El síndrome postvacacional en los niños

La vuelta a la rutina escolar tras el verano puede suponer un cambio difícil para algunos niños. Pero existen pautas que podemos seguir para evitar el síndrome postvacacional.
El síndrome postvacacional en los niños
Elena Sanz Martín

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Última actualización: 03 febrero, 2022

El fin del verano se acerca y con él la vuelta a la rutina. Tras dos meses sin colegio, sin horarios fijos ni responsabilidades es posible que a los más pequeños les cueste adaptarse al cambio. El síndrome postvacacional en los niños es un hecho que afecta a un pequeño porcentaje de ellos pero que puede requerir cierta atención.

Adaptación al cambio

La vuelta a casa tras las vacaciones supone un cambio para todos los miembros de la familia. Cambian los horarios, la alimentación, las actividades. Durante el verano se adoptan horarios y estilos de vida más flexibles y recuperar la rutina escolar puede resultar difícil.

Ante esta necesidad de adaptación a las nuevas rutinas, pueden surgir algunos síntomas tanto físicos como emocionales: el llamado síndrome postvacacional. A pesar de que el porcentaje de adultos que lo sufren es mayor que el de niños, algunos de estos últimos también tienen que hacerle frente.

El síndrome postvacacional en los niños

El síndrome postvacacional en los niños se presenta con síntomas físicos tales como fatiga, falta de apetito, molestias estomacales con vómito o diarrea, y alteraciones del sueño o insomnio. También produce síntomas emocionales como irritabilidad, llanto, tristeza o episodios de angustia.

Debido a todo lo anterior, el pequeño puede mostrar alteraciones de conducta como rechazo al colegio o falta de concentración en clase. Los efectos del síndrome postvacacional suelen durar pocos días y se van desvaneciendo a medida que se entra en la rutina escolar.

Niños despidiéndose de su madre en la vuelta al cole tras sufrir el síndrome postvacional.

En caso de que la situación perdurase por más de dos o tres semanas, sería conveniente acudir a un especialista que nos ayude a determinar qué ocurre. Será necesario descartar un trastorno adaptativo que pueda estar producido por situaciones más serias como bullying, dificultades sociales o académicas.

Claves para evitar el síndrome postvacacional en los niños

A pesar de que el síndrome postvacacional es algo común y que desaparece a los pocos días de empezar el curso, existen algunas pautas que podemos seguir para ayudar a motivar a los niños a afrontar con optimismo la vuelta al cole. Especialmente si nuestro niño es muy pequeño o si hemos detectado que le cuesta afrontar el cambio, deberemos intervenir para ayudarlo.

Cambio gradual

Para que la transición sea más sencilla, es conveniente dedicar un tiempo a ir reacomodando los horarios de forma paulatina. No es recomendable volver de las vacaciones justo antes de la vuelta al colegio. Es preferible ir modificando las rutinas con una semana de antelación, tratando de adaptarlas al futuro horario escolar.

Comenzar a realizar las comidas, meriendas cenas y baños en unas horas fijas. Y, sobre todo, ir adaptando el horario del sueño. Adelantar diez minutos cada día la hora de ir a acostarse les ayudará a no notar un cambio tan abrupto cuando se incorporen al colegio.

También es recomendable realizar un repaso del contenido del curso anterior durante el verano. Si los niños tienen tareas, es preferible que vayan realizando una pequeña cantidad cada día, en lugar de hacerlo todo al principio. Si no, podemos proponerles nosotros algunos ejercicios o comprar cuadernillos de verano. De esta forma, no pierden por completo el ritmo y evitaremos que sientan cierta inseguridad al volver a clase.

Niño en el colegio con síndrome postvacacional.

Actitud positiva

Es importante la actitud que adoptemos los adultos ante el fin de las vacaciones. Si les transmitimos a los niños negatividad y agobio, ellos sentirán lo mismo. Es preferible transmitirles la ilusión de volver a nuestro hogar, a su cama, a sus juguetes.

Hemos de resaltar las cosas buenas del regreso al colegio, como poder reencontrarse con sus amigos y contarse las vivencias del verano, o volver a realizar esa actividad extraescolar que tanto les gusta.

Comprar y preparar juntos el material escolar también puede ayudarles a irse aclimatando a la vuelta a la rutina. Comprar la mochila, el estuche, los cuadernos o forrar los libros. Hazle partícipe de esta actividad y trata de que la viva con ilusión.

Muéstrate disponible

Si aún así el pequeño muestra una gran reticencia o rechazo a volver al colegio, trata de hablar con él. Escucha sus motivos sin juzgarlo y sin restarle importancia a sus sentimientos. Explora si siente ansiedad por la dificultad del nuevo curso, porque recibe un mal trato de algún compañero o profesor, y ofrécele tu ayuda.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Caballero, M. J. C., & Ochoa, G. M. (2001). Autoestima y percepción del clima escolar en niños con problemas de integración social en el aula. Revista de psicología general y aplicada: Revista de la Federación Española de Asociaciones de Psicología54(2), 297-311.
  • Convertini, G., Krupitzky, S., Tripodi, M. R., & Carusso, L. (2003). Trastornos del sueño en niños sanos. Arch argent pediatr101(2), 99-105.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.