El control de error, según Montessori
María Montessori fue una de las grandes pioneras de la educación moderna y una enorme influencia para los profesores de hoy. Una de sus mayores apuestas fue el concepto del control de error.
Siempre se ha dicho que de los errores se aprende y de hecho, esta aseveración constituye uno de los pilares del método científico. Por ello, queremos explicarte en qué consiste este término para el método Montessori y cómo implementarlo en casa de forma apropiada.
Qué es el control de error
Comencemos con el quid de la cuestión. El control de error es una pieza clave de la metodología instaurada por María Montessori e involucra al adulto acompañante del niño. Es decir, al docente, al padre o al cuidador a cargo.
Esta figura se desempeña como guía del pequeño, pero no debe actuar más que como acompañante. Su función es observar sin interferir en el aprendizaje del niño, pues así es como este se desarrolla correctamente.
Así pues, el control de error debe permitirles a los niños ser conscientes de sus fallos por sí mismos y corregirlo por sus propios medios cuando sucedan.
Por tanto, todos los materiales que se le ofrecen al pequeño deben estar preparados para que los niños puedan corregir sus errores sin alterar su autoestima o su capacidad de concentrarse en la actividad.
Los errores y el método Montessori
Según el método Montessori, cada niño debe ser capaz de descubrir si lo que hace es correcto o no. Y esto ha de lograrlo por sus propios medios y sus propias capacidades, sin que el adulto le explique ni intervenga. Esto le brinda al infante una fórmula consciente de aprendizaje autónomo.
Para que resulte más sencillo de comprender, veamos un ejemplo práctico. Imaginemos que el niño tiene una llave y diversos candados. Por instinto probará uno por uno hasta dar con el correcto. La mecánica es muy similar a la de los puzles: probar hasta acertar.
Entonces, el control del error se basa en la premisa de que cuando el niño se equivoca, se da cuenta de que no lo ha hecho bien y repite por sí solo la acción hasta alcanzar el resultado deseado.
Los beneficios del control del error
Encontramos múltiples beneficios en el control de error según lo estipulado por el método Montessori:
- Brinda un aprendizaje independiente y autónomo por parte del pequeño.
- Promueve la capacidad de análisis y de observación.
- Aumenta la autoestima del infante: se consigue que tenga mayor confianza en sí mismo y en sus posibilidades. También le permite conocerse, desarrollar su autoconcepto y tomar conciencia de sus fortalezas.
- Establece una base clave para el pensamiento lógico: toda acción tiene consecuencias.
- Mejora su capacidad para resolver problemas, una habilidad muy importante para la vida.
- Permite descubrir que errar no es tan negativo y que forma parte de la cotidianeidad.
- Demuestra que el error es parte de un proceso de aprendizaje.
- Fomenta la autoevaluación de los niños, para que tomen las acciones necesarias y corrijan los fallos.
¿Qué debemos hacer los adultos?
¿Qué haremos nosotros, los adultos, durante todo este proceso? Nuestra labor es muy importante, ya que somos quienes dotamos a los niños del material y de las actividades para aprender el control del error.
Recordemos que los adultos estamos aquí para guiar sin interferir en el desarrollo de los pequeños. Así pues, no es conveniente que vayamos raudos en la ayuda del niño que está errado, pues le robamos la oportunidad de aprender algo por sí mismo.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Oswald, P., Schulz-Benesch, G. (1997). Basic Ideas of Montessori's Educational Theory: Extracts from Maria Montessori's Writings and Teachings. Santa Bárbara: ABC-CLIO.
- Asociación Montessori Española. Biografía María Montessori. [Internet] Disponible en: http://asociacionmontessori.net/biografia/