Esta madre nos enseña cómo calmar un berrinche en 5 pasos

Calmar los berrinches puede convertirse en un auténtico reto para muchas madres o padres. En este artículo te brindamos algunos consejos prácticos para lograrlo de la mejor manera posible.
Esta madre nos enseña cómo calmar un berrinche en 5 pasos
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 26 mayo, 2021

Calmar un berrinche por lo general no es fácil. Sin embargo, una madre pudo comprobar que se podían controlar. Aprendió que en lugar de reaccionar a las rabietas de su hijo debe conservar la calma.  De lo contrario sería mucho peor tanto para ella como para el pequeño, el problema en vez de disminuir, crecía.

Por esta razón, ha utilizado métodos que la han ayudado a mantener a su hijo controlado en ese sentido. Se ha dado cuenta que mostrar la manera con la que trata de solventar el problema podría ayudar a muchas madres. Lo importante es que no pierdan el control y enfrenten la situación con paciencia.

5 pasos para calmar un berrinche

Las siguientes recomendaciones fueron trasmitidas por una madre desde el instinto y la conducta materna. Al parecer a otras madres también les ha funcionado. A continuación te contamos cómo lo hace.

Paso 1: Respirar y mantener la calma

Primero que todo se debe respirar  profundamente. Es muy importante mantener la calma para poder darle una explicación sensata al pequeño del porqué de las cosas.

Si no se tiene la paciencia con el niño es muy probable que la respuesta a sus berrinches sean gritos y regaños. El enfado casi nunca soluciona el problema, al contrario lo empeora gravemente. Estarán tanto la madre como el pequeño en una tensión desagradable e impide tener una buena comunicación.

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Paso 2: dar una explicación

Explicarle al niño con cariño y mucha firmeza el motivo por el cual no se le puede cumplir sus deseos. Esto es especialmente importante cuando tiene este tipo de conductas.  Resaltar que con esa actitud no logrará nada, ya que no obtendrá lo que quiere.

Generalmente en algunos casos  esto funciona, lo importante es crear  un vínculo de comunicación entre padres e hijos. En lo adelante será conveniente la comunicación para controlar esta situación las veces que se presenten. Si la situación se sale de control se debe ir al siguiente paso.

Paso 3: Levantarlo y abrazarlo

Es necesario que se controle al niño en estas situaciones. Si se tira al suelo y patalea, se recomienda levantarlo firmemente con mucho cuidado. Intentar abrazarlo por un momento para que se sienta tranquilo. Esto puede lograr calmarlo mientras se le otorgue una buena explicación. Siempre es recomendable que sea una razón válida por la cual no se le pueden cumplir sus exigencias.

Es importante dejar claro que los berrinches y gritos del niño no tienen poder sobre las madres o padres. Puede ser ignorado por un momento para que sienta que no tiene potestad al tener ese tipo de conductas. Después de esto se puede redireccionar su atención.

Paso 4: Crear una distracción

Si se observa que el niño empezará con su berrinche, tratar que enfoque su atención en otra cosa. Por ejemplo, tener juguetes en la cartera para poder controlar al niño, tratar de conversar de otras cosas como la escuela, sus compañeros, contarle un chiste. Cualquier cosa que lo haga desviar su atención de aquella cosa que quiere, puede funcionar en ese momento.

Algunas madres ya perciben con anterioridad cuándo su hijo tendrá un berrinche. Esto permite que puedan utilizan la técnica de distracción con mucho éxito. Mayormente los niños tienen bastante corta su atención, por lo cual es posible que se desvíen fácilmente.

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Paso 5: Volver a hablar

Es muy frecuente que se pierda la paciencia con este tipo de situaciones, pero no es la manera de educarlos. Cuesta mucho trabajo llegar al punto de calma y serenidad pero no es imposible. Una vez que el llanto ha cesado, se puede conversar tranquilamente en casa a solas. Es esencial buscar las maneras de que entienda y comprenda que lo que hizo estuvo mal.

Hablar sobre el asunto permite poder escuchar sus emociones y sentimientos, saber qué opina, poner mucha atención a sus expresiones. Es importante dejar claro al niño que no podemos permitir que esto vuelva a suceder.

Sin importar la edad, no se debe subestimar el entendimiento del pequeño, por eso no hay que temer darle razones. Mientras las explicaciones sean razonables más rápido dejará de hacer berrinches.

Esto ayudará a que el niño sea tolerante, que cuando crezca pueda comunicarse con los demás sin perder los estribos. Traerá buenos resultados.

 


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