La importancia de la respiración consciente en las rabietas y los berrinches

La respiración consciente es la mejor herramienta para acompañar las rabietas de tu hijo y ayudarlo a calmarse. Te contamos cómo utilizarla.
La importancia de la respiración consciente en las rabietas y los berrinches
Elena Sanz Martín

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Última actualización: 15 diciembre, 2022

Las rabietas y los berrinches son frecuentes en los niños, especialmente entre los 2 y los 4 años. Sin embargo, no por ello son sencillas de manejar. Para los padres supone todo un desafío lidiar con ese niño desbordado y hacerlo bajo la mirada y los juicios de quienes están alrededor. Afortunadamente, existe una herramienta realmente útil al respecto. Descubre la importancia de la respiración consciente.

Seguro que en más de una ocasión te has sentido impotente, frustrada y saturada ante una pataleta de tu hijo. El niño parece incapaz de razonar y no logras calmarlo con nada. Así, te sientes cada vez más ansiosa y terminas por perder el control. Entonces, le gritas, le zarandeas, le coges del brazo para llevarlo a casa o lo mandas a su cuarto hasta que se tranquilice. Si te sientes identificada con esta situación, te contamos cómo la respiración puede convertirse en tu mejor aliada.

¿Qué ocurre en el cerebro del niño durante un berrinche?

Cuando tiene una rabieta, el niño sufre un desborde de emociones que opaca su razón. Se trata de una cuestión biológica y que está asociada con su inmadurez.

Antes que nada, es fundamental entender por lo que pasan los infantes durante una rabieta. Y es que no es que sean caprichosos, maleducados o manipuladores, sino que están a merced de unas emociones que no saben gestionar. Por mucho que le pidas a tu hijo que se calme o que intentes razonar con él, seguramente no lo hará, porque aún no tiene la madurez cognitiva necesaria para lograrlo.

Cuando a tu hijo no le permites comer una galleta, le dices que es hora de irse del parque o te niegas a comprarle un juguete, él experimenta la frustración. Dado que aún no ha aprendido a tolerarla, su organismo entra en estrés y su cerebro emocional toma el control.

La amígdala se activa y comienza a liberar adrenalina, la cual incita a la acción; y cortisol, el cual nubla el pensamiento. Además, el córtex prefrontal, encargado del razonamiento, el pensamiento lógico y el control de impulsos, se apaga. A medida que el niño crece, estos episodios comienzan a diluirse y el menor será más capaz de gestionar la rabia, la frustración o el enfado.

La respiración consciente en las rabietas nos ayuda a calmarnos

Ahora bien, lo que sucede es que muchas veces los adultos no están disponibles para ejercer esa función de regular al niño. Muchas veces, ellos mismos se encuentran desbordados, estresados y fuera de control. Así, su propia ansiedad solo trae más caos a la situación y empeora el malestar del niño.

Es por esto que resulta clave que los padres sepan gestionar sus propias emociones y logren mantener la calma durante la rabieta. Para esto, la respiración consciente resulta excelente, ya que se trata de un ejercicio sencillo, muy efectivo y que puede practicarse en cualquier momento y lugar.

Al estar en calma, el progenitor puede decidir cómo quiere actuar, cómo quiere responder y acompañar a su hijo. Además, con su conducta sirve de modelo para el pequeño. Y es que los niños sienten y resuenan con las emociones de sus padres y el hecho de que tú te mantengas tranquila ya será una enorme ayuda para él. También, al observarte respirar, aprenderá a hacerlo y adquirirá así una maravillosa herramienta para regular sus emociones.

Con la respiración consciente, se recupera el control del cuerpo y se reduce la activación fisiológica. Esto, a su vez, nos ayudará a pensar con mayor claridad y a poder ser dueños de nuestras acciones.

Practicar la respiración consciente en cualquier lugar

Para entender por qué la respiración consciente es tan efectiva, recordemos que toda emoción tiene tres componentes: el físico o fisiológico, el mental y el conductual. La frustración, la rabia o el estrés producen reacciones en el cuerpo, como acelerar el ritmo cardiaco y la respiración, pero también desencadenan pensamientos desagradables y nos llevan a actuar impulsivamente. Al respirar se logra recuperar el control del cuerpo. Así, ya no le gritaremos al niño y él, a su vez, podrá al fin calmarse y dejar de chillar o patalear.

¿Cómo practicar esta técnica?

Verás que es muy sencillo. Basta con que te coloques con la espalda recta y comiences a respirar lento y profundo. Hay que inspirar durante unos tres segundos y, luego, exhalar durante unos seis segundos. Las primeras veces puedes ayudarte al cerrar los ojos para desconectarte por un momento del caos exterior y conectarte con tu cuerpo.

También resulta muy útil colocar una mano en el pecho y otra en el abdomen. Procura que al inhalar, el aire se dirija hacia la parte baja de tus pulmones. Repite esta secuencia varias veces y empezarás a notar como tu cuerpo se relaja y tu mente recobra la claridad.

Si tu niño permite el contacto físico en ese momento, sostenlo junto a ti mientras respiras. Esto le proporcionará una agradable y necesaria sensación de calma. Además, cuando la rabieta haya terminado y el pequeño ya pueda razonar, puedes enseñarle este ejercicio para que él también aprenda a usarlo cada vez que lo necesite.

Cálmate y ayuda a tu niño a calmarse

Como vimos, las rabietas y los berrinches en los niños suelen ser frecuentes, ya que todavía no logran controlar sus emociones. Sin embargo, para poder calmarlo, primero deberá ser el adulto quien pueda transmitir tranquilidad. Para ello, ten en cuenta estas técnicas de respiración consciente y logra una convivencia en armonía.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Calzada Reyes, A. (2007). Aproximación a los correlatos biológicos de la agresividad y la violencia humana. Neurología, Neurocirugía y Psiquiatría40(4), 114-121.
  • Chóliz, M. Técnicas para el control de la activación: relajación y respiración. Facultad de Psicología, Universidad de Valencia. https://www.uv.es/=choliz/
  • Díaz Pernas, P., & Bonet de Luna, C. (2005). Las rabietas en la infancia: qué son y cómo aconsejar a los padres. Revista Pediatría de Atención Primaria7(25).

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.