Madres y directivas: una misión posible

Si eres de las que intenta llevar adelante su vida laboral y su labor de madre simultáneamente, estas pautas pueden servirte de guía. Lo mejor es la planificación y el compartir tareas.
Madres y directivas: una misión posible
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Fernando Clementin

Última actualización: 06 marzo, 2019

En la sociedad moderna, la mujer se ha ganado un rol que hace años era impensando. A costa de mucho esfuerzo, el sexo femenino se ha insertado en el mundo laboral y hoy ver mujeres que sean madres y directivas a la vez no es algo fuera de lo normal. ¿Cómo lidiar con tanta responsabilidad al mismo tiempo?

La injusticia del paradigma que dejaba las posibilidades laborales para los hombres y relegaba a las mujeres a los quehaceres hogareños y el cuidado de los hijos poco a poco queda atrás. Si bien hay algunas que deciden ser amas de casa y dedicar su tiempo a la familia, el beneficio radica exactamente ahí: en el poder de decisión.

No obstante, todavía hay desigualdades que saldar. Por un lado, todavía queda un largo camino que recorrer en cuanto a derechos y remuneración laboral. Por otro, aún persiste la idea de que es la madre quien tiene mayor responsabilidad en la crianza de los pequeños. Esto genera, a menudo, una sobrecarga difícil de llevar.

Consejos para las mujeres madres y directivas

Si quieres triunfar en tu trabajo sin descuidar el crecimiento de tus hijos, hay ciertos puntos que debes tener en cuenta. Debes tener presente que, si no te cuidas a ti misma, la pesada mochila que llevas puede hacer mucho daño a tu salud.

1.- Delega tareas

En tu casa y en la oficina, es imposible que hagas todo tu sola. Si bien dicen que “si quieres algo bien hecho, hazlo tú”, no siempre es aplicable. Por lo tanto, debes coordinarte con tus dirigidos para que cada uno se encargue y cumpla su función responsablemente.

Lo mismo con tu marido: ambos podéis involucraros en las obligaciones de padres por igual. Las madres y directivas deben encontrar en los organigramas y el calendario sus mejores aliados.

2.- Saber compensar

De acuerdo a la experiencia narrada por importantes madres y directivas de España, es probable que en algún momento debas centrarte casi exclusivamente en el trabajo, en la familia o en la pareja.

En esos casos, puedes postergar las tareas secundarias de cada ámbito y enfocarte en cumplir con lo indispensable. Luego, con el tiempo, equilibra la balanza y dedícale tiempo a aquello que dejaste de lado antes. Aunque parezca una nimiedad, es una técnica muy útil.

Las madres y directivas afrontar la difícil tarea de combinar trabajo y maternidad.

3.- Planifica con tiempo

En lugar de dejarte llevar por lo que demande cada día que afrontas, detente un momento el fin de semana y elabora una agenda semanal.

Así sabrás con anticipación si debes hacer compras para el colegio, si hay algún evento o reunión escolar a la que asistir o si se acerca una fecha especial que debas considerar, como un cumpleaños, Pascuas o Navidad.

Aplícalo también en tu vida laboral. Si “hombre precavido vale por dos”, entonces “mamá precavida vale por diez”.

“Aún persiste la idea de que es la madre quien tiene mayor responsabilidad en la crianza de los pequeños. Esto genera, a menudo, una sobrecarga difícil de llevar”

4.- Apóyate en niñeras o empleadas domésticas

A veces, resignar algo de dinero para pagarle a una empleada doméstica, una au pair, niñera o canguro tiene sus beneficios. Así, los padres podrán desentenderse de compromisos puntuales que interrumpen su rutina y roban mucho tiempo.

Por ejemplo, puedes contratar a alguien para que limpie tu casa una vez a la semana y así ganar tiempo para tus hijos los sábados y domingos. Asimismo, una niñera podría encargarse de llevarlos al colegio o a las actividades extracurriculares y también a las prácticas deportivas.

Muchas madres y directivas llevan trabajo a casa para poder compartir con sus bebés.

5.- Buena predisposición y paciencia

Cualquiera puede tener un mal día, tanto en casa como en el trabajo. No obstante, y por más difícil que parezca, debes intentar que esto no afecte cada plano de tu vida.

Si estás mal por algo de la oficina, no lo demuestres en presencia de tus hijos. Puede que se sientan culpables de lo que te pasa o que interpreten que “molestan” en tus planes personales.

Las madres y directivas deben cuidar también que esto no se dé a la inversa. Es decir, no tendría que afectar tu rendimiento laboral una discusión con tu pareja o un problema circunstancial con tu hijo. Por obvias razones, sin embargo, esto último es muy difícil de lograr.

“Si “hombre precavido vale por dos”, entonces “mamá precavida vale por diez””

Como conclusión, podemos afirmar que ser madres y directivas es una posibilidad por el que muchas mujeres han bregado y hasta han dedicado sus vidas. Por ende, es necesario hacer valer este derecho.

No te decaigas ante un problema y afronta cada día como un desafío, una chance de ser feliz y de cumplir tus sueños. Ocasionalmente, por supuesto, pulsa el botón de “pausa” y dedícate enteramente a aquello que te haga feliz: pasatiempos, vacaciones, hijos, pareja. Hay tiempo para todo, ¡sácale provecho!


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