Los niños también necesitan descansar la mente

Los niños parecen llenos de energía y son incapaces de concentrarse durante largos periodos de tiempo. Pero ellos también necesitan descansar la mente. Te contamos por qué.
Los niños también necesitan descansar la mente
Elena Sanz Martín

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Última actualización: 27 julio, 2022

Los adultos somos conscientes de que, cuando llevamos un tiempo enfocados en una tarea, necesitamos descansar la mente. Por ello, solemos tomar un tiempo para beber algo o charlar con un compañero de la oficina. Pues bien, pese a que los niños parezcan llenos de energía, y pese a que el tiempo que logran permanecer concentrados sea mucho menor, ellos también necesitan estos descansos mentales.

Si no se les proporcionan, las consecuencias no tardarán en aparecer. Desde irritabilidad y frustración hasta falta de concentración, el agotamiento en sus capacidades cognitivas y emocionales se pondrá de manifiesto de diversas maneras.

Muchas veces asumimos que estos síntomas son reflejo de una mala actitud por parte del niño cuando, en realidad, son una llamada de auxilio. Por ello, para evitar su malestar y prevenir conflictos en el hogar, tratemos de comprender por qué los descansos mentales son tan importantes.

Niño agotado haciendo los deberes sin descansar la mente.

¿Qué son los descansos mentales?

Los descansos mentales son pequeñas pausas que deben tomar los niños tras permanecer un tiempo concentrados en una tarea. Consisten, simplemente, en cambiar el foco de atención hacia una actividad diferente que no requiera esfuerzo cognitivo por su parte. No obstante, la duración de estos descansos y su contenido habrá de adaptarse a cada caso.

Frecuencia y duración de los descansos mentales

En primer lugar, la edad del niño es determinante a la hora de programar estos descansos. Los más pequeños necesitarán realizar pausas con mucha más frecuencia que los adolescentes. Así, los primeros tendrán que descansar aproximadamente tras 15 minutos de concentración en una tarea, mientras que los segundos podrán continuar trabajando cerca de unos 45 minutos.

Del mismo modo, la duración de estos descansos no será siempre la misma. Para los niños de primaria unos 5 o 6 minutos pueden resultar suficientes para recargar energía. Sin embargo, un joven en plena labor de estudio probablemente requerirá al menos unos 20 minutos para poder retomar la tarea.

¿Cómo pueden los niños descansar la mente?

Por otro lado, el modo en que cada niño necesita descansar la mente puede ser diferente. Algunos niños son más introvertidos y recuperan el vigor realizando actividades tranquilas y en solitario. Otros pequeños son más dinámicos y activos y necesitan una estimulación más intensa y, preferiblemente, en compañía de otros.

Así, antes de escoger la manera de llevar a cabo los descansos mentales, analiza qué es lo que mejor se ajusta a la personalidad de tu hijo. Algunas posibles alternativas son las siguientes:

  • Realizar respiraciones profundas o seguir una breve meditación guiada.
  • Colorear una ilustración o realizar un dibujo libre.
  • Practicar estiramientos o algunas posturas de yoga infantil.
  • Poner música, cantar y bailar un par de canciones. Las pausas que incluyen ejercicio físico han demostrado, además, mejorar no solo el rendimiento académico, sino también el estado físico y los hábitos de los niños.
  • Charlar sobre algo ajeno a la actividad, beber agua o comer algo son acciones sencillas que proporcionan ese espacio mental que el niño necesita.

¿Cuándo necesitan los niños descansar la mente?

Los descansos mentales son imprescindibles cuando los pequeños se encuentran realizando tareas escolares o de aprendizaje. Comprobarás que, al implementarlos, se evitarán muchas discusiones y conflictos familiares generados a la hora de hacer los deberes.

Pero este no es el único momento en el que las pausas resultan beneficiosas. Estas son necesarias en cualquier actividad que requiera la energía mental del pequeño durante un tiempo prolongado. Así, esté leyendo, jugando o viendo la televisión, es importante cambiar de tarea de cuándo en cuándo.

Niño cansado bostezando.

Igualmente, si el niño ha estado sometido a un periodo de especial estrés, resultará muy positivo planificar alguna salida en familia que le ayude a desconectar, a disfrutar y a divertirse. Por ejemplo, realizar una salida al campo tras el periodo de exámenes le será muy útil para recuperarse anímicamente.

Descansar la mente aporta grandes beneficios

Estos pequeños intervalos de tiempo no han de ser vistos como improductivos ni han de ser tomados como una pérdida de tiempo. Todo lo contrario: son los mejores aliados para garantizar que el niño vuelva a la tarea con energía renovada y con sus facultades al máximo.

Entre los beneficios de tomar pequeñas pausas se encuentran la mejora de la concentración, la atención y la capacidad de retener información. Evita la fatiga y la frustración y contribuye a mejorar la actitud y el estado de ánimo del pequeño. Es, en definitiva, un hábito sencillo que puede contribuir a generar grandes cambios positivos.


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