Mitos y realidades sobre las vacunas: ¿debo vacunar a mi bebé?

En los últimos años han surgido muchos movimientos sociales antivacunas, pero ¿en realidad es cierto que las vacunas son necesarias? ¡Lee este artículo para descubrirlo!
Mitos y realidades sobre las vacunas: ¿debo vacunar a mi bebé?
Eva Maria Rodriguez Diego

Escrito y verificado por la redactora profesional y especialista en educación física Eva Maria Rodriguez Diego.

Última actualización: 06 octubre, 2022

A pesar de lo que pueda parecer, las vacunas no son obligatorias. El hecho de que algunos seguros sanitarios, públicos o privados, las incluyan entre sus prestaciones, no significa que hay ninguna obligación de administrarlas.

Otro aspecto que puede confundir a los padres es el hecho de que muchos centros de educación infantil solicitan la cartilla de vacunación para comprobar que el niño está correctamente vacunado. En este caso, la vacunación sería un requisito necesario para acceder a ese centro, nada más que eso.

Responsabilidad paterna

Obligatoria o no, la vacunación es algo fundamental para cuidar de la salud de nuestros hijos. Aún así, muchos padres reniegan de la vacunación, alegando diferentes argumentos a los que, sin faltarle parte de razón, no justifican por sí mismos la no vacunación.

La Asociación Española de Pediatría (AEP)  está en contra de que las vacunas infantiles sean obligatorias, según un documento sobre el tema hecho público en 2015.  Sin embargo, la AEP insta a los padres a decidir de forma responsable, es decir, informándose correctamente. 

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Las vacunas son beneficiosas

Este documento, titulado Posicionamiento sobre una vacunación infantil responsable por parte de los padres o tutores, y firmado por el Comité Asesor de Vacunas de la AEP y el Comité de Bioética de la AEP, explica que la evidencia científica ha demostrado los beneficios de las vacunas. También se asegura de que la efectividad y la seguridad de las vacunas disponibles en al actualidad justifican la confianza hacia ellas.

El documento aclara que los movimientos antivacunas siembran dudas acerca de la seguridad y la efectividad de las vacunas infantiles. Esto puede provocar que algunos padres no quieran vacunar a sus hijos, lo cual plantea un conflicto de valores entre el derecho de los padres a elegir cómo criar a sus hijos y el de sus hijos e incluso el de la sociedad en general, al poner en riesgo tanto a sus hijos como a los demás niños.

Por esto, desde la AEP insisten en que la importancia de informase de forma precisa y veraz sobre los beneficios y los riesgos de la vacunación para poder decidir de forma responsable.

Las vacunas han salvado millones de vidas

En cualquier caso, hay que recordar que las vacunas han salvado millones de vidas. ¿Te imaginas haber tenido a tus hijos hace uno o dos siglos? La mortalidad infantil se ha reducido drásticamente por muchos motivos y, sin duda, uno de ellos es la vacunación.

Por eso, la Organización Mundial de la Salud insta a la vacunación de niños  en todo el planeta para evitar la proliferación de enfermedades.  La OMS también niega los peligros que se le atribuyen a las vacunas. Será que ellos han visto más de lo que muchos de los padres de hoy podemos siquiera imaginar.

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Mitos y verdades sobre las vacunas

Llega el momento de plantear cuáles son esos mitos tan extendidos que hacen dudar a muchos sobre la necesidad de vacunar o no a sus hijos.

Mito 1 – Las mejoras higiénicas no nos exponen a enfermedades infecciosas

Esto es falso. Las enfermedades no se propagan solo en ambientes poco higiénicos. De hecho, tendríamos que vivir en un ambiente estéril para evitar contagios. Es cierto que algunos hábitos de higiene actual eviten que se propaguen con virulencia las enfermedades, pero esto no es suficiente.

Por otra parte, algunas enfermedades que se consideran extinguidas podrían reaparecer rápidamente si no se vacuna contra ellas, como la polio o el sarampión.

Mito 2 – No es necesario vacunarse de las enfermedades que están erradicadas

Esto es falso. Aunque los programas de vacunación han conseguido reducir la incidencia de muchas enfermedades, los agentes infecciosos que las causan continúan circulando y pueden traspasar fronteras. En este sentido, si las tasas de vacunación en un país se reducen, estos micoorganismos se propagarían fácilmente.

Mito 3 – Las vacunas pueden causar efectos adversos, incluso la muerte

Esto es falso. Para los ensayos clínicos efectuados con vacunas se realizan sobre emplear muestras mucho más amplias de las que se emplean para los fármacos, además de incluir seguimientos y controles de seguridad  muy exhaustivos.

Las reacciones a las vacunas son de poca importancia y no suelen producir efectos secundarios graves. En cualquier caso, las consecuencias de no vacunarse podrían ser mucho más graves.

Mito 4 –  Padecer la enfermedad es la mejor forma de inmunizarse

Esto es otra falsedad. Aunque las vacunas producen en el sistema inmunitario una respuesta similar a la producida por la infección natural, lo cierto es que esta respuesta no tiene riesgos y evita el sufrimento de los síntomas de la enfermedad y sus consecuencias, que pueden ser extremadamente graves y pueden poner en riesgo la vida.

Mito 5 – Las vacunas contienen mercurio, que es peligroso

Esto es falso. En la actualidad, pocas son las vacunas que contienen tiomersal, un compuesto orgánico ampliamente utilizado que contiene mercurio y que se puede añadir a algunas vacunas como conservante. Y si eso es lo que preocupa, compruébalo en el envase. En cualquier caso, no hay evidencias científicas que sugieran que la cantidad de mercurio que pueda haber en una vacuna  implique ningún riesgo.

Por cierto, no olvides que también estás expuesto al mercurio en una gran cantidad de productos de consumo habitual, como el pescado, los mariscos y los moluscos. De hecho, según un estudio, el 35% de la población ingiere demasiado mercurio en los alimentos.

¿Vacunar o no vacunar?

Sin todavía tienes dudas, este vídeo elaborado por el periodista Pablo Linde te ayudará a aclarar lo que de verdad hay detrás de la vacunación.

 


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.