Las 7 fracturas infantiles más frecuentes
Los huesos de los niños presentan características diferentes a los de los adultos. Son más fuertes y elásticos, tienen cartílagos de crecimiento y su tejido es más activo. Todo esto hace que ante una lesión, su recuperación sea más rápida y requiera menos tiempo de inmovilización. A pesar de todo, las fracturas infantiles son muy frecuentes.
Este hecho se debe principalmente a la naturaleza inquieta de los pequeños. Las caídas durante los juegos son una de las principales causas de este tipo de lesiones óseas y la forma de caer influye mucho en el hueso afectado. A continuación te contamos aquí las fracturas infantiles más frecuentes y sus causas.
1. Fractura de clavícula
La fractura de clavícula ocurre por caídas sobre el hombro y es más frecuente en los varones. En niños pequeños no suele haber desplazamiento de los fragmentos fracturados, mientras que en los adolescentes esto es un hecho bastante común.
La frecuencia de aparición en bebés es baja, pero puede ocurrir durante el parto. A pesar de lo inconveniente de esta situación, en general esta fractura tiene muy buena evolución. Cuando ocurre un traumatismo de alto impacto, como una caída practicando algún deporte, puede producirse la fractura. En lo inmediato el niño presentará dolor e inflamación local.
Este tipo de fracturas se manifiesta con disminución de la movilidad del brazo afectado y médico podrá confirmarla a través de una radiografía simple.
El tratamiento no suele ser quirúrgico, a menos que se trate de una fractura expuesta, bilateral o de mayor complejidad. La inmovilización se realiza con un cabestrillo que ayuda a descansar el peso del brazo. En algunos casos es suficiente con un vendaje en 8. Luego de 3 a 4 semanas se retira y se indica rehabilitación con fisioterapia.
2. Fractura de codo
Las fracturas infantiles de codo, así como las fracturas de clavícula, son más frecuentes en niños varones. Suelen darse con mayor frecuencia entre los 5 y 10 años de vida. La causa más frecuente es la caída sobre la palma de la mano con el brazo extendido.
Un niño con fractura de codo presentará dolor, inflamación y dificultad para mover el miembro afectado. En algunos casos también habrá hematoma en la zona lesionada.
Al tratarse de una zona tan cercana a la articulación, muchas veces será necesario el tratamiento quirúrgico para corregir la alineación de los trazos fracturados y evitar secuelas a futuro.
Luego de la cirugía o la inmovilización, se indicará rehabilitación con fisioterapia. El objetivo de la misma es recuperar el rango de movilidad completo de la articulación, así como la fuerza muscular de todo el miembro afectado.
3. Fractura de antebrazo
Las fracturas del antebrazo en los niños pueden asociarse también a fracturas de codo o de muñeca, según cómo haya sido el traumatismo que la produjo. Las más frecuentes ocurren cerca de la muñeca, es decir, en el extremo distal del antebrazo y pueden ser de 3 tipos:
- Fractura con deformidad: el hueso se fractura en su interior, pero los bordes se mantienen continuos.
- Fractura en tallo verde: de un lado el hueso se curva y del otro se rompe. Son las más frecuentes en niños pequeños.
- Fractura completa: el hueso se quiebra de lado a lado. Usualmente ocurren en niños mayores de 8 años.
Tal como ocurre con las anteriores, luego de ocurridas los niños presentarán dolor, inflamación y disminución de la movilidad de la articulación.
El tratamiento estas fracturas es variable, según la gravedad de la fractura y de la edad del pequeño. Las más leves pueden requerir inmovilización con yeso de 4 a 6 semanas, pero e n algunos casos será necesario alinear los huesos en quirófano bajo anestesia antes de inmovilizar.
4. Fractura de tobillo
Este tipo de fractura es muy frecuente, generalmente ocurren por traumatismo directo del pie. Cuando un niño se fractura el tobillo, este suele verse inflamado, desalineado y con hematomas.
La deformidad de la zona afectada dependerá de la gravedad de la fractura y si tiene desplazamiento o no. Al intentar movilizar el pie o cargar el peso del cuerpo sobre el mismo, el niño referirá dolor.
Para las fracturas de tibia o peroné sin desplazamiento, el tratamiento consiste en inmovilizar la articulación 3 a 4 semanas y evitar cargar peso sobre la misma. En los casos de fracturas con desplazamiento o cuadros más severos, será necesario alinear los huesos en quirófano bajo anestesia.
5. Fractura de metatarsianos
Los metatarsianos son 5 huesos largos ubicados en la zona media del pie. Ellos conectan el tobillo con los dedos del pie. En los niños son frecuentes las fracturas de alguno de estos huesos y s uelen ocurrir por traumatismo directo durante la actividad deportiva. Estas fracturas raramente se desplazan.
El tratamiento consiste en inmovilizar el pie por 4 semanas y el niño podrá hacer apoyo parcial del talón del pie afectado, siempre y cuando el dolor se lo permita.
6. Fracturas de fémur
El fémur es uno de los huesos que más se fractura de todo el cuerpo, la solución de continuidad puede ocurrir en el tercio proximal, medio o distal del hueso. En los niños, las fracturas del tercio medio o diafisarias de fémur son muy comunes. Las mismas pueden ocurrir por diferentes mecanismos que involucran alta y baja energía.
Por fortuna, este hueso no suele tener problemas para la consolidación, ya que es una zona muy bien irrigada. El tratamiento suele ser conservados en la mayoría de los casos, aunque todo dependerá del tipo de fractura y de la extensión de la lesión ósea. El yeso que se coloca en estos casos suele ir desde la pelvis hasta los tobillos y la duración del mismo es muy variable.
Las fracturas en la porción distal del hueso suelen ser más graves aunque menos frecuentes en la infancia. Las mismas se asocian con lesiones en el cartílago de crecimiento o en la articulación, por lo que su manejo es más delicado.
7. Fracturas de tibia
La tibia es el hueso del cuerpo que más peso soporta, además, se encuentra expuesto en su parte anterior y distal, por lo que es muy propenso a fracturarse. En este sentido, las fracturas diafisarias de tibia son muy comunes en los niños y por desgracia suelen ser abiertas en muchos casos.
Los mecanismos de producción suelen ser traumatismos directos, aunque las caídas también pueden provocarlas. Los tipos de fracturas observados también son muy variados, ya que pueden ir desde una fractura lineal hasta una conminuta, es decir con múltiples fragmentos.
El tratamiento suele ser conservador en la mayoría de los casos y se coloca una bota suropédica, la cual va desde 3 dedos por debajo de la rodilla hasta los dedos de los pies. El tratamiento quirúrgico está reservado para las fracturas abiertas y para aquellos casos en los que exista una inestabilidad severa.
Sobre las fracturas en niños
Como hemos visto en este artículo, las fracturas infantiles más frecuentes ocurren en sus extremidades. Esto se relaciona directamente con los frecuentes golpes y caídas típicas de la edad. Muchas veces ocurren durante el juego o en el contexto de accidentes domésticos. Si bien los tratamientos dependerán del tipo de fractura, la fisioterapia se recomienda en todos los casos.
Luego del tiempo de inmovilización, o de cirugía en los casos más graves, la fisioterapia constituirá una herramienta fundamental para reducir el riesgo de complicaciones posteriores. Si bien los niños suelen tener muy buena recuperación, esta práctica ayuda a disminuir el dolor, aumentar la movilidad activa y mejorar la fuerza muscular de la zona afectada.
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