Displasia de cadera en bebés: ¿qué es y cómo se corrige?

La displasia de cadera es una de las afecciones más frecuentes del recién nacido. Te contamos sus características, qué estudios requiere y cómo se trata.
Displasia de cadera en bebés: ¿qué es y cómo se corrige?
Maria Elisa Lisotti Luppi

Revisado y aprobado por la fisioterapeuta Maria Elisa Lisotti Luppi.

Última actualización: 14 agosto, 2021

La displasia de cadera afecta a un número elevado de bebés a nivel mundial. Sin embargo, aún no se conoce con exactitud la causa que la genera. Actualmente también se la denomina displasia del desarrollo de la cadera, ya que ocurre en la etapa intrauterina o en los momentos cercanos al nacimiento.

Resulta fundamental que el diagnóstico sea precoz, para favorecer el pronostico del niño que la padece. En los casos en los que el tratamiento no se aplica, el cuadro puede complicarse a una luxación o subluxación de cadera del neonato.

¿Qué es la displasia del desarrollo de la cadera?

La displasia del desarrollo de la cadera (DDC) es una de las patologías más comunes de los recién nacidos y puede ocurrir entre la semana 11 de gestación y los dos años de edad. 

Los niños que la presentan, tienen una desproporción entre el tamaño de la cabeza femoral y el acetábulo. Esta es la superficie sobre la cual el fémur se articula con la cadera. Por ende, la alteración que conduce a la DDC puede ubicarse en la cabeza femoral, en la cavidad acetabular o en ambos sitios.

Esta condición es más frecuente en los embarazos múltiples, sobre todo en el primer embarazo. Ocurre habitualmente del lado izquierdo y su intensidad es variable: desde una leve inestabilidad articular hasta una luxación completa de la cadera. 

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Si bien no se conoce con exactitud qué la provoca, se han identificado algunos factores de riesgo para padecerla.

Presentación pelviana

La posición de nalgas del bebé durante el tercer trimestre de embarazo constituye un factor de riesgo para la displasia de cadera. Además, se presume que esta presentación del bebé condiciona el mecanismo de parto, lo cual agrega otro predisponente más.

Oligohidramnios

Aquellas condiciones que provocan una pérdida parcial del líquido amniótico podrían estar relacionados a la displasia de cadera en bebés. Así mismo, algunos factores hormonales maternos y de tipo hereditarios podrían favorecer ambas condiciones.

Miomas uterinos maternos

Al ocupar un espacio adentro del útero, los miomas limitan la movilidad fetal al final de la gestación y esto genera efectos nocivos para el desarrollo de su cadera. 

Fetos de sexo femenino

Las niñas son mas propensas a presentar displasia de cadera que los niños. Más aún aquellas de etnia caucásica, sobre todo si algún otro miembro de la familia padeció la enfermedad. 

Anatomía materna

La pelvis estrecha puede condicionar la aparición de esta alteración en el feto, ya que limita la movilidad del feto adentro del útero materno.

Manipulación inadecuada del bebé

Tanto las técnicas de arrope inapropiadas, como el uso de mochilas no ergonómicas para portear al bebé, pueden favorecer a la displasia de la cadera del bebé. 

¿Cómo se diagnostica la displasia del desarrollo de la cadera?

El diagnóstico de la DDC se realiza por medio de un examen clínico y se complementa con algunos estudios de imágenes.

A través de la observación, el pediatra evalúa si existe limitación en la apertura de las piernas del bebé. Además, puede identificar cualquier asimetría en la longitud o en el aspecto de los muslos y los pliegues glúteos de ambos miembros inferiores.

La articulación de la cadera es estable cuando la cabeza femoral y el acetábulo están correctamente formados y alineados de manera fisiológica.

Luego, complementa la información con la palpación y la realización de dos maniobras fundamentales:

  • La Maniobra de Barlow, sirve para comprobar la ubicación de la cabeza femoral.
  • La Maniobra de Ortolani, se aplica para detectar posible luxación de cadera.

Los estudios complementarios se solicitan ante la sospecha clínica de esta condición. Su indicación de rutina, como parte de las estrategias de cribado, es controvertida y se limita a aquellos casos en los que existan varios factores de riesgo.

  • La ecografía de caderas es la técnica más usada en las primeras 6 semanas de vida, debido a que no emite radiaciones y es un método no invasivo para el bebé.
  • Luego de los 4 meses de edad, la radiografía de caderas convencional se convierte en la técnica de elección.
  • La tomografía computada se utiliza para los caso más graves o cuando haya dudas con los métodos anteriores.

¿Cómo se corrige la displasia de cadera en bebés?

La detección a tiempo de la DDC es fundamental para el pronóstico de la enfermedad, ya que el tratamiento conservador es efectivo únicamente si se realiza dentro de los 6 primeros meses de vida.

Se sabe que cuanto más tiempo permanezca desplazada la cadera, mayor desgaste se producirá en la articulación. Además, se limitarán las chances de que el niño pueda recuperar el estado natural de sus huesos.

El objetivo principal del tratamiento es asegurar la correcta alineación articular y su estabilización. De esta manera, el desarrollo puede continuar su curso natural sin dejar secuelas.

La correcta posición de los huesos y los músculos de la cadera permiten que la sangre llegue correctamente a todas las estructuras y los tejidos se desarrollen adecuadamente.

Tratamiento conservador (no quirúrgico)

Hasta los 6 meses de vida resulta la opción de preferencia. Consiste en el uso de un arnés o férula para mantener a la la cadera en su posición correcta.

Al principio la inmovilización se utiliza permanentemente. Con el paso de las semanas, si la evolución del niño es satisfactoria, se van reduciendo los tiempos de uso.

Tratamiento quirúrgico

Si a los 6 meses de tratamiento conservador no se registran mejorías o el diagnóstico se efectuó de forma tardía, la opción quirúrgica es la más apropiada.

Hasta los 18 meses la alineación quirúrgica puede realizarse sin cortar la piel. Pasado ese lapso de tiempo, será necesario operar la cadera a través de una cirugía abierta.

El rol de la fisioterapia pediátrica en displasia de cadera

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En todos los tratamientos de la displasia de cadera, la fisioterapia pediátrica ofrece múltiples beneficios. Por un lado, busca mejorar la noción del niño sobre su propio cuerpo. Por el otro, colabora con el manejo del dolor y mejora la funcionalidad integral del pequeño.

Cuando se realiza antes y durante el tratamiento no quirúrgico, la fisioterapia ayuda a mejorar la movilidad. El trabajo físico favorece la oxigenación de los tejidos y ayuda a mantener la tonicidad del músculo.

Si se realiza únicamente antes de la cirugía, favorece al mantenimiento del tono muscular y a conservar la movilidad de la articulación.

Después de la cirugía, el tratamiento con fisioterapia es fundamental para recuperar la movilidad y la fuerza de la articulación. Además, en el caso que el niño ya deambule, lo ayuda a restablecer la manera correcta de caminar.

Acerca de la importancia del diagnóstico temprano de enfermedades

Debemos destacar la importancia del diagnóstico temprano de las enfermedades infantiles, a través de los controles médicos de rutina. A través de sencillas evaluaciones se pueden detectar distintas alteraciones del desarrollo motor, como la displasia de cadera en bebés.


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