7 ejercicios de natación para tu bebé

¿Deseas que tu bebé desarrolle sus habilidades psicofísicas? Sin duda, la natación es el mejor deporte para eso. Procura que lo disfrute y hazlo con calma.

mama sostiene a bebe en la piscina pileta matronatacion

La natación es quizá una de las mejores alternativas deportivas. Por medio de los ejercicios de natación, tu bebé estimulará su desarrollo y conseguirá un sinfín de beneficios para su salud. ¿Has considerado practicarla juntos?

En caso de que la respuesta sea sí, te enseñaremos una serie de ejercicios para implementar en el agua con él. Recuerda que, más allá de ser una práctica deportiva, la natación es una gran oportunidad para fomentar hábitos saludables. Además, sobresale como una actividad entretenida para cualquier edad.

Ejercicios acuáticos para tu bebé

Más que programar la actividad en la piscina, procura que el bebé le encuentre la gracia a lo que hace. El objetivo principal es lograr que la natación sea divertida para él.

De hecho, un estudio realizado por investigadores de la Universidad Europea sugiere que, en la enseñanza de la natación, el método lúdico genera mayor interés y motivación en niños de todas las edades, a lo largo de todo el proceso de aprendizaje. Además, se destaca que este método crea un ambiente más agradable en comparación con el enfoque tradicional.

Con base en lo antes mencionado, el instructor y tú tendrán que buscar que el infante se familiarice con el agua y, en consecuencia, se entusiasme con las actividades que realiza. A continuación, te mostraremos algunos ejercicios de natación muy divertidos y útiles para hacer con el pequeño.

Lo que debes saber sobre: El primer baño del bebé en la piscina

1. Chapalear con los pies

El chapaleo de pies es uno de los primeros movimientos que ejecuta el bebé cuando llega a la piscina. Es muy importante, ya que favorece la confianza del niño con el entorno y es una buena forma de familiarizarse con él. Perder el miedo al agua es esencial.

Usualmente, se ejecuta en el borde del natatorio. Se sienta al bebé ahí y se introducen solo sus piernas, para que sus pies comiencen a sentir el agua. También es posible llevarlo a cabo en superficies poco profundas, como la piscina para niños o algunos escalones amplios.

2. Pasear alrededor

Dentro de los ejercicios de natación para tu bebé, el paseo alrededor de la piscina es fundamental. Por pequeño que sea, es fácil determinar qué le llama la atención y qué no.

Por este motivo, camina de la mano con tu hijo alrededor de la piscina y presta atención a sus reacciones. Si desea meterse o experimentar en ella, es probable que te haga señas con las manos y empiece a sonreír.

3. Recolectar juguetes

Una vez que el bebé haya entrado en confianza con la piscina y muestre intenciones de nadar, puedes convertir la experiencia en una práctica más divertida. Para ello, procura distribuir juguetes en una porción considerable de agua.

Motívalo a ingresar al agua y recolectar objetos, llevándolos de un lado al otro de la pileta. Esta actividad de agarrar objetos flotantes mejora la coordinación entre el ojo y la mano. Asegúrate de que el bebé cuente con flotadores y esté siempre supervisado por un adulto responsable.

4. Empapar el rostro

A pesar de que el bebé haya pasado gran parte de su vida en un entorno acuático, como el vientre materno, es necesario buscar alternativas que hagan que la experiencia con la piscina no sea traumática.

Empapar el rostro con agua puede servir para este fin. No debes tomarlo por sorpresa; antes bien, mójalo lentamente, para que no se asuste. Consigue un vaso o un recipiente, llénalo de agua y déjala caer desde la cabeza o la frente. Así lo recomienda esta investigación de la Revista de Investigación en Actividades Acuáticas, agregando que el agua debe caer con suavidad por la espalda, la nuca y, por último, la cara.

5. Pasear dentro de la piscina

Poco a poco la natación para tu bebé irá tomando forma. Un ejemplo claro son los paseos dentro de la piscina. Cuando te permita desplazarlo dentro del agua, podrás determinar si le gusta la actividad.

Existen varias formas de realizar este ejercicio acuático, pero hoy te mostraremos el método tradicional de carga. Para ello, debes tomar al bebé por las axilas, acostarlo boca arriba sobre el agua y moverlo por la superficie. Luego, repite el ejercicio pero boca abajo. Lo importante es hacerlo de una manera que le permita adquirir mayor confianza. 

Un trabajo divulgado en International Journal of Environmental Research and Public Health, reseña los beneficios de los ejercicios con apoyo en la madre para el desarrollo de la motricidad. En ese sentido, el entorno acuático proporciona una conexión táctil y no verbal entre la mamá y el bebé.

6. Saltar y sumergirse

Los saltos y las inmersiones requieren un nivel más elevado de autoconfianza. Sin embargo, son ejercicios que pueden llevarse a cabo con la debida supervisión profesional. Deja que el bebé se ubique en el borde de la pileta y motívalo a saltar hacia delante. Una vez en el agua, se sumergirá por el impulso de la caída.

Para los primeros saltos con inmersión, necesitará tu ayuda para salir del agua. Sin embargo, poco a poco comenzará a hacerlo solo. Por otro lado, no es necesario forzar la inmersión, sino motivarlo y, cuando la disfrute, la repetirá una y otra vez por su propia iniciativa.

7. Iniciar la propulsión

De acuerdo con un artículo publicado en Journal of Negative and No Positive Results, alrededor de los 5 meses, el bebé puede efectuar desplazamientos boca abajo y boca arriba para estimular el movimiento de manos y pies. La pared de la piscina se emplearía para estimular el reflejo de apoyo plantar y con juguetes e incitar a la manipulación. De 1 a los 3 años puede avanzar sujeto al borde y desplazarse con churros bajo el pecho, lo que le permitirá palmetear y mover los brazos.

Al sumergir al bebé en posición ventral (panza abajo) veremos que este ejecuta un enderezamiento de la columna cervical. Además, cierra su glotis como reflejo de protección de la vía aérea y mueve sus cuatro miembros para propulsarse.

Aspectos a tener en cuenta en la natación para tu bebé

Ejercicios, juegos y actividades divertidas las hay por montones. No obstante, es necesario tener en cuenta una serie de cuestiones antes de que tu bebé participe de la natación:

  • Debes acudir al pediatra para que dé el visto bueno sobre la actividad y certifique el apto físico del niño. Algunos médicos recomiendan la actividad a partir de los 3 meses de edad, otros antes o después. Las opiniones sobre el tema son diversas, por eso es fundamental que lo discutas con el profesional.
  • En el libro Aportes pedagógicos acuáticos, se plantea iniciar ejercicios de natación, como flotar y darse la vuelta, entre los 3 y los 36 meses, esto es, cuando el bebé ya se sienta y camina de manera independiente. No obstante, sugiere que entre los 3 y los 4 años es la edad más aceptada.
  • El tiempo de duración de cada sesión debe promediar los 40 minutos.
  • Con respecto al acompañamiento, se aconseja que sea uno de los padres el que vaya con el bebé. Y si es posible, ambos.
  • El bebé no debe estar solo en ningún momento mientras se encuentre cerca o dentro de la piscina.

Es importante resaltar que no es extraño que ocurran ahogamientos en situaciones que se creen seguras, como aguas poco profundas o con observación de parte de niños mayores. Como lo señala este estudio publicado en Injury epidemiology, la prevención precisa de múltiples capas de protección. Mantente siempre cerca.

Bibliografía

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