Consejos de Montessori para que tus hijos ayuden en casa
María Montessori fue una importante educadora, científica y filósofa italiana. Sus métodos pedagógicos, considerados radicales para su tiempo, se centraban en el respeto hacia los niños y la confianza en sus capacidades. Gracias a los consejos de esta mujer, hoy en día sabemos que en la etapa infantil los niños son como esponjas: absorben todo lo que ven, sienten y oyen.
Según su filosofía, lo más importante para el aprendizaje es la motivación. Los conocimientos deben ser percibidos y razonados, no introducidos a la fuerza. El niño debe aprender a amar y respetar su ambiente, y así desarrollarse. Por desgracia, estos conceptos fueron duramente criticados en su época. Muchos sectores conservadores veían sus innovaciones como algo malo, ya que eran muy diferentes a lo establecido.
Afortunadamente, hoy en día los consejos de Montessori son muy apreciados por las instituciones educativas. Muchos colegios llevan su nombre y utilizan sus enseñanzas. Pero no solo sus razonamientos se usan para temas académicos. Cada vez más padres valoran su forma de enseñar a los niños a ser autosuficientes dentro de casa.
El comportamiento de los hijos es causa del comportamiento de los padres. Si se les enseña a juzgar, juzgarán. Si se les enseña a ser ridiculizados, crecerán siendo inseguros. Por el contrario, si desde pequeños se les enseña a ser justos, de mayores lo serán.
Así pues, lo mismo ocurre con las tareas cotidianas. Si desde niños participan activamente en lo que ocurre dentro del hogar, muy pronto aprenderán a ser autosuficientes. Cada edad del niño tiene sus ventajas y desventajas, pero todas son positivas. Lo que no se aprende en una, se aprende en la otra.
Consejos de Montessori desde los 2 a los 12 años
A los 2-3 años
A esa edad el niño es demasiado pequeño para hacer la mayoría de las tareas. Puede empezar realizando pequeños pasos, como ayudar a poner la mesa, aprender a echar agua en los vasos o incluso barrer zonas pequeñas. También se le puede enseñar a limpiar su sitio después de comer e igualmente con el polvo de sitios bajos.
A los 4-5 años
Ya se le puede enseñar a hacer tareas más específicas, como poner los cubiertos o recoger los platos sucios. También es una buena edad para que aprendan cómo funciona la aspiradora y ayudar a organizar la compra. Lo mismo para hacer la cama, regar las plantas y alimentar a sus mascotas.
Ayúdame a hacerlo por mí mismo
-María Montessori-
A los 6-7 años
Es el periodo perfecto para que ayude a hacer pequeños platos que no sean difíciles. Barrer y descargar el lavavajillas son tareas que ya está capacitado para realizar. También pueden aprender a pelar patatas y zanahorias, a recoger malas hierbas del jardín y a doblar calcetines.
A los 8-9 años
Con esta edad ya puede fregar sin ningún problema. Puede aprender a preparar café o zumo, a sacar la basura y a limpiar espacios más difíciles, como el refrigerador. También es buen momento para que sepa cómo sacar los platos del lavavajillas, y si tiene mascota, para que aprenda a pasear con ella solo.
A los 10-11 años
En este momento puede aprender a cocinar cosas básicas y a planificar el menú del día. Aprender a cortar el césped y a coser son actividades que ya están capacitados para realizar. Otras como recoger el correo o aspirar la alfombra pueden aprenderlo incluso en etapas anteriores.
De los 12 años en adelante
Esta última etapa de la niñez permite a los hijos realizar tareas más difíciles. A esta edad ya puede perfectamente ayudar a lavar el coche, preparar platos fáciles y limpiar cristales. También pintar una habitación, además de aprender a planchar y cambiar una bombilla. Por supuesto, es el momento perfecto para empezar a cuidar a los hermanos más pequeños.
Básicamente, los consejos de Montessori se centran en una cosa: respeta a tu hijo. Permite que se equivoque y no lo atormentes por ello, pues la forma de aprender es equivocándose.
Habla con él con educación, anímalo para que consiga sus metas y no lo ridiculices. Escucha sus ideas y problemas, y sé paciente siempre. Si lo tratas con amor, cariño y respeto, crecerá fuerte y con personalidad propia.
Tratar con amabilidad a los demás, y la confianza en sí mismo impedirá que se hunda cuando las cosas fallen. Será una persona diligente y sabrá vivir sin ti, pero siempre admirará a la persona que nunca perdió la fe en él.
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