Hipertutores: ¿hasta dónde hay que llegar?

Los hipertutores son aquellos docentes que sobreprotegen a sus alumnos. ¿Quieres saber más sobre este fenómeno y sus consecuencias?
Hipertutores: ¿hasta dónde hay que llegar?
Ana Couñago

Escrito y verificado por la psicóloga Ana Couñago.

Última actualización: 17 noviembre, 2020

En 2016 la periodista y escritora Eva Millet lanzó al mercado el libro Hiperpaternidad. En él habla sobre un modelo inadecuado de crianza que cada vez está más presente en la sociedad actual, basado en la sobreprotección y el control excesivo de los hijos.

Dos años más tarde, en 2018, esta misma autora publicó Hiperniños: ¿Hijos perfectos o hipohijos?, donde reflexiona sobre las terribles consecuencias de educar a los niños de ese modo. Además, en este libro dedica un capítulo a la figura de los hipertutores en las escuelas.

Así, Eva Millet visibiliza este preocupante fenómeno, caracterizado por ofrecer un intenso cuidado y protección a los menores, y expone cómo este se está extendiendo más allá del entorno familiar, apareciendo también en el contexto escolar.

¿Quieres saber cuáles son las características de los hipertutores? ¿Hasta dónde hay que llegar para ser un buen docente? ¿Los profesores sobreprotectores perjudican o benefician a los estudiantes? ¡Descubre la respuesta a todas estas preguntas a continuación!

Profesora dando apoyo a un alumno en clase sin llegar a convertirse en un hipertutor.

Hipertutores: ¿hasta dónde hay que llegar?

Un buen maestro debe transmitir cercanía y seguridad a sus alumnos, creando relaciones cálidas y de confianza en el aula. Pero también debe dejar a los niños ser libres e independientes y permitir que estos cometan sus propios errores y aprendan de ellos. Sin embargo, parece que los hipertutores se olvidan de esta última parte.

Cuando se habla de hipertutores se está haciendo referencia a un tipo de profesores que muestran una actitud de sobreprotección hacia sus alumnos, puesto que los tratan como seres vulnerables y frágiles que necesitan apoyo y ayuda constante.

Aunque la intención de estos docentes es facilitar el camino del aprendizaje a los estudiantes, lo que realmente consiguen es limitar sus posibilidades.

Además, los hipertutores se caracterizan por entrometerse e involucrarse en exceso en la vida privada de sus alumnos y establecen con las familias una comunicación demasiado intensa, rozando la pesadez.

Por supuesto, es necesario que exista una relación de colaboración entre la familia y la escuela, pero siempre respetando unos límites. Al igual que los padres no deben estar constantemente llamando o escribiendo correos a los profesores (y menos por temas irrelevantes), los docentes tampoco pueden estar continuamente molestando a los padres de los estudiantes.

“El profesor mediocre dice. El buen profesor explica. El profesor superior demuestra. El gran profesor inspira”.

-William Ward-

Consecuencias de sobreproteger a los niños

La sobreprotección, tanto por parte de la familia como por parte del colegio, limita a los pequeños e impide que estos desarrollen todo su potencial. Así, algunas de las consecuencias negativas que se pueden observar en los niños que crecen con hiperpadres en casa o con hipertutores en la escuela son las siguientes:

  • Baja tolerancia a la frustración.
  • Poca confianza en uno mismo.
  • Bajo nivel de autonomía.
  • Poca capacidad de esfuerzo.
  • Escasas habilidad sociales.
  • Escasas habilidades para la resolución de problemas.
  • Tendencia a experimentar episodios de ansiedad u otros problemas de salud mental, como la depresión o trastornos de la conducta alimentaria.
  • Mayor probabilidad de desarrollar dependencia emocional hacia otras personas.
  • Mayor probabilidad de desarrollar miedos.
  • Tendencia al egocentrismo.
    Hipertutores con alumnos en la biblioteca del colegio.

Por tanto, tal y como afirma Eva Millet:

“Sobreproteger a los niños es desprotegerlos”.

Evitar convertirse en hipertutores

La educación de los niños depende, en gran parte, de sus profesores. Y no solo a nivel académico, sino también a nivel social, emocional, etc.

Por ello, es fundamental que los maestros cuenten con una serie de habilidades, tanto personales como profesionales, que les permitan cumplir con sus funciones de la mejor forma posible. Entre dichas habilidades, evidentemente, no se encuentra la de sobreproteger al alumnado. Pero tampoco se trata de dejarlos desamparados, sino de establecer un término medio.

Así, para evitar convertirse en hipertutores hay que combinar dos tipos de actitudes, una más orientada hacia el afecto y la comunicación y otra hacia el control y la disciplina. De manera que, como docentes, es importante mostrar cariño, empatía, comprensión, flexibilidad y entusiasmo ante los estudiantes. Pero también hay que lograr ser firmes y poner límites cuando se considera necesario.


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  • Millet, E. (2018). Hiperniños:¿ Hijos perfectos o hipohijos?. Barcelona: Plataforma.
  • Millet, E. (2016). Hiperpaternidad. Barcelona: Plataforma.

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