6 síntomas de carencias afectivas en los niños

6 síntomas de carencias afectivas en los niños
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 03 febrero, 2022

Las carencias afectivas en los niños es un hecho cada vez más patente en nuestra sociedad. Los horarios de trabajo de los padres son extensos y las horas para la convivencia en familia son escasas. Sin embargo, ¿cómo afecta esto realmente a los más pequeños?

La falta de atención de los padres hacia sus hijos resulta muy perjudicial para un niño que se encuentra en plena etapa de su crecimiento; sobre todo porque las relaciones afectivas sanas, esas que aportan cariño e interés real, son tan necesarias e importantes para su correcto desarrollo como la alimentación o la educación.

Tu hijo, como todo ser humano, necesita de muchas palabras dulces, besos, abrazos y muestras de cariño constante. Expresarle afecto de diversas maneras lo ayudará a alcanzar una adecuada maduración cerebral.

Las carencias afectivas en los niños son silenciosas

Si piensas que tu hijo no es propenso a desarrollar carencias afectivas porque vive en un hogar en el que ve a sus padres todos los días y donde no recibe maltrato extremo o abandono, es bueno que sepas que esto muchas veces es un pensamiento incorrecto.

El amor de una madre suple todas las carencias afectivas en los niños.

Una familia que tiene poco tiempo y espacio para nutrir sus emociones a través de la sana convivencia es proclive a sufrir deterioro emocional. Si te preguntas cómo puedes llenar a tu hijo de emociones sanas, una de las respuestas más sencillas es compartiendo tiempo de calidad en familia.

Para lograrlo, procura incluir en la agenda de la familia actividades de esparcimiento en las cuales todos os involucréis y viváis momentos agradables, de esos que vale la pena recordar. Los juegos, los deberes escolares o una simple merienda son una buena ocasión para disfrutar del tiempo juntos. Recuerda que lo importante no siempre es la cantidad de tiempo sino todo aquello que habréis compartido.

Algunos síntomas de carencias afectivas en los niños

Un niño con carencias afectivas puede presentar ciertos síntomas o patrones psicológicos. Algunos de ellos son:

1.- Cuadros de ansiedad

La ansiedad es un síntoma de carencia afectiva que alcanza tanto a niños como adultos. No lograr nunca estar enfocados, mostrar necesidad de comer todo el tiempo y sucumbir ante la impaciencia son fuertes síntomas de falta de afecto en un niño.

2.- Escaso desarrollo del lenguaje e interacción social

El correcto desarrollo del lenguaje se alcanza, principalmente, por medio de una buena educación desde la infancia. Sin embargo, una parte muy importante se adquiere gracias a la interacción con los otros. Si las habilidades sociales del niño en el hogar son torpes o nulas, fruto de una escasa socialización y afecto, su capacidad para expresarse será menor que la de otros niños y la adquisición del lenguaje se producirá de manera más lenta.

3.- No saber controlar impulsos y responder de forma agresiva

Los impulsos están dominados por las emociones. Si un niño presenta dificultades para controlar sus impulsos, demuestra cambios bruscos en la conducta y las respuestas son generalmente agresivas, es tu deber revisar si está experimentando una carencia de afecto con el fin de mitigar estos impulsos negativos.

“Una familia que tiene poco tiempo y espacio para nutrir sus emociones a través de la sana convivencia es proclive a sufrir deterioro emocional”

4.- Falta de confianza en los otros

A un niño carente de afecto le cuesta mucho desarrollar la confianza en los demás, incluso con las personas de su núcleo familiar. El niño se puede sentir incomprendido elevando así sus alarmas y, por lo tanto, prefiriendo encerrarse en sí mismo con el fin de evitar sufrir emocionalmente.

Las carencias afectivas en los niños pueden generar cicatrices difíciles de curar.

5.- Dificultad para prestar atención

Cuando un niño comparte tiempo suficiente con sus padres, en un ambiente lleno de comprensión, se acostumbra desde pequeño a prestar atención a lo que se le dice, ya que ha comprendido la importancia de ser escuchado. Sin embargo, si tu hijo no presta atención con facilidad, puedes tomar esto como un síntoma más de las carencias afectivas en los niños dentro de casa.

6.- No saber expresar sus sentimientos de forma sana

Los sentimientos no son sencillos de controlar, y para un niño con déficit afectivo esto se vuelve todavía más complicado, ya sea a la hora de expresarlos, moderarlos o darles rienda suelta. Un niño con carencias afectivas, por lo general, no sabrá cómo gestionar sus sentimientos debido a que ningún adulto le ha explicado cómo.

Si este tipo de patrón no es enmendado a tiempo, se corre el riesgo de que estos problemas acompañen al niño a lo largo de su vida. Es probable que un niño que no sepa expresar sus sentimientos, cuando llegue a la edad adulta se convierta en una persona egocéntrica, con escasas habilidades sociales y dependiente emocionalmente.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Vilaltella, J. T. (1994). Bowlby: vínculo, apego y pérdida CARENCIA AFECTIVA.
  • Hernández, I. C. S., & Palacio, H. L. (2014). Acciones de orientación familiar para prevenir la carencia afectiva en los niños mediante la comunicación. Razón y palabra, 18(88). https://www.redalyc.org/pdf/1995/199532731033.pdf
  • Bielsa, A. Carencia afectiva. Centre Londres, 94, 1-19. http://www.centrelondres94.com/files/carencia_afectiva_1.pdf
  • Contreras, G. (2010). “La Carencia Afectiva Intrafamiliar en niños y niñas de 5 años” (Tesis.) Retrieved from http://dspace.ucuenca.edu.ec/handle/123456789/2338
  • Jaar, H. E., & Córdova, V. M. (2017). “Prevención de la carencia afectiva crónica: nuevos paradigmas en el modelo de familia de acogida temporal”, Revista Chilena de Neuro-Psiquiatría, 71. 55 (1): 44-51.
  • Papalia, D. (2003). Desarrollo humano. México: McGraw-Hill.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.