaleza desde pequeños, incluso si viven en una gran ciudad.

Esta relación con el medioambiente permite un mejor desarrollo físico y mental de los infantes, quienes están estimulados por lo que ven a su alrededor sin que eso afecte su aprendizaje “tradicional”; es decir, el relativo a materias como matemáticas, literatura, historia, etc.

Las salidas al campo con niños les brindan oportunidades para explorar y divertirse.

“En una etapa crucial de la vida como es la niñez, es muy importante que los alumnos establezcan los pilares sobre los que luego sustentarán su adultez”

La educación al aire libre no deja de lado las asignaturas convencionales, pero priman otras cuestiones, como la creatividad, el autoestima, la autonomía, el espíritu emprendedor, el trabajo en equipo, la autoconfianza, el respeto y la protección de los recursos naturales.

Cómo experimentar la educación al aire libre

Es una realidad que los niños que viven en las grandes ciudades tienen un “déficit” en cuanto a contacto con la naturaleza. Esto los convierte en pequeños adictos a la tecnología y las pantallas y reduce notablemente la relación que tienen con otros de su misma edad.

Por eso, la educación al aire libre es una excelente manera de permitirles el contacto con el medio ambiente y, principalmente, ofrecerles espacios más grandes donde relacionarse que un salón o su habitación.

Algunos niños van a campamentos de verano a las afueras de su ciudad y regresan completamente cambiados —para bien—. Si bien esto complementa a la educación, no es suficiente. Cuando somos pequeños, necesitamos más espacio donde movernos a nuestro gusto; eso se consigue en aquellas escuelas en las que pregonen la educación al aire libre.

¿Cómo son las clases en estos colegios?

La premisa de estas instituciones es que “la naturaleza es el aula” y tratan de que la mayor parte de la jornada escolar sea en exteriores. Pueden aprovechar para armar una huerta, almorzar a la sombra de un gran árbol, analizar los insectos, hacer avistaje de aves, aprender de agricultura y ganadería y hacer ejercicio en el césped.

Igualmente, también hay aulas con techo y paredes donde se realizan otras actividades o se guarecen los días de mucho frío o calor, lluvia o nieve.

El recreo, un momento necesario para los niños.

Si quieres llevar a tus hijos a una escuela que ofrezca educación al aire libre pero no estás segura de si es adecuada para ellos, simplemente tienes que visitar un establecimiento que siga esa corriente.

Las clases se forman con grupos reducidos de niños —no más de 25— de diferentes edades. Ahí, ellos van aprendiendo diferentes asignaturas totalmente unidas entre sí. Esto quiere decir que no hay clase de matemáticas, clase de biología o clase de literatura, sino que aprenden como un todo, combinando los conceptos.

Por supuesto, también hay tiempo libre para jugar, hacer excursiones, aprender idiomas, música, artes y todo aquello que los niños necesitan para desarrollar su intelecto. En definitiva, son alternativa muy completas y con creciente popularidad en todo el mundo.


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