Enseña a tu hijo a desarrollar inteligencia emocional

La inteligencia emocional es un pilar fundamental de la salud emocional. ¡Aprende aquí cómo ayudar a tu hijo/a en este aspecto tan importante de su vida!
Enseña a tu hijo a desarrollar inteligencia emocional
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 17 abril, 2021

Educar a nuestros hijos va más allá de enseñarles aspectos básicos de la vida como la importancia de estudiar, del amor, la compresión, el valor a la vida, el respeto entre otros. ¿Por qué va más allá? Porque debemos enseñar a nuestro hijo a desarrollar su inteligencia emocional.

Es necesario que desde que nuestros hijos están pequeños les enseñemos a definir sus habilidades para percibir, asimilar, comprender y controlar sus propias emociones.  De esta manera estamos contribuyendo a que cada día su crecimiento emocional e intelectual sea el más adecuado.

Los padres tenemos la responsabilidad de que aprendan a canalizar sus emociones , dado que, cuando son pequeños no entienden el por qué se sienten extraños o se comportan diferente con las personas de su entorno.

Científicamente la salud emocional y la educación emocional son la parte fundamental de la formación de todas las personas, de este factor depende su visión de vida y su personalidad ante la sociedad.

Sabemos la importancia del conocimiento, comprensión y control de las emociones en la vida de nuestros hijos, pues estas le permiten adaptarse, comunicarse y desenvolverse en sociedad.

 La inteligencia emocional de nuestro pequeño

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No debemos olvidar que la emoción es fiel compañera de la estimulación, el motor de la consecución de objetivos. Por esa razón es necesario comenzar con un plan para enseñar a tu hijo a desarrollar su inteligencia emocional y ¡qué mejor que lograrlo a través de estos consejos!:

  • Reconocer sus propias emociones. Para poder enseñarlo es necesario conocer sus propias emociones, así como también aprender a identificar las emociones que estamos experimentando todos en casa.
  • Comunicación oportuna. Intenta analizar con él:¿Cuál es la razón de sentirse molesto? ¿Tiene motivos para llorar, enojarse o sentirse inferior? Es trascendental la comunicación, cuando observamos un acto de rabieta lo principal es comunicarnos con mucha paciencia y amor para hacerle entender que tal vez no existen motivos para un comportamiento negativo.
  • Comprensión y amor. Si como padres tenemos la misma actitud del niño estaremos fallando, la idea no es castigarlo sino demostrarle compresión y mucho amor, esta será la mejor herramienta para ayudarlo a controlar sus emociones y para que piense antes sobre las consecuencias de sus actos.
  • Recapacitar. Hay que enseñar a los niños a “recapacitar”, es decir a pensar y analizar sus emociones para que aprendan por sí solos a identificar cómo se “sienten” , así como también  aprender a detectar las emociones de las personas que lo rodean.

Enseña a tu hijo a desarrollar su inteligencia emocional

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Ayudarlos a expresar sus emociones es la única manera que puedan tener una buena comunicación con padres, profesores y otros familiares.

Explicarles sobre la comunicación con otras personas y la empatía que debe sentir por sus iguales que hacer amigos y tener gestos de amabilidad y respeto por todos lo hará un niño extraordinario. La mejor manera de enseñarlo es partiendo desde los valores.

Dependiendo de la edad de nuestro hijo debemos orientarlos, si son muy pequeños se requiere métodos de explicación para el manejo de su inteligencia emocional más sencillos, si tienen una edad en la cual  ya comprenden muchas cosas la explicación puede partir desde el “ejemplo”.

Recordemos que ellos observan todo especialmente el comportamiento de papá y mamá, por lo tanto es bueno actuar más y hablar menos, nosotros somos  la principal fuente de aprendizaje de los niños.

En este proceso es necesario analizar en qué momento nuestros hijos han madurado emocionalmente, para poder determinar si el manejo de sus emociones van de acuerdo a su edad. Por ejemplo, ¿hacía rabietas en la calle y ya no lo hizo más sino porque comprendió que hacerlas no era la mejor manera? Entonces podemos decir que efectivamente ha madurado emocionalmente.

Ahora bien, si por ejemplo tiene 5 años y aun hace rabietas en público, en casa o la escuela y a veces por cosas que no tienen sentido, el niño todavía no ha canalizado sus emociones y requiere más refuerzo y orientación en el tema en cuestión.

En casos severos de problemas de  manejo de inteligencia emocional, es muy importante que busquemos la ayuda de un especialista, para que orienten no solo a nuestro pequeño sino al grupo familiar, con el fin de lograr resultados exitosos y a corto plazo. De esta manera tendremos más armonía en nuestro entorno y nuestro hijo se integrará mucho mejor a la sociedad.


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