Fomentar el optimismo para educar niños capaces

El optimismo está muy relacionado con la resiliencia. Por ello, criar niños optimistas es sinónimo de educar personas capaces de salir adelante.
Fomentar el optimismo para educar niños capaces
Elena Sanz Martín

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Última actualización: 07 febrero, 2022

Como padres, nuestra tarea no consiste únicamente en proveer a los niños de alimento, seguridad y afecto. También hemos de formarlos en valores y ayudarlos a adquirir las herramientas para desenvolverse en la vida. Sin ninguna duda, el optimismo es una de las capacidades más necesarias y más olvidadas en la educación de los pequeños. 

Muy a menudo consideramos este valor como secundario, de poca importancia. Asociamos optimismo con las típicas frases motivacionales manidas del estilo: “cree en ti mismo” o “lucha por tus sueños”. No obstante, las implicaciones psicológicas de este concepto van mucho más allá y pueden ayudar a los niños a tener una existencia más feliz y exitosa. 

El optimismo en la base de la resiliencia

La resiliencia es la capacidad humana más importante para hacer frente a las adversidades, superarlas y salir, incluso, fortalecido de ellas. Dado que todos, tarde o temprano, vamos a experimentar dificultades, contar con esta habilidad puede ahorrarnos mucho sufrimiento en nuestra vida.

Desde suspender un examen, hasta ser traicionados por una amistad o tener que afrontar una ruptura o una pérdida. Todas estas situaciones cotidianas pueden generar elevados niveles de malestar a quienes no cuenten con las herramientas emocionales para manejarlas. Por ello, esforzarnos en ayudar a nuestros hijos a desarrollar la resiliencia es una tarea que todos deberíamos llevar a cabo.

Educar niños optimistas.

Sin embargo, esta habilidad está asociada a otros valores que son los que debemos fomentar para construirla. De todos ellos, el optimismo puede constituir un buen punto de partida porque está fuertemente relacionada con las demás. Es decir, si inculcamos una actitud optimista en los niños los estaremos acercando también al resto de habilidades importantes.

¿Qué es el optimismo?

El optimismo es la tendencia a encontrar, en cada situación, los aspectos positivos y favorables. De este modo, la persona puede afrontar los obstáculos con ánimo y perseverancia, siendo consciente de lo que va bien y trabajando en mejorar aquello que no es tan beneficioso.

Las personas optimistas cuentan con innumerables ventajas en su día a día. Tienden a mantener la esperanza y a tener una mejor autoestima y un sistema inmunológico más fuerte. Además, llevan a cabo acciones más exitosas y se muestran más activas ante las dificultades, tomando las medidas para proveerse de una red de apoyo afectivo.

Por el contrario, las personas pesimistas tienen una autoestima más baja, pierden la esperanza y se dan por vencidas con más facilidad. Ante la adversidad tienden a deprimirse, a no tomar acción y a ver su salud más resentida. Además, suelen experimentar con mayor frecuencia sentimientos de ira.

Por tanto, el optimismo va mucho más allá de una tendencia ingenua o una frase motivacional. Es un excelente recurso psicológico para confiar en las propias capacidades de lograr el éxito y superar las dificultades. Por ello, aunque en ocasiones resulte tentador centrarse más en la educación intelectual, la emocional no debe quedar de lado.

Niña optimista con un cartel detrás que tacha la palabra 'imposible'.

¿Cómo educar niños capaces?

El optimismo es clave para ser capaz de afrontar la vida con confianza y autonomía. Por ello, es importante seguir algunas pautas para inculcárselo a los más pequeños:

  • Da ejemplo: se un modelo de actitud activa y perseverante. Deja que tu hijo observe tu actitud positiva, segura y esperanzada ante la adversidad y aprenda de ella.
  • Transmítele el valor de la gratitud. Agradecer por todo lo bueno que nos rodea nos ayuda a tener siempre presente que somos afortunados y podemos esperar lo mejor.
  • Cuando se encuentre ante una dificultad, guíalo para encontrar los aspectos positivos y las posibles soluciones. Anímalo a tomar acción en lugar de quedarse estancado en la pasividad y el sufrimiento.
  • Refuerza sus logros y premia su esfuerzo. Es esencial que el optimismo nos proporcione una sensación de control interno. De poco sirve creer que las situaciones positivas ocurren por suerte o por azar. Ayúdale a ver que él mismo tiene capacidad de influir en sus circunstancias. Que sus acciones pueden llevarle a mejorar y alcanzar el éxito, que es capaz de lograrlo si se lo propone.
  • Ámalo y demuéstrale que lo haces. Sentirse amado fomentará su autoestima, su autoimagen positiva y su confianza en sí mismo. Además, contar con apoyo incondicional puede ser la red de seguridad que necesita para lanzarse a explorar el mundo sin miedo.

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