Los padres debemos reeducarnos para educar a nuestros hijos

Cuando queremos educar a nuestros hijos, debemos ser conscientes de la importancia que tiene también el reeducarnos a nosotros primero.
Los padres debemos reeducarnos para educar a nuestros hijos
María José Roldán

Escrito y verificado por la psicopedagoga María José Roldán.

Última actualización: 16 febrero, 2021

Si eres padre, debes saber que educar es un trabajo a tiempo completo y, por eso, resulta tan importante reeducarnos para educar a nuestros hijos. Cuando se tienen hijos uno se da cuenta de que son rápidos a la hora de imitar a los adultos de referencia. Tus hijos te observan e intentan hacer, en muchas ocasiones, las cosas igual que las haces tú, igual que les gusta repetir lo que tú dices.

En este sentido, es importante tener en cuenta lo imprescindible que resulta ser un buen ejemplo para los hijos cada día, no solo de vez en cuando. No es suficiente con explicarles qué deben hacer; ¡hay que mostrarles cómo hacerlo correctamente para que realmente lo interioricen!

Por eso, la disciplina positiva nos invita constantemente a revisar nuestras conductas para reeducarlas y poder educar a nuestros hijos desde una nueva perspectiva. Una perspectiva mejor donde no solo ganas tú, sino que tanto tus hijos como el núcleo familiar saldréis beneficiados.

Niño ayudando a su padre a cocinar una pizza.

Debemos reeducarnos para poder educar a nuestros hijos

Como padres, la decisión de aplicar la disciplina positiva supone un reto y esto, por ende, nos obliga a mirar dentro de nosotros mismo y a reeducarnos. En general, las generaciones anteriores nos hemos criado bajo una educación que seguía un modelo conductista, por lo que los ejemplos que tenemos en nuestra mente siguen este modelo obsoleto.

Cuando nos encontramos ante situaciones que suponen un reto para nosotros mismos, es habitual recurrir mentalmente a lo que hemos vivido en nuestra infancia para llegar a lo que nos resulta familiar y “normal” para nosotros mismos o nuestra familia. Es lógico hacerlo, aunque no siempre lo que encontramos es la mejor manera de educar a nuestros hijos hoy.

Aplicar la disciplina positiva es mucho más exigente para los padres que aplicar el conductismo. Esto es así porque muchas veces nos enfrentamos a un conflicto y los cambios de conducta en los hijos no son tan rápidos como posiblemente nos gustaría.

Todo esfuerzo tiene su recompensa

Pero todo esfuerzo tiene su recompensa y merece la pena. Esto ocurre cuando poco a poco vemos en nuestros hijos que tienen una respuesta cada vez más reflexiva y respetuosa tanto consigo mismos como con los demás. Son esos momentos en los que nos das cuenta de que la disciplina positiva funciona, aunque hayamos tenido que cultivarla a través de la paciencia.

Esto nos dará fuerzas para continuar. El día a día estará lleno de situaciones incoherentes y es importante que seamos compasivos con nosotros mismos. Que entendamos que a largo plazo la educación también es importante. Cuando se educa a los hijos no solo importa el hoy; su futuro es igual de importante.

Por eso, el esfuerzo tenemos que hacerlo en las pequeñas situaciones, en esos conflictos que quizá parezcan una tontería. Aunque los chicos están formando su personalidad y su manera de lidiar con el mundo, tanto en el presente como en su futuro.

Educar a nuestros hijos es un trabajo en equipo

Cuando educamos a nuestros hijos es necesario consensuar las estrategias y decisiones con la pareja. De esta manera, se podrán abordar los retos de manera conjunta y el peso de la crianza será menor, pero igual de satisfactorio.

Padre ayudando a su hija a estudiar para darle una buena educación.

Pero sobre todo hay que recordar que es un proceso con errores, que es normal equivocarse, pues no hay nada escrito ni nada seguro. Tenemos que aprender a ser personas compasivas y comprensivas si, por ejemplo, consideramos que nuestra pareja no ha tenido una reacción acertada en una situación determinada con los niños.

La educación se trata de ampliar la disciplina positiva hacia todo el núcleo familiar, centrando sobre todo el respeto de los niños a los padres. Pero también de los padres hacia los niños. Ambas direcciones son igual de importantes.

Además del respeto, también es importante centrar la educación en la búsqueda de lo bueno, de las soluciones, no en centrarnos solo en lo que el niño no sabe hacer o hace mal. Esto socava su autoestima y no soluciona nada.

Por lo tanto, poner en práctica la disciplina positiva supone un esfuerzo como padres, porque tendremos que estar observando y revisando nuestras reacciones todo el tiempo y buscar herramientas que funcionen con nuestros hijos. Los resultados no solo se verán a largo plazo en los pequeños, sino también en el bienestar familiar actual y futuro.


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  • Lorenzo, V. (2020) Crecer Juntos. Yoga y disciplina positiva para afrontar los retos de la educación. Editorial: Planeta.

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