Mi hijo sufre de estrés en el colegio ¿cómo le ayudo?

Para los adultos la infancia parece una época libre de preocupaciones. Sin embargo, los más pequeños también pueden agobiarse, la causa más común es el estrés en el colegio ¿qué puedo hacer?
Mi hijo sufre de estrés en el colegio ¿cómo le ayudo?
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 22 junio, 2020

Una de las preocupaciones de algunos padres con frecuencia es: Mi hijo sufre estrés en el colegio. Pues bien, no te preocupes demasiado, ya que, es muy común que los niños y adolescentes lo experimenten. Como madre, no puedes evitarlo, pero sí puedes ayudarle a desarrollar formas saludables de hacer frente y resolver problemas cotidianos.

Cabe destacar, que los niños no suelen iniciar una conversación sobre lo que les preocupa. Sin embargo, desean que sus padres les entiendan y les den una mano para afrontar la situación. Por tal razón, es importante saber cómo ayudarle.

Mi hijo sufre estrés en el colegio: 9 formas de ayudarle

Quizás, el horario del colegio se le haga interminable. Tal vez la relación con sus compañeros no sea satisfactoria para él. Todo ello, sumado a los deberes y otras actividades, podrían ser causas suficientes como para provocarle ansiedad.

Con estas estrategias puedes ayudarle a enfrentar el estrés en el colegio. Ponerlas en práctica le permitirá aprender a afrontar tensiones en el futuro.

1. Hazle ver tu interés con claridad

Cuando adviertas que algo le preocupa a tu hijo, habla con él. Puesto que no todo el tiempo se mostrará accesible, conviene que busques el momento y las palabras adecuadas para hacerlo. Si, por el contrario, lo hicieras de manera brusca, podría sentirse aún más presionado. Lo ideal será esperar a la hora de la comida, mientras caminan por el parque o jugáis juntos.

Actividades de verano para padres y niños.

Cuida de no poner a tu hijo en un aprieto. Solo necesitas hacer una sencilla observación para demostrarle que te interesas por él. Por ejemplo, puedes decirle frases como: me parece que sigues enfadado por lo que te sucedió en el recreo.

Asimismo, evita el tono propio del enfrentamiento, como: “¿Qué pasa contigo?” Emplea un tono amable y evita decirle: ¿Todavía te tiene enfadado lo qué pasó el otro día? Sentirá que es un estorbo y que todo lo que hace no suscita más que regaños.

2. Escucha a tu hijo

Después de hacerle la observación a tu hijo, pídele que te cuente lo que le preocupa y escúchalo atentamente. Mantén la calma, muestra interés con amplitud de miras y evita la tendencia de interrumpirle cuando habla. Procura no culparle, juzgarle o darle un sermón. La idea es escuchar cuál es el problema para averiguar lo sucedido.

3. Asigna un nombre a lo que le ocurre al niño

Si el niño aún no sabe cómo explicar sentimientos pero parece enfadado o frustrado, utiliza estas mismas palabras como “enfado” y “frustración”. Le ayudará a identificar sus sentimientos. Ponerles nombre favorece la comunicación y ayuda a desarrollar la autoconciencia emocional. Esto contribuye a canalizar el estrés, en lugar de manifestarse este en forma de comportamientos extremos.

4. Demuestra que comprendes sus sentimientos

Verbaliza los sentimientos que crees pueda estar experimentando tu hijo en ese momento. Por ejemplo, puedes decirle: “Entiendo; debe haberte molestado que no te dejaran jugar en el patio”. De ese modo, el niño se siente comprendido y su ansiedad tenderá a disminuir.

5. Ayúdale a pensar en cosas que realizar

Si es un problema consistiera en una situación concreta en el colegio lo que le provoca estrés, conversa con él y ella sobre qué hacer al respecto. Anímalo a pensar en ideas, no hagas todo el trabajo. Antes bien, déjale que participe; le ayudará a ganar confianza en sí mismo. Procura apoyar sus opiniones y preguntarle: ¿cómo crees que eso te ayudará? Si es necesario, complementa la idea.

6. Comparte temas positivos

Muchas veces, después de que los niños y adolescentes se expresan y son escuchados, las frustraciones empiezan a disminuir. No obstante, después de ello, intenta tratar temas que contribuyan a distensionarlo. Mantén el enfoque en cosas que le hagan sentirse mejor.

7. Reduce actividades que lo sobrecarguen

Puede que ciertas actividades le causen mucha frustración. Fíjate, entonces, en la manera de cambiar esa situación. Por ejemplo, si las actividades extraescolares le supusieran demasiado gasto de tiempo, redúcelas a las que más le gusten o relajen. De esta forma, podrá hacer los deberes más relajadamente. Y, sobre todo, asegúrate de que tenga tiempo para descansar y recrearse. Es indispensable respetar las horas de sueño.

8. Mantente siempre disponible

 

Para las madres, cocinar con niños es una actividad muy relajante y recreativa.

Aunque a tu hijo no siempre le apetezca hablar del tema, hazle saber que su opinión cuenta y que siempre podrá contar contigo. Si conversar no es la mejor opción en el momento, intenta iniciar alguna actividad que puedan realizar juntos.

9. Sé paciente

No te dejes llevar por el impulso de resolver todos los problemas de tu hijo. Al contrario, concéntrate en ayudarle a convertirse en una persona que sabe sobrellevar sus frustraciones, para que sepa calmarse cuando sea necesario. Además, para que el niño tenga menos estrés, debes ser capaz de controlar tu propia impaciencia.

En resumen, la solución al estrés que sufre tu hijo en el colegio pasa por averiguar qué sucedió y darle a tu hijo las herramientas emocionales necesarios para que los resuelva por sí mismo. Escúchale y hazle sentir que su opinión te importa. Ayúdale a nombrar sus sentimientos; este es el primer paso para comprender lo que nos pasa. Sé cercano y paciente. No obstante, si a pesar de seguir estas recomendaciones, el estrés persiste y el niño presenta problemas físicos y emocionales, no dudes en recurrir a la ayuda de un profesional.


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