¿Cada cuánto abrazas a tus hijos?

A menudo, la vorágine en la que vivimos nos hace desatender nuestras propias necesidades emocionales y las de nuestros hijos. Lee atentamente este artículo y comprende la importancia de abrazar.
¿Cada cuánto abrazas a tus hijos?
Sharon Capeluto

Escrito y verificado por la psicóloga Sharon Capeluto.

Última actualización: 05 mayo, 2023

Los abrazos son poderosos. Se trata de un acto simple, pero profundamente significativo y que suele estar presente en los mejores y peores momentos de la vida. Es una de las formas más eficaces de conectar emocionalmente con otra persona y tiene múltiples objetivos: a través de ellos expresamos nuestros sentimientos, agradecemos, pedimos perdón, nos despedimos, felicitamos y contenemos

Lo que sentimos al abrazar y al ser abrazados, es difícilmente descriptible. Es tan mágico como real. Desde ya que representa una de las grandes muestras de amor entre personas que se quieren y puede brindar una sensación de protección, confianza y conexión. El punto es que, desafortunadamente, vamos por la vida tan deprisa que pasamos por alto algunas de nuestras necesidades simbólicas y afectivas. 

¿No hay tiempo para abrazar?

El tiempo vuela. Los días transcurren casi desapercibidamente envueltos en un sinfín de actividades laborales, domésticas y familiares. La ansiedad y la inmediatez son, sin lugar a dudas, dos elementos característicos de la época. 

Con el cansancio del día encima, cuando llegamos a casa solo queremos darles de comer a los chicos, acostarlos e irnos a descansar. En ocasiones, esto nos hace olvidar del mundo emocional, ese que todos tenemos y deberíamos atender. Así, los abrazos se vuelven cada vez menos habituales y se presentan únicamente en situaciones sensibles, como la angustia de un hijo; o en eventos específicos, como los cumpleaños. 

La falta de tiempo nos lleva a niveles altos de estrés y a menudo perdemos noción de las cosas importantes de la vida, como pasar tiempo de calidad con nuestros hijos.

¿Cuánto debemos abrazarnos?

De acuerdo con la psicoterapeuta familiar, Virginia Satir , los seres humanos precisamos de entre 4 a 12 abrazos diarios. En su libro Terapia Familiar señala que necesitamos cuatro abrazos al día para sobrevivir, ocho para mantenernos y doce para crecer. Por lo tanto, ser generosos a la hora de dar demostraciones de afecto parece ser realmente importante. 

Los abrazos entre madres e hijos

Según tu respuesta, esta pregunta te va a incomodar, doler o enorgullecer: ¿cada cuánto abrazas a tus hijos? ¿Recuerdas la última vez que lo hiciste? ¿Lo haces menos de lo que te gustaría? Bueno, si es tu caso, debes saber que no eres la única que abraza a sus hijos de forma más esporádica de lo que quisiera. 

“Si bien es cierto que dar o recibir un abrazo es algo simple y cotidiano, casi todos desconocemos la dimensión de plenitud que nos proporciona”.

– Barrera Gutiérrez, M. I., Acaro Sánchez, D.P. –

Sabemos que el contacto corporal, como las caricias , los besos y los abrazos, son un elemento imprescindible en el vínculo entre madre e hijo. Sobre todo durante los primeros años de vida se trata de un elemento de supervivencia. Sin embargo, el contacto físico es también muy importante una vez que nuestros hijos crecen.

Si bien es esperable que ellos se vuelvan más independientes y menos cariñosos conforme crecen, el valor de los abrazos es siempre relevante. Tanto los bebés, como los niños, los adolescentes y los adultos, se ven beneficiados al momento de verse envueltos en los brazos de su madre. 

Al momento de recibir un abrazo, nuestros hijos se sienten cobijados y cuidados, al tiempo que obtienen otros múltiples beneficios.

Algunos beneficios de los abrazos

Como sabemos, los abrazos hacen bien. Y aquellos que son sinceros aportan numerosos beneficios, tales como los siguientes:

  • Reducen la sensación de estrés y ansiedad.
  • Contribuyen con el buen humor y el bienestar general.
  • Mejoran los vínculos interpersonales.
  • Proporcionan seguridad y confianza.
  • Favorecen el desarrollo de la autoestima.
  • Relajan los músculos y fortalecen el sistema inmune. 

Está comprobado que abrazar libera dopamina y oxitocina , dos hormonas relacionadas con las sensaciones de placer, felicidad y amor. 

“No existe nada comparable al abrazo de una madre”.

–Terri Guillemets –

Hay que abrazar más a los hijos

Esta experiencia no es más que un mensaje de cercanía e incondicionalidad. Incluso, acompañados de silencio, los abrazos transmiten confianza y seguridad. Un niño aliviará su angustia, su enojo, su frustración, su frío y sus miedos al recibir un abrazo sincero de parte de alguno de sus principales cuidadores. 


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  • Barrera Gutiérrez, M. I., Acaro Sánchez, D.P. (2017). El abrazo diario y la autoestima de los niños y niñas de 3 a 4 años de la Unidad Educativa Ambato. Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación.Carrera de Parvularia.

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