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5 ejercicios de mindfulness para niños

4 minutos
La falta de atención o los problemas para enfocarse suelen ser comunes en la infancia, ese periodo en el que todo nos atrae. A continuación, presentamos los mejores ejercicios para solucionar estos inconvenientes en nuestros hijos.
5 ejercicios de mindfulness para niños
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez

Escrito por Fernando Clementin
Última actualización: 17 febrero, 2021

Los ejercicios de mindfulness para niños tienen el objetivo de estimular las habilidades mentales y emocionales. A partir de la realización de actividades muy sencillas, se puede ayudar al niño a fortificar diferentes zonas del cerebro que participan en sus tareas intelectuales.

En primer lugar, debemos dejar claro a qué nos referimos al hablar de ejercicios de mindfulness para niños. La palabra mindfulness es un término inglés que quiere decir ‘la característica de una persona de prestar total atención a sus actividades o responsabilidades’. En otras palabras, sería estar presente en el lugar en que nos encontramos, con nuestra mente puesta en ello.

Habiendo detallado esto, podemos afirmar que se trata de ejercicios mentales para fortalecer la capacidad de atención en los niños. Últimamente se ha vuelto común encontrarse con niños con problemas para mantenerse enfocados o para memorizar información. Esto puede deberse, entre otras cosas, a la gran cantidad de estímulos exteriores a los que se enfrentan constantemente (televisión, móviles, etc).

Beneficios de los ejercicios de mindfulness para niños

Algunas de las ventajas de este tipo de actividades son:

  • Desarrollan la atención y la memoria.
  • Fomentan la creatividad.
  • Posibilitan la distinción y el manejo de emociones.
  • Mejoran el rendimiento académico.
  • Ayudan a permanecer más tranquilos y el equilibrio frente a situaciones adversas.
  • Despiertan sus sentidos y la coordinación entre ellos.
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5 ejercicios de mindfulness para niños

Si tu hijo es muy distraído y esto repercute en su rendimiento escolar o en sus actividades cotidianas como aprender a leer o escribir, te recomendamos algunos ejercicios de mindfulness para que trabajes con él:

  • El visitante: hazle imaginar que es un astronauta o un ser de otro planeta que visita la Tierra por primera vez. Luego, dale un objeto y pídele que lo describa usando sus cinco sentidos. Debe contar qué forma tiene, cómo huele, qué sabor tiene (si se trata de una fruta, por ejemplo).
  • El paseo: sácalo de paseo y pídele que se concentre exclusivamente en lo que ve a su alrededor. Trata de no distraerlo no hablándole ni sugieriéndole nada. Luego, haced juntos un repaso de los objetos, animales y personas que os cruzasteis, tratando de ser lo más detallistas posible.
  • La rana: consiste en sentarse en una posición cómoda y simplemente observar lo que ocurre a nuestro alrededor. Como las ranas, que se ubican en un lugar expectantes y observadoras, hinchando su barriga al ritmo de su respiración. Proponle a tu hijo que imite este comportamiento, prestando atención a su propio cuerpo y sin caer en las distracciones de las miles de actividades que se le cruzan por la cabeza.
  • La campana: deberás pedirle al niño que se concentre exclusivamente en la aparición del sonido de una campana, que podrás hacer sonar en cualquier momento. Con sus ojos cerrados, deberá levantar su mano cuando sienta que el sonido aparezca y desaparezca. Así, su atención deberá estar centrada únicamente en este estímulo.
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  • Atención al comer: normalmente, comemos mientras hacemos alguna otra cosa. Este ejercicio busca justamente lo opuesto. Durante el desayuno, el almuerzo o cualquier otra comida, dile a tu hijo que utilice todos los sentidos para percibir los alimentos que ingiere. Debe identificar color, sabor, textura, gusto, olor y todo lo que pueda. Además, trata de ayudarlo para que se concentre en la comida, que coma despacio (algo recomendado por los nutricionistas) y mantenlo alejado de la televisión durante estos momentos. Verás que se convertirá, con el tiempo, en un hábito muy saludable.

“Si planteas estas actividades como un juego y no como una tarea u obligación, la predisposición y el rendimiento del niño mejorarán considerablemente”.

Consejos para realizarlos:

  • Constancia: no se pueden obtener resultados inmediatos. Elige un par de días a la semana, en un tiempo determinado, y fíjalos como horarios de práctica. Son apenas unos minutos, vale la pena el esfuerzo.
  • Contexto: dado que se busca trabajar la concentración, la atención y la memoria, lo mejor es buscar lugares apartados en la medida de lo posible silenciosos y con pocas distracciones.
  • Diversión: si hay un ejercicio que lo atrapa particularmente, no dudes en repetirlo. Además, trata siempre de inculcar una actitud lúdica a todas estas actividades para evitar que se vuelvan una carga.
  • Comparte: pregúntale cómo se sintió después de realizar los ejercicios, consulta su opinión y siempre, absolutamente siempre, valora su esfuerzo. Si lo reprimes por no lograr los objetivos “esperados” no harás más que desalentarlo y lograr que abandone la rutina de actividades.

En último lugar, te recomendamos que sigas el proceso muy de cerca, que anotes los resultados y evalúes así el progreso de tu hijo. Es una experiencia nueva para ambos, ¡procura que sea amena y entretenida!


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Comas, S. (2016). Burbujas de paz: pequeño libro de Mindfulness para niños (y no tan niños). Nube de Tinta.
  • Snel, E. (2008). Tranquilos y atentos como una rana. Animal Genetics. https://doi.org/10.1017/CBO9781107415324.004

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