7 mitos sobre las caries infantiles

Algunos adultos hacen caso a mitos sobre las caries infantiles, pero, en realidad, confiar en estas creencias no siempre es buena idea.
7 mitos sobre las caries infantiles
Vanesa Evangelina Buffa

Escrito y verificado por la odontóloga Vanesa Evangelina Buffa.

Última actualización: 27 julio, 2022

Existen varios mitos sobre las caries infantiles que pueden considerarse riesgosos si se los toma en serio, pues esta enfermedad, aunque sea prevenible, es uno de los problemas de salud más frecuentes en todo el mundo.

“Se estima que, en todo el mundo, 2300 millones de personas padecen caries en dientes permanentes y que más de 530 millones de niños sufren de caries en los dientes de leche”.

-Organización Mundial de la Salud (OMS)-

A continuación, analizaremos algunas de las creencias en torno a esta afección. Así sabrás lo necesario para poder cuidar de manera adecuada la boca de tus pequeños.

7 mitos sobre las caries infantiles

Niño con caries en el dentista.

1. Las caries se producen por comer azúcar

Si bien es cierto que el consumo de azúcar aumenta el riesgo de sufrir caries, no es la causa real y única de la pérdida de minerales de los dientes. Los ácidos que generan las bacterias al metabolizar cualquier hidrato de carbono son los responsables de la destrucción de los tejidos dentarios.

Por lo tanto, aunque no se ofrezcan demasiados dulces a los niños, si no hay una adecuada higiene oral se puede desarrollar la enfermedad. Muchas personas creen que las golosinas y los alimentos con alto contenido de azúcares son los únicos responsables de la patología y descuidan los otros cuidados necesarios. En realidad, el consumo de cualquier carbohidrato, como patatas, panes, arroz y frutas, si hay bacterias, pueden dar origen a las caries.

Es verdad que a los microorganismos les resulta más fácil metabolizar azúcares como los que contienen las golosinas, los refrescos y las bollerías, por lo que evitarlas o disminuir su consumo es buena idea. Pero, como hemos dicho, si los gérmenes se acumulan, metabolizan cualquier carbohidrato, generando los ácidos responsables de las caries. Por eso, una adecuada higiene dental para eliminarlas también es fundamental.

2. La caries es una enfermedad de la niñez

Es común que se normalice la presencia de caries en los niños por pensar que es algo común durante la infancia. Pero esta patología no solo afecta a los niños, pues se relaciona con los hábitos y las prácticas de higiene. Por lo tanto, puede presentarse en cualquier etapa de la vida de una persona.

Es cierto que algunos comportamientos de la niñez favorecen la instalación de la enfermedad. El mayor consumo de alimentos con alto contenido de azúcar y la falta de habilidades motrices para higienizarse por sí mismos o de manera adecuada predisponen la instalación de las caries. De todos modos, con los cuidados necesarios la enfermedad se puede evitar y así puede haber niños libres de caries.

3. No hace falta cepillar los dientes de leche

Muchos adultos afirman que, como las piezas de leche se van a caer, no hay que preocuparse por cuidarlas. En realidad, esto no es cierto y es uno de esos mitos sobre las caries infantiles peligroso.

Los dientes temporales tienen funciones importantes en la boca de los pequeños. Los ayudan a alimentarse, a hablar de manera correcta y verse bien. Además, se encargan de guardar el espacio para la erupción de los dientes definitivos, evitando las malposiciones dentarias.

Por eso, es necesario el cuidado de las piezas dentarias de leche desde el momento en el que aparecen en la boca. Comenzar a cepillarlas e instalar buenos hábitos de cuidado bucal desde edades tempranas evita las caries y ayuda a mantener la sonrisa saludable.

Y, en el caso de que se enfermen, tratarlas lo antes posible evitará consecuencias más graves, como infecciones, dolor y destrucción dentaria. La atención de los dientes de leche es necesaria para cuidar la boca de tus pequeños.

4. Los bebés no pueden tener caries

Este es otro de los mitos sobre las caries infantiles que puede resultar nocivo para la salud de los más pequeños. Es incorrecto creer que los bebés no pueden contraer la enfermedad.

Las piezas dentarias son susceptibles de sufrir esta afección tan pronto como aparecen en la boca. De hecho, el desarrollo del síndrome del biberón o caries de la primera infancia es una patología bastante frecuente en los infantes. Se trata de una forma aguda y de avance rápido de la enfermedad que ataca los primeros dientes del bebé, pudiendo llevar a la destrucción de los mismos.

La falta de higiene dental, el consumo y la permanencia de sustancias azucaradas sobre las superficies dentarias son factores que predisponen al desarrollo de este síndrome. Ya ves que descuidar las piezas dentarias de los bebés puede traer consecuencias dañinas en la boca de los pequeños.

5. El hilo dental no es necesario en los niños

Algunos adultos creen que la limpieza de la boca de sus pequeños se realiza de forma suficiente con el cepillado dental. Es cierto que el cepillo es el instrumento principal a la hora de higienizar la boca. Pero la incorporación de otros elementos que complementen la limpieza desde edades tempranas es lo más conveniente.

Existen zonas en las que el cepillo de dientes no logra llegar. La superficie entre las piezas dentarias, por ejemplo, debe limpiarse con hilo dental. Pues la acumulación de placa bacteriana en estas zonas favorece las caries proximales, la formación de sarro y la gingivitis.

Por eso, el uso del hilo dental se debe agregar a la rutina de limpieza oral desde edades tempranas. Con paciencia y acompañamiento ha de utilizarse en el niño para que sea parte del cuidado habitual.

Que los niños no tengan que usar el hilo dental es uno de los mitos sobre las caries infantiles.

6. Las caries se heredan

La forma y el tamaño de los maxilares y los dientes, su alineación y el espaciado puede repetirse en miembros de una misma familia porque se heredan genéticamente. Pero es otro de los mitos sobre las caries infantiles creer que esta enfermedad es hereditaria.

Hay algunas condiciones de la boca o de los dientes que tienen una transmisión genética y pueden aumentar el riesgo de sufrir caries. Pero son las condiciones orales propias de cada persona las que dan origen a la patología.

7. Se debe llevar a los niños al dentista cuando les duelen los dientes

Creer que no hay que llevar a los pequeños al dentista si no padecen dolor en la boca es otro de los mitos sobre las caries infantiles que no hay que creer. L os niños deben acudir a la primera consulta con el odontopediatra antes del primer año de vida y continuar con visitas regulares cada seis meses.

El profesional no solo controlará el correcto desarrollo de la cavidad bucal, sino que también podrá detectar y solucionar cualquier afección a tiempo. Y ayudará a los papás a aprender cómo cuidar la boca de sus pequeños.

Además, pensar que no hay caries para tratar hasta que los dientes duelan también es un error. La enfermedad se manifiesta de distintas maneras según su avance; cuando aparece la sensibilidad es porque ya suele haber bastante destrucción. Como hemos dicho, los controles habituales permiten detectar los problemas en estadios tempranos.

¡Cuidado con los mitos sobre las caries infantiles!

Ya has visto que estas creencias que se escuchan pueden poner en riesgo la salud de tu pequeño si las tomas en serio. La caries es una patología muy frecuente que puede afectar las funciones de la boca y, con ello, la estética, la autoestima y la calidad de vida del niño.

Por todo esto, no hay que tomar a la ligera el cuidado de la boca de los más pequeños. Con hábitos saludables como la higiene dental desde edades tempranas y una dieta variada, nutritiva y pobre en azúcares refinados se pueden evitar muchos de los problemas orales más comunes. Las visitas regulares al dentista también son necesarias para mantener sana la boca.

Ya ves que los mitos sobre las caries infantiles pueden resultar peligrosos. Pero si actúas con responsabilidad y confías solo en los consejos de los profesionales de la salud, podrás cuidar la sonrisa de tu pequeño.


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