No quiero etiquetas, quiero ser un niño sano y feliz

No quiero etiquetas, quiero ser un niño sano y feliz
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 30 noviembre, 2020

No quiero etiquetas, sino simplemente ser un niño sano y feliz. Para ti, que buscas ponerme dentro de una casilla definitoria, quizás sea ruidoso, revoltoso, inquieto. Pero es esto mismo lo que me convierte en una criatura plena, inteligente, aventurera y exploradora.

Mi intención tampoco es impacientarte, molestarte ni interrumpir tu trabajo. Necesito que me prestes la mitad de atención e importancia que confieres a ese plano de tu vida. Pues tu amor y estimulación es esencial para mi desarrollo físico y mental.

Mami, no dejes que sea encasillado, marcado y definido por quienes desconocen el desarrollo infantil. No caigas en esa trampa poco favorable para mi personalidad, seguridad y autoestima. Piensa en que eso que quizás molesta, es pura y exclusivamente por mi bien.

No quiero etiquetas para mí, no las necesito dado que no me ayudan en absoluto a crecer como debería. Tampoco permitas que la sociedad imprima en mí una imagen propia falsa. No pretendo asumir un rol que no me pertenece y que quizás incluso me haga más daño a mí que a los demás.

Niña feliz sin etiquetas

No quiero etiquetas, quiero tiempo

Mediante frases y palabras crueles, dirán que somos niños muy motrices. Sugerirán que seamos tratados por nuestra timidez. Afirmarán también que nos malcrían por oler o jugar con la comida. Recomendarán terapia para los que aún se expresen mediante el llanto.

Sin embargo, mamita, se equivocan. Pido que no seas tú quien se equivoque también al compartir este pensamiento social. Somos simplemente seres únicos y maravillosos que llegan al mundo para aprender y enseñar también. Somos esa vasija que, con los años, los adultos esculpen y llenan de contenidos de todo tipo.

Sé que es difícil comprender los motivos por los cuales no quiero besar al tío o no pueda terminar mi plato de comida. Piden que haga las cosas “bien” cuando creo actuar correctamente. Solo respeto mi manera y mi ritmo.

A veces pienso que son ustedes, “los grandes”, los que se confunden. Puede que no sepan gestionar nuestra espontaneidad, pero ¿por qué? ¿Acaso no te han respetado cuando tenías mi edad? De ser así, no repitas conmigo los errores que han cometido contigo.

No quiero etiquetas, los niños felices y sanos somos así.  No reprimas mi motricidad, puede costarnos caro. Reacciones mediante gritos o golpes, inseguridad, falta de concentración y baja autoestima son el precio de estas marcas sociales.

Protégeme, evita que me critiquen, juzguen o cuestionen. Necesito sentirme amparado, atendido. Deseo tu tiempo y tu amor. No quiero etiquetas, anhelo profundamente juegos, besos y caricias. Es mentira que soy un niño de alta demanda, solo soy un pequeño que te ama.

46bba68f0f38727ab1a4147db0c6f798

Como niño no quiero etiquetas, sino una conexión con mis papis

Necesito de tu mirada, tu presencia y atención. Se trata de conectar, de empatizar. Misiones que con la ayuda de la paciencia, la dedicación y el amor se cumplirán fácilmente. No me interpretes desde la razón, fusiónate conmigo desde el corazón.

Evita las suposiciones y ve en camino de las satisfacciones. No quiero etiquetas, juicios, comparaciones ni todo aquello que tanto me duele. Hiperactivos, hipersensibles, antipáticos, antisociales y agresivos. Todos los niños somos diferentes, tenemos necesidades, intereses y ritmos muy diferentes.

Sueño con ser un niño libre y aceptado, pero no señalado por esta sociedad “adulta”. Una sociedad que olvida la frescura y espontaneidad del niño. Piden en definitiva que sea un mayor encerrado en el cuerpo de un pequeño. Se cansan de reprimirme de mil maneras.

Quizás solo se trate de cambiar el cristal con el que observan nuestro comportamiento. Mami, no necesito que me corrijas sino más bien que me entiendas y acompañes. No creo ser un problema ni pienso responsabilizarte de nada. Entre ambos podemos salir adelante como se debe.

Mami, entiéndelo: no quiero etiquetas. Acéptame tal cual soy, con lo bueno y aquello que crees malo o te desagrada. Con lo que idealizaste y lo que rompió el molde. Disfruta de mis virtudes y simplemente conecta con lo que consideras mis defectos.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Corkille Briggs, D. (1994). El niño feliz. Su clave psicológica, 25.
  • Biddulph, S. (1996). El secreto del niño feliz: una guía imprescindible para padres y educadores. Edaf.
  • Hogg, T. (2005). El secreto de educar niños felices y seguros. Editorial Norma.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.