4 claves para conseguir una adecuada higiene postural en niños

Los adultos podemos contribuir en la conciencia corporal del niño, que afecta directamente en su higiene postural. Aquí detallamos las claves que hay que tener en cuenta.
4 claves para conseguir una adecuada higiene postural en niños
Maria Elisa Lisotti Luppi

Escrito y verificado por la fisioterapeuta Maria Elisa Lisotti Luppi.

Última actualización: 10 abril, 2021

Durante la primera infancia, el cuerpo del niño se desarrolla a gran velocidad. Es el momento indicado para observarlo, acompañarlo y educarlo sobre el cuidado de si mismo, para prevenir posibles posiciones viciosas que puedan llevar a futuras alteraciones. Se deben considerar los hábitos saludables y el movimiento libre como ejes principales para incorporar y mantener a lo largo de la vida. Estas son algunas de las claves para conseguir una adecuada higiene postural en niños.

La postura es la manera en la que disponemos las distintas partes del cuerpo. Es una actividad que se verá determinada por varios factores, como los genéticos y los ambientales. Al adoptar una actitud postural y repetirla en el tiempo, obtenemos los hábitos posturales.

De aquí deriva la importancia de ofrecer educación corporal a los niños desde temprana edad, debido a que en los primeros años de vida se profundiza el desarrollo del sistema nervioso central y del aparato locomotor.

El desarrollo motor del niño sucede en etapas diferenciadas. En sus primeras semanas debe lograr enderezar su cabeza para luego poder orientarla voluntariamente en el espacio. A partir de los primeros meses logra mayor fuerza muscular hasta sentarse y más adelante llegar al gateo.

Alrededor del año logra pararse para comenzar a dar los primeros pasos. Así como desde los 2 a los 5 años mejora su coordinación en la marcha, la motricidad y el conocimiento de su propio cuerpo. Aquí detallamos las 4 claves para conseguir una adecuada higiene postural en niños.

4 claves para conseguir una adecuada higiene postural en niños

Bebé feliz mientras gatea y aprende a tener una buena higiene postural.

1. Enseñar al niño hábitos saludables

Desde que un bebé nace, comienza a adaptarse al medio que lo rodea, así como a sus cuidadores y a sus costumbres y actividades cotidianas. Es desde ese momento cuando debemos ser conscientes de cómo influyen las conductas del adulto en el desarrollo del niño y de la importancia de los hábitos saludables en ambos.

El modo en el que nos alimentamos, cómo nos relacionamos, cómo nos movemos, influirá directamente en la forma en la que el niño lo hará. Es una oportunidad para ofrecer alimentación saludable que le brinde buena calidad en su fuente de energía. Además de construir una comunicación clara y sencilla, adaptada al niño, para comprender mejor sus necesidades en cada etapa, así como también transmitir el valor de ser activos físicamente.

La exposición a las pantallas es uno de los temas más difíciles de manejar para muchas madres y padres. Puede ser un gran obstáculo para conseguir una adecuada higiene postural en niños. El hecho de que sean cada vez más atrapantes lleva a los niños a permanecer frente a ellas durante periodos de tiempo mayores.

Esto implica que mantengan una misma postura, sin moverse, durante periodos prolongados. Lo que lleva a habituar al niño a una conducta más sedentaria.

2. Facilitar el movimiento libre en el niño para una adecuada higiene postural

La exploración es una de las formas en las que el niño conoce el mundo. Para esto necesita libertad para moverse, en su indumentaria, con ropa cómoda (con los pies descalzos en la medida de lo posible) y en el espacio en el que se encuentra.

Existen en el mercado numerosos aparatos para ubicar a los más pequeños. Estos elementos le brindan mayor comodidad al adulto, pero le quita importantes posibilidades de movimiento al niño.

Esto no quiere decir que no deban usarse, sino que su utilización no sea por tiempos prolongados. La prioridad debe estar en usar el suelo, adaptado con los elementos necesarios para que sea seguro. Sobre mantas o pisos acolchonados, con juguetes o elementos para el entretenimiento de cada edad. Siempre acompañando y supervisando al menor, sin dejarlo solo.

3. Incentivar al niño al juego

El juego es otra de las formas en las que el pequeño descubre su entorno y es su mejor forma de aprender. Es una necesidad que tiene distintas características en los intereses del niño, según la etapa madurativa y el contexto que lo rodea.

El juguete es una herramienta que permite aprender mientras uno se divierte. El niño aprende con todo su ser en conjunto, lo que le permite desarrollar sus áreas motora, emocional e intelectual, simultáneamente. Esto favorece el desarrollo de la coordinación, el esquema corporal y, por lo tanto, su conciencia postural.

4. Brindar estimulación múltiple al niño para una buena higiene postural

En la variedad de actividades se encuentra la riqueza de estímulos. Y ahí está la importancia de que los cuidadores puedan registrar cuáles son las necesidades del niño en cada fase y lograr adaptarlas a los objetos y circunstancias que lo rodean.

Niña haciendo deberes con un buena higiene postural.

Por lo tanto, es fundamental respetar los tiempos en el desarrollo individual y no forzar posiciones ni posturas que aún no logre por sí mismo. Ni tampoco apurar al niño a pararse o caminar si todavía no siente seguridad para lograrlo solo.

Mejor prevenir que curar

Las alteraciones posturales suelen manifestarse, o por lo menos ser detectadas, alrededor de los 6 a 8 años, cuando el niño comienza la educación primaria. Para ese momento ya se establecieron desbalances biomecánicos que podrían haberse prevenido con una adecuada higiene postural.

Entre las dolencias más comunes se encuentran las escoliosis, las hipercifosis y las hiperlordisis. Estas son diferentes desviaciones de la columna vertebral. Los tratamientos son prolongados y requieren de un equipo interdisciplinario. Todo esto afecta a la calidad de vida y a la emocionalidad del niño.

Desde el momento en el que el pequeño comienza el nivel inicial (preescolar) se debe proteger su columna usando mochilas apoyadas en los dos hombros o con ruedas, y que su peso no superen el 10 % del peso corporal del niño. Así como el mobiliario debe ser el adecuado y proporcionado. Es ahí donde se debe insistir en sentarse de manera correcta en la silla.

Por lo tanto, es clave comenzar a enseñar hábitos saludables, a permitir el movimiento libre, a incentivar al juego y a estimular de varias formas diferentes al niño desde los primeros meses de vida, para conseguir una adecuada higiene postural. Esto les brindará grandes beneficios en su desarrollo motor y un mejor equilibrio muscular y, por consiguiente, hábitos posturales más saludables y menor predisposición a alteraciones futuras.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Chacón Borrego, Fátima, et al. "Educación e higiene postural en el ámbito de la Educación Física: Papel del maestro en la prevención de lesiones: Revisión sistemática." (2018).
  • Pardo Priante, Nazaret. "Como afectan las TICs en el cuerpo de los niños y el papel de la higiene postural. Propuesta de intervención en Educación Física." (2019).
  • Campo-Ternera, Lilia, et al. "Estilos de vida saludables de niños, niñas y adolescentes." Salud Uninorte 33.3 (2017): 419-428.
  • Vasquez Romero, Claudia Maria. "Análisis de riesgos posturales asociados al dolor de espalda en escolares y su prevención desde la higiene postural." (2018).
  • Yang, Le. Estudio de la influencia de la higiene postural y la ergonomía en el rendimiento académico. BS thesis. Universitat Politècnica de Catalunya, 2018.
  • Mejía-Balcázar, Milton, Bélgica Aguilar-Aguilar, and Krupskaya Mejía-Baraja. "Hábitos posturales de riesgo para desarrollar hiperlordosis, cifosis y escoliosis en niños/as de 11 a 13 años." CEDAMAZ 7.1 (2017).
  • Rodríguez Torres, Ángel Freddy, et al. "Beneficios de la actividad física para niños y adolescentes en el contexto escolar." Revista Cubana de Medicina General Integral 36.2 (2020).

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.