Límites y normas, ¿desde el miedo o desde el amor?

Toda madre debe necesariamente establecer límites y normas en pos de garantizar la mejor crianza para sus hijos. Pero, ¿debemos implantarlos desde el miedo o desde el amor?
Límites y normas, ¿desde el miedo o desde el amor?
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 07 marzo, 2020

Establecer límites y normas forma parte de las obligaciones de padres y madres en torno a la crianza de sus hijos. Sin embargo, la forma en que los implantamos marca la diferencia: ¿los implantamos desde el miedo o desde el amor?

Pues cuando imponemos a los chicos límites y normas claros y sanos, no nos conformamos en autoritarios padres que anulan, reprimen o niegan la libertad y las capacidades de nuestros chicos, sino que, por el contrario, cimentamos la seguridad y educación para construir el mejor futuro posible.

De este modo, se forja una personalidad segura y firme, capaz de atravesar con suma tranquilidad las dificultades de la vida cotidiana con su autoestima alta y una confianza plena en sus habilidades y competencias pero, fundamentalmente, con una conciencia plena de “hasta dónde llegar sin ocasionar conflictos”.

En definitiva, implementar límites y normas conllevaría beneficios relativos a la estabilidad emocional del infante, quien se sentirá amado y valorado por sus padres. Por eso, será conveniente principalmente plantearnos si debemos impartirlos desde el amor o desde el miedo.

Límites y normas infantiles: Beneficios

Si bien los hijos se resisten y desaprueban a la implementación de límites y normas con el objetivo último de auto-afirmar su propia personalidad, no es malo establecerlas ni les perjudica respetarlas y cumplirlas. Ármate de paciencia e insiste con firmeza dado que terminarán reconociéndolas.

Esto se debe a que los límites y normas le dan al niño orden y seguridad, conformándose sin más en una suerte de guía de lo que deben hacer, así como también de lo que les queda terminantemente prohibido para evitar problemas y favorecer una buena y armoniosa convivencia, tan menester para su desarrollo personal.

Por eso mismo, se habla de establecer límites y normas desde el amor, con lo que se llama “firmeza amorosa”, y no impartiendo miedo y despertando temor. Mediante este camino, podrás llevar a cabo tu rol de madre con la autoridad necesaria pero de una forma sana, constante y más pacientemente.

No es excusa ni explicación suficiente la clásica fórmula paterna “porque lo digo yo” o “esto es así y punto final”, el niño no llega a una comprensión profunda de los motivos por los cuales no puede hacer determinadas acciones, no entiende de efectos y consecuencias. Nada mejor que brindarles los porqués oportunos.

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Padres de límites y normas con amor y sin miedo

El establecimiento de límites y normas se convirtió desde hace varios años en la inquietud de padres y educadores, quiénes llevan años intentando dilucidar cómo fijarlos sin ser autoritarios y evitando ser tan “blandos” de caer en una excesiva permisividad.

Lamentablemente, las palabras disciplina y límites nos remiten a pensamientos y emociones erróneamente negativos dado que se han usado durante tiempo de forma dictatorial: los límites equivalían a una restricción o prohibición, la disciplina refería a la autoritaria rigidez.

No obstante, ha quedado demostrada la imperiosa necesidad de establecer límites y normas claros y coherentes, pues es muy poco beneficioso decirle a todo lo que desee el niño que sí, incluyendo aquellas acciones que van en contra de su salud y bienestar.

Pues no te aflijas si alguna que otra vez debes decirle “NO” a tu hijo, negándote a consentirlo incurriendo a alguna práctica dañina o nociva para él. En el fondo, aunque le disguste esta situación, el menor se sentirá querido y protegido. A su vez, ese amor que experimenta lo ayudará a obtener cierto autocontrol.

Entonces, la implementación de límites y normas resulta necesario para el desarrollo de toda criatura, pasando el centro del debate en una mera cuestión de formas, por lo que debemos apostar al cariño y no a la crueldad y rigor como método.

Consecuentemente, la pregunta que tanto los padres como los educadores deberían plantearse no sería otra que ¿Realmente sabemos establecer límites y normas capaces de fomentar la autoestima, estabilidad emocional y autonomía de los niños?.

¿Cómo establecer “referencias” desde el amor?

Por un lado, nos aterra perder autoridad, malcriarlos o que nuestro hijo se enferme y caemos en proposiciones poco felices como “haz todo lo que te diga o te pego”, “lo dejo llorar para que no se malacostumbre”, “come todo lo que te serví”.

Contrariamente, para evitar herirlo, frustrarlo o decepcionarlo, evitamos poner límites fundamentales, y aquí aparecen frases tan indeseadas como las anteriores: “dejalo hacer lo que quiera si no se enfada”, “dale más caramelos sino llora”, “no le digo ‘no’ por miedo de que no me ame más”.

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No obstante, los expertos en la materia señalan que es preferible, a la hora de establecer límites y normas, apoyar la motivación en el amor antes de sentar sus bases en el miedo. Algunos especialistas prefieren hablar entonces de “referencias” en lugar de límites o normas.

En lo que todos coinciden es que los niños necesitan durante su crianza recibir referencias claras por parte de sus padres, quienes deben fijarlas necesariamente en el amor y no en el terror, mediante explicaciones y no a través de imposiciones, en pos de su bienestar y no de nuestra comodidad.

Miedo Vs. Amor

Los pensamientos que generan la imposición de límites y normas desde el miedo son el temor que les genera la salud del menor, la autoridad de la figura materna, una personalidad infantil rebelde y respondona, el sufrimiento o frustración del niño, ser una mala madre, la crianza del chico, el qué dirán, etc.

En la vereda de enfrente, los sentimientos que experimentan aquellas madres con una motivación para ofrecer referencias desde el amor son más agradables. En este caso, las madres tienen mayor flexibilidad y una mayor aceptación del error.

Respecto a los mensajes que recibe el chico cuando se imparten límites y normas desde el miedo, es la de una madre autoritaria sin capacidad de escucha frente a las necesidades y demandas de su hijo, quien consecuentemente experimenta tristeza, enojo y aburrimiento.

Ahora bien, ¿qué interpreta un hijo cuando se dan referencias desde el amor? El niño siente que es valorado y considerado por la madre, se siente amado y protegido, además de escuchado. A su vez, esta actitud afectiva genera felicidad e intensifica el vínculo madre-hijo.


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