La baja por maternidad sigue sin estar bastante valorada
La baja por maternidad sigue sin estar bastante valorada por parte de la sociedad y los organismos sociales. El cuerpo necesita más tiempo para recuperarse, necesitamos también la cercanía de nuestro bebé y de nuestra pareja para poder crear un primer vínculo sólido en esa familia que acaba de crearse.
Si hay algo que resulta curioso aún a día de hoy con todos los avances médicos y de nuestros estamentos sociales, es la escasa sensibilidad que existe alrededor de la maternidad, el postparto y la conciliación familiar. En pleno siglo XXI son muchos los países que están a años luz de conseguir esa adecuada armonía entre el trabajo y los hijos.
Hay países, como es el caso de Liechtenstein en que la baja por maternidad va un poco más allá de la cuarentena: 56 días. Los padres, por su parte, carecen de permiso alguno. En el lado opuesto y como ya podemos imaginar, están los países nórdicos, y en concreto Suecia. Aquí ser madre es toda una bendición porque la baja está en los 480 días, es decir, 16 meses. Mientras que los papás disponen de unos 60 días.
En este último caso y con este tipo de política social, formar una familia es sin duda algo más sencillo y motivador al contar con el apoyo real de un entorno donde se valora al recién nacido y se entiende la gran importancia que existe en esos primeros meses de vida del niño, y de su relación con los progenitores.
Sin embargo, el resto del mundo y en especial esas mamás que deben reincorporarse a su vida laboral cuanto antes, ven ese momento en que deben separarse de su bebé como algo muchas veces traumático en varios aspectos. El primero, es la separación física durante unas horas del niño.
El segundo es tener que encajar horarios con los abuelos, guarderías u otros tipo de asistencia que garantice el que los hijos van a estar bien cuidados y atendidos. No es algo fácil para nadie, y es un tema que sin duda, esconde muchos matices en los que vale la pena reflexionar.
Mamás de antes y mamás de ahora
Los tiempos cambian, las responsabilidades son otras y también nuestras aspiraciones. No debemos ir muy atrás en la memoria para recordar a esas mamás que tras dar a luz, se iban reincorporando poco a poco a las obligaciones del hogar a su ritmo, pudiendo llevar un postparto más armónico y respetuoso.
- En la actualidad, todo es más precipitado. A día de hoy la mujer es madre, lleva un hogar y también dispone de una proyección profesional y de ese trabajo al que debe volver a las pocas semanas.
- Si a ello le añadimos por ejemplo el haber pasado por una cesárea o que el puerperio es más delicado de lo que pensábamos, hace sin duda que la vuelta al trabajo no sea precisamente fácil.
El cuerpo de la mujer necesita un año para recuperarse. ¡La baja por maternidad es muy corta!
Este dato es importante: el cuerpo de la mujer tras el parto necesita entre 9 y 12 meses para volver a su forma y estado habitual.
Tanto la zona abdominal con el útero, el suelo pélvico e incluso el sistema circulatorio van a necesitar varios meses para ajustarse, para reducir el hinchazón, el volumen sanguíneo y todo ese metabolismo que necesita atención, rehabilitación y descanso.
Tener que volver al trabajo al cabo de 16 semanas, por ejemplo, es algo prematuro en muchos casos.
Tiempo a solas con el bebé, tiempo para recuperar mi cuerpo
El postparto es quizá la época más importante para una mujer y su hijo. Se necesita por encima de todo de una adecuada intimidad, de silencio, de esa calma donde asentar un vínculo, de sentirse el uno al otro piel con piel, de favorecer un adecuada lactancia, de disfrutar de la pareja en esa unión familiar donde crear una misma entidad fuerte y estable.
El hecho de volver al trabajo pasada la cuarentena, supone romper parte de esa magia. Supone también no haberse adaptado aún a ese cuerpo aún herido, hinchado y extraño que parece no pertenecernos.
Me reincorporo al trabajo pronto y no soy “una mala madre”
Esta es otra cuestión muy compleja a la que se enfrentan muchas madres: la necesidad de volver cuanto antes al mundo laboral.
- Que lo tenga que hacer, que tenga que volver cuanto antes al trabajo no significa “que no desee” estar con el recién nacido. Implica muchas veces una necesidad económica o la mera obligación de reincorporarse a un puesto donde su labor es imprescindible.
Este hecho, es para muchos algo difícil de entender, pero es una realidad común a la que hacen frente muchas mujeres intentando encajar horarios y “arrancando” tiempo de donde no puede para que todo vaya bien y para que lo primero y más importante, es decir su hijo, crezca en bienestar y felicidad.
Queda claro que todos desearíamos tener esas políticas sociales que disponen en países como Suecia o Noruega, pero cada familia, cada madre y cada padre batalla cada día con todos sus recursos, posibilidades y esfuerzos para dar lo mejor a esa nueva vida.
Algo que tú, sin duda, ya estás consiguiendo.