Mal humor en niños pequeños: por qué ocurre y qué hacer

Hay niños que, con frecuencia, se encuentran de mal humor o tienen un carácter fuerte. Esto no tiene que suponer un problema si sabemos dirigirlos desde que son pequeños. En este artículo te damos las claves.
Mal humor en niños pequeños: por qué ocurre y qué hacer
Mara Amor López

Escrito y verificado por la psicóloga Mara Amor López.

Última actualización: 12 febrero, 2023

El mal humor en los niños no tiene por qué ser malo si enseñamos a nuestros hijos a manejarlo. Hay menores con carácter fuerte que tienen tendencia a enfadarse con facilidad. En este artículo, te contamos por qué ocurre y qué hacer al respecto.

Es fundamental que enseñemos a los niños a controlar su carácter desde pequeños. Si un menor está de mal humor, quiere decirnos algo: algún problema en el colegio, algo que le preocupa, que tiene celos de su hermano o que está así porque quiere conseguir algo de forma inmediata. Se debe controlar esa actitud, porque se deja pasar, más tarde puede convertirse en un adolescente con un carácter variable.

Por qué sucede el mal humor en los niños pequeños

El mal humor de los niños tiene su origen en el ambiente en el que viven y crecen. Este es el que comienza a configurar su carácter. El entorno que rodea a un pequeño malhumorado suele estar determinado por la forma de crianza de los padres. Sobre esto podemos distinguir lo siguiente:

  • Padres muy autoritarios o serios. Los niños imitan este comportamiento y actitud que ven continuamente a su alrededor. Por ello, suelen estar de mal humor con frecuencia.
  • Padres demasiado permisivos. Estos dan a sus hijos todo lo que desean, incluso antes de que lo pidan. En este caso, los menores se enfadan si sus deseos no se cumplen de forma inmediata o simplemente para llamar su atención.
  • Aspectos externos, como el colegio. El mal carácter de un niño o su mal humor puede ser consecuencia de una mala relación con alguno de sus compañeros de clase o porque tienen un profesor muy exigente o con mal carácter.
  • El tiempo que pasamos junto a nuestros hijos. Si los niños no tienen con frecuencia la presencia de sus padres para que les dediquen tiempo, frecuentemente se encontrarán de mal humor. Un pequeño que cuenta con la compañía de sus progenitores a diario es más calmado y cuenta lo que le preocupa, porque sabe que ellos están ahí para escucharlo.
Si les mostramos a los niños, desde pequeños, cómo pueden gestionar y dominar el mal humor, esto no tiene por qué suponer un problema para ellos.

¿Qué hacer ante el mal humor en niños pequeños?

Cuando los padres nos encontramos con nuestro hijo de mal humor, lo primero que tenemos que hacer es reflexionar para averiguar cuál es la causa. Esto nos ayudará mucho a la hora de buscar soluciones y actuar. También, es bueno que lo contrarrestemos la situación con bromas y buen humor. Una sonrisa es incompatible con el enfado. Podemos ayudar a nuestros hijos de la siguiente manera:

  • Educarles desde el buen humor.
  • Cuando muestre una conducta adecuada, elogiarle siempre, para que se dé cuenta de que el buen ambiente se produce cuando estamos de buen humor.
  • Enseñarles a que sepan pedir perdón. Es importante que aprendan a ponerse en el lugar de los demás y que, si han hecho algo malo y dañado o herido a alguien, le pidan perdón.
  • Hacerle una broma puede hacer que su mal humor desaparezca. Así, acabará por mostrarnos una sonrisa. De esta forma, le quitará importancia a enfadarse por cosas pequeñas e incluso, cuando sea mayor, utilizará la broma para mejorar nuestros enfados.
  • Enseñarles a tener voluntad. Por ejemplo, que sea capaz de hacer sus deberes cuando le toca, esperar cuando tiene que hacerlo o que coma de todo sin quejarse.
  • No mostrarnos más enfadados que ellos cuando están de mal humor: esto es contraproducente, porque verá al enfado como una forma de resolver los conflictos y eso no es lo que queremos que nuestros hijos piensen.
  • No decirles que siempre están de mal humor. De lo contrario, pueden sentirse mal y ponerse tristes por ser así.
  • Tener paciencia. No debemos gritarles ni perder los nervios. Es clave que les hablemos despacio, firmes y tranquilos.
  • Ayudarle y averiguar qué es lo que le pasa: es importante que sepamos a qué se debe ese mal humor.
  • Mostrarle nuestro amor más que nunca. Darle cariño y amor será el mejor antídoto para su mal humor.
Un mal carácter que no hemos sabido dirigir desde niños puede desembocar en un adulto incapaz de establecer relaciones personales, porque su mal genio acaba por dinamitarlas.

Al mal humor, ¡buena cara!

Tenemos que tener claro que el mal humor en los niños pequeños se pasará. Por esta razón, cuanto antes enseñemos a nuestros hijos a gestionarlo, mejores serán los resultados. No debemos tomar sus enfados como algo personal, ni debemos ofendernos y reñirles por esto, nuestro apoyo será lo que más rápido devuelva la calma a nuestro pequeño.

Si crees que tu hijo con frecuencia está de mal humor, averigua qué es lo que le pasa. Y, lo más importante, nunca pierdas la calma. Puedes utilizar estos consejos que te hemos dado en este artículo para mejorar esas situaciones y devolverlo a la tranquilidad.


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  • Shapiro, L. E., & Tiscornia, A. (1997). La inteligencia emocional de los niños. Buenos Aires: Javier Vergara.

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