¿Por qué hay padres que tienen miedo a la adolescencia?

Para que la adolescencia deje de ser una etapa temida para los padres, abrir espacios de diálogo y de escucha es esencial.

Escrito y verificado por la psicóloga Maria Fátima Seppi Vinuales.

Última actualización: 12 diciembre, 2022

La adolescencia se presenta como un fantasma para los progenitores. La búsqueda de independencia, la mayor cercanía con sus pares y un cierto desafío a la autoridad hacen que esta etapa evolutiva se viva con cierta inquietud. Pero, ¿por qué tanto miedo a la adolescencia? Te lo contamos a continuación.

Características de la adolescencia

La adolescencia no es única ni se vive de la misma manera. La misma se ve influenciada por distintos factores y, entre ellos, los socioculturales tienen gran peso. Incluso, tiene sus propias diferencias con respecto a la misma etapa de otras generaciones.

Sin embargo, sí podemos afirmar que hay una serie de características comunes a este momento. Incluso, muchos autores las agrupan bajo la etiqueta de síndrome de la adolescencia normal. De esta manera, se intenta mostrar de qué modo algunos nuevos comportamientos, incluso disruptivos, forman parte de lo esperado.

A modo de síntesis, podemos mencionar los siguientes:

• Búsqueda de la identidad: tiene una particular intención por diferenciarse, por explorar quiénes son y por tomar sus propias decisiones. Viene de la mano de la pérdida de idealización y de las primeras críticas a los padres.
• Importancia del grupo de pares: en ocasiones, esto incluye un distanciamiento y cierta oposición respecto de los progenitores. Los adolescentes quieren empezar a verse más por sí mismos y menos por aquel niño que fueron.
• Cambios de humor: de un momento a otro, los jóvenes pueden pasar de la alegría a estar irritados, tristes o a sentir que es el fin del mundo. Así, aparecen las emociones intensas y extremas.

Descubre por qué los padres le tienen miedo a la adolescencia

Más allá de las características mencionadas, la adolescencia también es una puerta de ingreso a nuevas experiencias. Entre las situaciones que más temor genera a los progenitores se encuentran las siguientes:

Consumo de alcohol y otras sustancias

Es posible que los adolescentes puedan verse tentados a consumir alcohol en una búsqueda de vivir nuevas experiencias. También, es posible que tomen contacto con otras sustancias, como la marihuana.

Primeras salidas nocturnas

También, en esta etapa cambian los planes. El juntarse para jugar a la pelota puede convertirse en una salida a una fiesta, en donde también hay jóvenes de mayor edad y en donde se surgen otras dinámicas. Las salidas nocturnas suelen venir de la mano con el alcohol.

Exploración de la sexualidad

Esta es una etapa en donde el interés por el otro también implica nuevas y distintas formas de acercarse. En consecuencia, puede aparecer el enamoramiento, las primeras relaciones sexuales y otras formas de vivir la sexualidad, como la masturbación. Con ello, preocupan las infecciones de transmisión sexual, el embarazo no intencional adolescente o la pornografía. Se trata de uno de los miedos más comunes a la adolescencia, porque los adultos no saben cómo abordar el tema.

Baja percepción del riesgo y dificultad en el control de los impulsos

Los adolescentes creen que lo pueden todo. Esto hace que, muchas veces, se expongan a situaciones de peligro. Además, esto se ve potenciado por el hecho de buscar la aceptación de sus pares, por lo cual se vuelven incapaces de poner límites y de decir que no.

Cambios en el cuerpo

No se trata por los cambios corporales en sí mismos, sino por el modo en que el adolescente los vivencie. En esta etapa, empieza a sentirse la preocupación por la figura y la presión por los ideales de belleza, en donde hay cuerpos que son hegemónicos.

Esto resulta perjudicial para la autoestima y la salud de los jóvenes. Por ejemplo, las chicas se ven tentadas a mantener una figura delgada pero con curvas. Por ello, terminan por incursionar en dietas imposibles y en tallas ajustadas. En el caso de los varones, se los desafía por la musculatura o por la aparición de la barba para parecer algo mayores. Además, a esta edad son más frecuentes los casos de trastornos de la alimentación, como la bulimia y la anorexia.

Peligro de las redes sociales

Con adolescentes cada vez más conectados al mundo digital, también aumentan los peligros. El ciberbullying, la pornografía, los engaños o los desnudos virales, son algunos ejemplos. Así, muchos padres viven como un auténtico desafío el hecho de respetar la intimidad de los jóvenes en las redes sociales, al tiempo que buscan protegerlos.

Por una adolescencia más dialogada y menos temida

Como adultos, es importante trabajar un poco ese miedo a la adolescencia y conectar con aquel momento de nuestra vida. Dejarse guiar por preguntas del tipo, ¿cómo era como adolescente?, o ¿qué necesitaba de mis padres?

Muchas veces, la diferencia generacional ubica a los adultos en una posición moralista y algo despectiva, en donde se acusa a los jóvenes de ser inmaduros, de no pensar y de no saber. Así, se cierra la posibilidad de hablar, de escuchar, de entender y de conectar con el otro, con sus nuevos códigos y con sus intereses. Esto es lo que hace que la adolescencia se vuelva inasible, lejana y difícil. No son solo los cambios adolescentes, sino que es también el modo en que los adultos deciden abordarlos y acompañarlos.

Por eso, lo mejor es hablar con los adolescentes y funcionar como un primer filtro de la información, en lugar de confiar en que lo descubrirán viviéndolo. Es necesario abrir oportunidades para que se saquen dudas y hablen de sus emociones. También, para reforzar los límites y explicar el por qué de ciertas decisiones. Así, será más fácil para ambas partes vivir y disfrutar de la adolescencia.