Historias sociales: ¿cómo pueden ayudar a los niños con TEA?

Las historias sociales son una forma ideal de ayudar al niño con espectro autista a saber cómo reaccionar ante diferentes situaciones. Pero, ¿de qué tratan y cómo se hacen? Velo a continuación.
Historias sociales: ¿cómo pueden ayudar a los niños con TEA?
Elena Sanz Martín

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Última actualización: 08 agosto, 2023

Hay ciertas actividades cotidianas que para los niños con trastorno del espectro autista (TEA) suponen todo un reto. Desde comprender y manejar la interacción con otras personas hasta cumplir con una visita al dentista o aprender a cruzar la calle. Las dificultades presentes a este respecto pueden causar problemas de conducta o incluso ponerles en riesgo.

Por fortuna, hay técnicas como las historias sociales pueden ser de gran ayuda. Esta es una estrategia diseñada para reducir la incertidumbre de los niños y mostrarles de forma clara y sencilla cómo proceder en cada situación.

Incorporan elementos que han probado ser de gran utilidad en niños con TEA, como los pictogramas, y son un recurso útil para las familias y los terapeutas que trabajan con ellos. Te contamos en qué consisten.

¿Qué son las historias sociales para niños TEA?

Este concepto fue propuesto y desarrollado por Carol Gray en la década de los 90. Aunque se ha empleado en diversidad de situaciones y con distintas poblaciones, su uso más común es en niños con TEA, debido a que reúnen los elementos necesarios para facilitar la comunicación con ellos.

Las historias sociales son, en realidad, guiones que narran una situación. En concreto, se tratan de descripciones sobre actividades o eventos. Y es usual que se acompañen de figuras o pictogramas, que contribuyen al entendimiento y al orden cronológico de lo que se narra.

Los relatos explican, de manera sencilla y detallada, cómo son ciertas situaciones sociales que un niño con TEA no comprende con facilidad. Por lo tanto, el objetivo de la narrativa es brindarle herramientas al pequeño para que aprenda formas de comportamientos que serían adecuadas en diferentes circunstancias. Son útiles por los siguientes motivos:

  • Describen una situación concreta y lo que está pasando. Para los menores en el espectro autista, no siempre es fácil entender las emociones de los demás o cuáles son las consecuencias de sus actos. Estas historias clarifican esta información.
  • Proponen un modo de actuar correcto. Los niños a menudo no saben lo que se espera de ellos en un determinado contexto o cómo han de comportarse. Estas dudas se resuelven mediante imágenes y directrices claras.
  • Ayudan a entender los códigos de comunicación y las consecuencias que puede tener cada acción. De este modo, se reduce la incertidumbre y el niño puede predecir qué ocurrirá, disminuyendo su angustia.


¿Cómo se aplican?

Los padres y terapeutas deben adaptar el modo en que transmiten la información. Las historias sociales se crean de forma personalizada e individualizada, teniendo en cuenta las necesidades de cada niño en particular. Los elementos que se repiten siempre son los siguientes.

1. Recopilar información del niño

Se comienza recopilando información sobre el niño y sus principales dificultades. Con base a ello, se selecciona una actividad o situación a tratar. Por ejemplo, enseñarle a saludar al llegar a un lugar, anticiparle una visita al médico o ayudarle a sobrellevar una situación incómoda que rechaza (como cortarse las uñas o lavarse los dientes).

2. Se utilizan imágenes y textos para crear una narrativa

El niño es el protagonista y, por tanto, se pone su imagen y su nombre a lo largo de la historia. Dicha historia ofrece un contexto: dónde estamos, cuándo, con qué personas, por qué estamos allí…

Además, presenta una secuencia de acciones que guían lo que va ocurriendo y cuál es la forma apropiada de comportarse. Por ejemplo: «Al llegar al aula, María saluda a los compañeros, dice hola y agita la mano».

También anticipa lo que va a ocurrir. Por ejemplo: «Al llegar al dentista, María se sienta en la silla y está tranquila. Abre la boca. Va a sonar un ruido fuerte, pero todo está bien, puede respirar para calmarse».

3. Muestra las consecuencias y emociones de las otras personas

Por ejemplo, puedes escribir o decir que los compañeros de clase se ponen muy contentos cuando tu hijo los saluda. Esto les ayuda a tener una mejor idea de lo que sus actos pueden provocar en otras personas, ya sea de forma positiva o negativa.

Es importante que siempre se utilicen frases sencillas, cortas y concisas. También es clave presentar la historia en un entorno seguro y hacerla atractiva o llamativa para el niño, no solo por las imágenes agregadas, sino también por la modulación del tono de voz al leérsela o comunicársela.



Beneficios de las historias sociales en los niños con TEA

Las historias sociales han mostrado ser útiles en diversos aspectos cuando se trabajan con niños con trastorno del espectro autista. Por ejemplo, esta técnica ayuda a los niños a predecir o anticipar situaciones que les cuestan. De tal modo, les ayuda a reducir la incertidumbre y adaptarse con más habilidad y menor angustia a diferentes situaciones.

Por otro lado, una revisión sistemática publicada en la revista Autism encontró que esta estrategia favorece las habilidades sociales y comunicativas de los niños con autismo. Así, les ayuda a comprender el contexto social, a reconocer emociones faciales y a disminuir su conducta agresiva en las interacciones.

Además, tal como recoge un artículo publicado en la revista School Psychology Review, estas historias no solo sirven para reducir comportamientos disruptivos o pataletas, sino que también pueden servir para favorecer conductas prosociales, como iniciar una conversación o responder de forma apropiada.

Aplicar las historias sociales en casa

Las historias sociales para trabajar con niños con autismo son empleadas por psicólogos, terapeutas ocupacionales y otros profesionales. No obstante, padres y madres también pueden utilizarlas para comunicarles información a sus hijos o moldear su comportamiento en ciertas situaciones.

Recuerda que la historia debe ser atractiva, tener a tu hijo como protagonista y proporcionarle de forma clara y sencilla las claves para comprender la situación en particular. Suma imágenes y texto y acompáñale mientras aprende a usar este recurso en su día a día. Sobre todo, no dudes en buscar asesoramiento profesional para aplicar esta herramienta de forma más eficaz.


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