El dolor abdominal por gases es un motivo de consulta frecuente para los pediatras. Este suele ocurrir en algún momento de la infancia y su presentación será variable. En algunos casos el malestar provocado en el niño será tan intenso que podrá despertar angustia y preocupación en sus padres.
En este artículo te contamos por qué ocurren los gases en los niños, cómo se presentan habitualmente, qué podemos hacer en casa para aliviarlos y cuándo debemos consultar con nuestro médico.
Tipos de dolor abdominal en niños
El abdomen es la cavidad ubicada por debajo del tórax y en ella se localizan varios órganos. Llamamos dolor abdominal a todo aquél que ocurra en cualquier localización comprendida entre el pecho y la pelvis, ya sea en la cara de frente, los laterales o en el dorso.
Existen distintos tipos de dolor abdominal, los cuales muchas veces nos dan una pista sobre dónde está el foco del problema.
Dolor agudo y dolor crónico
Según el tiempo de evolución, hablamos de dolores agudos cuando son de reciente inicio y crónicos son aquellos que tienen más de 2 meses de evolución.
Estas diferencias se establecen según la periodicidad del dolor. Los dolores cólicos son aquellos que ocurren de manera intermitente, como en oleadas (fuertes retorcijones que alternan con períodos sin dolor). En contraparte, los dolores que no ceden a lo largo de las horas se denominan continuos.
Dolor localizado y dolor generalizado
Algunas veces el dolor puede ser señalado por el paciente en un sitio preciso, que suele indicar el foco del problema: este es el dolor localizado. En otros casos, el dolor se percibirá en todo el abdomen o bien referirse a la zona alrededor del ombligo y lo llamamos dolor generalizado.
Los dolores abdominales por gases suelen ser agudos, de tipo cólico y generalizados.
¿Por qué se producen los gases en los niños?
En nuestro intestino viven bacterias que forman parte de nuestra flora normal. Entre otras funciones, colaboran con la digestión del alimento para que podamos aprovechar los nutrientes en él contenidos.
Durante este proceso se producen gases como desecho, que deberán ser eliminados del cuerpo a través de los orificios naturales: la boca o el ano.
Además de este mecanismo, cuando comemos además de alimento o bebidas ingerimos aire del exterior. Este será retenido en el estómago y pasará hacia los intestinos para ser eliminados por el ano como flatulencias, o regresará a la boca para ser liberado al exterior como eructos.
En algunas ocasiones esta ingesta de aire (llamada aerofagia) será imperceptible y otras veces será tan importante, que provocará sensación de malestar en el niño (distensión o dolores).
Finalmente, cuando el intestino se enferma y tiene dificultades para absorber los nutrientes de los alimentos (como sucede en la Intolerancia a la lactosa), los restos de alimentos que permanecen en el tubo digestivo se fermentan y producen mayor cantidad de gas.
Esto también ocurre con ciertos alimentos con alto contenido en grasas o azúcares, principalmente en los niños pequeños.
¿Cómo se pueden prevenir los gases en niños?
Estos pueden reducirse con cambios en los hábitos de alimentación, sobre todo en aquellos pequeños en los que se haya diagnosticado algún tipo de intolerancia digestiva a alimentos, como se mencionó anteriormente.
Algunas recomendaciones para mejorarlos son:
Ingerir los alimentos lentamente, con una postura erguida y sin prisas.
Evitar cambios bruscos de posturas durante la alimentación, como subirse o bajarse repetidamente de la silla
No hablar mientras se come.
Limitar el uso de pantallas durante la ingesta, ya que corren el foco de atención de esta actividad e interfieren con las señales de saciedad o hambre.
Reducir la ingesta de alimentos con alto contenido de carbohidratos o las bebidas carbonadas (como jugos o gaseosas), ricos en grasas y ricos en fibras. Si bien esta última favorece la evacuación, produce mucho gas en el intestino.
Ingerir suficiente cantidad de agua durante el día (ayudará a limpiar el intestino y evitar que los desechos se acumulen y fermenten)
No mascar chicles frecuentemente.
Manejo del dolor por gases en los niños
Un niño con dolor, es un niño que está sufriendo. Por este motivo, se recomienda a los padres ofrecer en casa alguna medida de alivio y ver si así resuelve el cuadro antes de concurrir a la central de emergencias.
Como cualquier otro dolor del cuerpo, puede tratarse con analgésicos comunes como Ibuprofeno o Paracetamol. Estos son seguros para el uso en el hogar, siguiendo detenidamente las instrucciones del producto y del médico de cabecera.
Por otro lado, se pueden realizar masajes, ofrecer calor tibio en la zona afectada y dejar al niño adoptar la posición que le resulte más confortable.
No es necesario que coma alimentos si no lo desea. De hecho es importante no forzar al niño cuando tiene dolor, ya que él mismo se limita como mecanismo de protección y evita las nauseas que puedan acompañar el cuadro.
Si es importante que ingiera agua de a pequeñas cantidades, sobre todo cuando reciba analgésicos, para evitar la deshidratación.
¿Existen medicamentos especiales los gases?
Actualmente muchos profesionales recomiendan algunos medicamentos para el tratamiento del dolor abdominal por gases, pero no todos cuentan con suficiente evidencia en niños.
A su vez, es importante evaluar cada caso en particular antes de indicarlos, ya que la opción más apropiada dependerá de la causa principal de los gases.
Probióticos: Sirven para restaurar la flora microbiana normal del intestino en casos en los que esté disbalanceada (Quigley, 2008)
Soluciones de fibra soluble en agua (water-soluble fiber): No existe evidencia suficiente para el uso en niños para el tratamiento del dolor abdominal por gases (Newlove-Delgado, 2017)
Antiespasmódicos: son medicamentos que relajan los músculos digestivos, reduciendo la sensación de dolor. No existe suficiente evidencia que avale el uso en niños (Brusaferro, 2018)
¿Cuándo debo consultar al médico?
Se recomienda consultar al médico cuando ocurra al menos uno de los siguientes síntomas:
El dolor sea muy intenso y no ceda con analgésicos comunes, como Ibuprofeno o Paracetamol.
La severidad del dolor se incremente con el paso de las horas.
El niño presente el vientre rígido y duro.
Cuando no se haya constatado la eliminación de materia fecal ni gases por el ano o no se perciban ruidos en el abdomen del niño.
Si el dolor se acompaña de fiebre que persiste.
En caso de muchos vómitos en un lapso corto de tiempo (por ejemplo, más de 3 vómitos en 30 minutos).
Se observa sangre o pus en la materia fecal.
Dificultad para respirar.
Siempre que el niño haya deteriorado su estado general de salud.
Acerca del dolor por gases en niños…
El dolor abdominal por gases es muy frecuente y generalmente inocuo. Es importante conocer cómo se presenta, para poder diferenciarlo de otros tipos de dolor que puedan indicar que algo más está sucediendo.
Trabajar sobre aquellos hábitos alimentarios que tienen nuestros hijos, podrá ayudarnos a aliviar sus molestias y nuestras preocupaciones.
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Hyams JS, Di Lorenzo C, Saps M, et al. Functional Disorders: Children and Adolescents. Gastroenterology 2016. Feb 15;S0016-5085(16)00181-5. doi: 10.1053/j.gastro.2016.02.015.
