Cómo prevenir una explosión emocional en los niños

Cómo prevenir una explosión emocional en los niños
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Última actualización: 30 julio, 2019

Si eres mamá de un niño pequeño, entonces sabrás perfectamente qué es una rabieta o una explosión emocional. Los niños son seres emocionales y no saben controlar los sentimientos que les generan más intensidad. Es por eso, que si quieres mantener tu cordura y que haya paz en tu hogar, entonces deberás aprender a cómo prevenir una explosión emocional en los niños. Pero, ¿cómo conseguirlo?

Consejos para prevenir una explosión emocional en los niños

1.  Las acciones hablan más que las palabras

No golpees, ni grites… Si lo haces, tu hijo copiará tu comportamiento por lo que después, no te eches las manos a la cabeza si tu hijo pequeño te grita o incluso te levanta la mano. Si quieres que tenga un buen comportamiento deberás ser un buen ejemplo y sobre todo, deberás ser una buena guía. Corrige la situación y enséñale cuál es el comportamiento adecuado.

2. Alabanzas y recompensas

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Si quieres que tu hijo repita las conductas buenas entonces deberás alentarlo para que así sea. Para repetir las conductas buenas se deberán sentir bien para hacerlas, una forma de conseguirlo es recompensarle con buenas palabras y elogios. Por ejemplo, puedes decirle cosas como: ‘muy bien’, ‘estoy muy contenta’, ‘eres un bebé muy inteligente’.

 

3. Momentos de diversión

Los niños pequeños suelen odiar las actividades cotidianas que son demasiado rutinarias o que parecen tareas obligadas. Por ejemplo, es posible que quieran evitar el lavarse los dientes o bañarse… ¡sobre todo si es aburrido y les interrumpe su momento de juego! Así que la mejor manera de conseguir que todo ruede es que sea divertido para ellos. Puede ser una competencia o jugar con tu pequeño, ¡la diversión es el mejor momento para todos!

4. Estructura y rutina

A los niños les gustan las rutinas y las estructuras porque les hace sentir seguros, cómodos y sobre todo, saber qué es lo que viene después. Las rutinas hacen que los niños piensen que tienen un poco de control en su entorno y esto les hará estar más tranquilos. Por eso, no olvides tener horarios específicos para el baño, para comer, para jugar, para leer cuentos y para dormir. 

5. Ignorar los malos hábitos o berrinches innecesarios

A veces los niños pequeños tienen pequeños malos hábitos o berrinches solo para llamar la atención, por ejemplo, gritar en público, o dejar caer cosas en el suelo. Si reconoces ese comportamiento o le prestas más atención de lo que deberías, estarás potenciando un refuerzo negativo y tu hijo repetirá este comportamiento indeseado en el futuro. Ignorar estas pequeñas cosas y, finalmente, en ausencia de una audiencia, el niño dejará de hacerlo.

6. Dar dos opciones y alternativas

Las alternativas y las opciones también permite que los niños sientan control sobre lo que sucederá a su alrededor. En este sentido, no dudes en darle la oportunidad de escoger. Por ejemplo, en la hora de la merienda puedes preguntarle si prefiere un bocadillo o un yogur, o cuando sea la hora de vestirse, puedes preguntarse si prefiere una camiseta en concreto u otra diferente (entre dos opciones).

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De esta manera sutil, las dos opciones que le estarás dando le ayudará a sentir el control y a evitar situaciones en la que tu hijo se centre en un comportamiento en concreto solo por salirse con la suya. Si le das opciones, aunque las hayas escogido tú de antemano, tu hijo sentirá que tiene el control de decidir por y para él mismo. Darle a un niño la oportunidad de elegir es respetarle.

7. Ayuda o distrae

A veces un niño pequeño quiere poner a su oso de peluche en la parte superior de una estantería, pero físicamente no puede. Esto produce frustración y quizá un berrinche. Si lo que tu hijo está tratando de hacer es seguro, ayúdale a conseguirlo. Si lo que él o ella está tratando de hacer es inseguro -por ejemplo cuando pone algo peligroso en su boca-, entonces lo necesario será la distracción y desviar su atención a otra actividad.

8. Conversación positiva

Evita decir demasiadas veces la palabra ‘no’ y resérvala únicamente para momentos de peligro (y si le dices que no a algo, dile por qué no). En lugar de decirle a tus hijos lo que no deben hacer, explícales qué es lo que sí tienen que hacer, así sabrán que es lo que se espera de ellos en cada momento. Por ejemplo, puedes decirle algo como: ‘Un niño amable presta sus juguetes a sus hermanos’, así tu hijo se sentirá querido y mejorará su comportamiento.


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