Evita decir estas frases a tus hijos para criar en resiliencia

Si quieres criar a tus hijos en resiliencia, evita decirles estas frases, evalúa las situaciones y céntrate en las soluciones.
Evita decir estas frases a tus hijos para criar en resiliencia
María José Roldán

Escrito y verificado por la psicopedagoga María José Roldán.

Última actualización: 09 octubre, 2020

No podemos controlar los desafíos que enfrentarán nuestros hijos en la vida, pero eso no significa que no podamos prepararlos. Uno de los regalos más poderosos que podemos dar a nuestros hijos es la capacidad de recuperación, la capacidad de superar los obstáculos inevitables que se les presentan, es decir, criar en resiliencia.

Evita decir estas frases para criar en resiliencia a tus hijos

Ayudar a los niños a desarrollar resiliencia significa que podrán recuperarse de los contratiempos, en lugar de revolcarse en ellos. Desafortunadamente, hay muchas cosas bien intencionadas que los padres dicen que pueden obstaculizar inadvertidamente esta habilidad de desarrollo.

“Estás bien”

Aunque esta frase puede parecer de las que alientan el valor y la resistencia, en realidad, con ella se está enviando el mensaje de que los niños no pueden confiar en lo que sienten.

Niño aprendiendo a atarse los cordones de los zapatos.

En lugar de esto, intenta validar las emociones de tu hijo mientras usas un tono y un lenguaje corporal para enviar el mensaje de que crees que estará bien. Si tu hijo se cae y se hace daño en la rodilla, puedes sentir empatía y controlarlo sin actuar como si fuera una emergencia.

No corras ni llores de pena porque tu hijo se haya hecho daño. Camina con calma, mira el rasguño, y pregúntale si están bien. Este enfoque le permite al pequeño saber que, aunque sienta dolor, sus sentimientos están bien y que se recuperará.

“Ya lo hago yo”, una de las frases que hay que evitar para criar en resiliencia

Ya sea porque tengas prisa o porque es muy difícil ver luchar a tu hijo, es fácil querer solucionar sus problemas. Esto no significa que no puedas ayudarlo y apoyarlo, solo trata de no solucionarlo todo por él.

Si tiene problemas para atarse los zapatos, es más fácil hacerlo por él que esperar y ver si realmente necesita un poco de ayuda. Si está discutiendo con un amigo, es posible que quieras hablar con los padres del otro niño y tratar de arreglar las cosas detrás de escena para que tu hijo controle la situación. Pero hacer estas cosas solo dolerá a la larga…

Ofrece la cantidad mínima de ayuda que necesita para tener éxito. En lugar de simplemente atarle el zapato, intenta ofrecer apoyo verbal, diciendo algo como: “Ahora haz una oreja de conejo”. Si todavía le cuesta, ofrécele atar un zapato como prueba. Si tienes prisa, puedes atarle el zapato tú, pero después enséñale a hacerlo con calma en otro momento.

Observa a tu hijo para ver cuánto puede controlar. Quieres desafiarlo, pero no agobiarlo. Por supuesto, habrá momentos en los que no tengas tiempo para dejar que tu pequeño haga algo por sí mismo, y eso también está bien.

Tal vez no haya tiempo para que se ate sus propios zapatos por la mañana antes de ir a la escuela, pero puede practicar los fines de semana. A medida que se vuelva más capaces, puede hacer más cosas por sí mismo.

“Eso es fácil, puedes hacerlo”

Si bien esta pequeña frase puede parecer alentadora, decirle a un niño algo que parece desafiante que es fácil solo le quitará su deseo de intentarlo. En lugar de esto, intenta decir algo como: “Sé que es difícil, pero creo que puedes hacerlo”. Esto enfatizará su capacidad para superar cosas difíciles.

Bebé aprendiendo a subir las escaleras.

“Te vas a caer”

No es divertido ver a nuestros hijos caerse y lastimarse, pero cuando veas que tu pequeño hace algo que te incomoda, trata de evaluar la situación.

¿Es probable que se lesione o simplemente que se golpee un poco o tenga un moratón? ¿Hay alguna forma de detectar a tu hijo para protegerlo sin que se dé cuenta? Al decirles constantemente a nuestros hijos que tengan cuidado o que pueden caerse estamos enviando el mensaje de que no están seguros.

Cada padre tiene que usar su juicio y su propio nivel de comodidad con el riesgo. Si ves que tu niño pequeño comienza a trepar por un tobogán y uno más grande está en la cima a punto de caer, es probable que quieras detenerlo para que no se caiga. Pero si ves a tu pequeño subiendo una escalera por primera vez, intenta simplemente estar allí para atraparlo si se cae, sin dejar que vea tu miedo.

Es importante que los niños aprendan a evaluar el riesgo por sí mismos para que puedan determinar cuándo realmente no están seguros y cuándo está bien correr un poco de riesgo para intentar algo nuevo. Tu guía es fundamental para su éxito.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.