Qué hacer cuando la disciplina no funciona

Puede que, en algún momento de la crianza de tu hijo, te des cuenta de que la disciplina no funciona. Pero, ¿y si hay algo que no estás haciendo bien? Te damos algunas recomendaciones al respecto.
Qué hacer cuando la disciplina no funciona
Mara Amor López

Escrito y verificado por la psicóloga Mara Amor López.

Última actualización: 05 abril, 2023

Muchos padres, a veces, nos sentimos perdidos y buscamos ayuda profesional para que nos orienten cuando la disciplina no funciona. No sabemos cómo hacer frente a los malos comportamientos en el colegio y en casa o a las conductas disruptivas que afectan nuestra vida. Entonces, nos damos cuenta de que hay algo que no hacemos bien al respecto.

Hacerse las preguntas adecuadas puede hacernos averiguar e identificar qué es lo que sucede. De esa manera, podemos aplicar nuevas herramientas y mejorar la disciplina en casa con nuestros hijos. Aunque siempre tiene que tener como base el amor, el respeto, la comunicación y la confianza de todos los miembros de la familia. En este artículo, te ayudamos a saber qué hacer si la disciplina que usas no funciona. Sigue leyendo.

Descubre qué hacer si la disciplina no funciona con tus hijos

Si la disciplina que aplicamos con nuestros hijos no funciona, es importante que nos hagamos una serie de preguntas para averiguar cuáles son los motivos.

¿La disciplina que uso es consistente?

La disciplina funciona si somos consistentes. Es decir, siempre debemos aplicar las consecuencias tras un mal comportamiento. De lo contrario, nuestros hijos no van a hacerse responsables de sus conductas. Por lo tanto, es importante ser consistentes, realistas y muy pacientes.

Muchos padres nos centramos en aplicar consecuencias negativas cuando el pequeño tiene una conducta inapropiada. Sin embargo, esto no resuelve los problemas de comportamiento.

¿Son apropiadas mis expectativas?

En muchas ocasiones, los niños pondrán nuestra paciencia a prueba, incluso cuando empleamos la disciplina que sí funciona. Entonces, si nuestras expectativas no son las apropiadas respecto de la edad o las capacidades de nuestro hijo, nuestra autoridad se verá afectada. Como consecuencia, no cambiará el comportamiento del menor.

Por ejemplo, un niño de 2 años tendrá rabietas con frecuencia, ya que todavía no sabe expresarse mediante el lenguaje y es totalmente normal. Por su parte, los adolescentes pueden tener comportamientos rebeldes en la búsqueda de su identidad, lo cual también entra dentro de lo que se considera normal. Si tenemos todo esto en claro, nuestras expectativas sobre los hijos serán realistas, lo cual nos ayudará a aplicar una disciplina más eficiente.

¿Existe alguna manera de motivar las buenas conductas?

Si los niños no tienen un refuerzo que haga que se motiven por el cambio de sus comportamientos, lo más probable es que no los cambien. Por eso, es mucho mejor y más efectivo dar consecuencias positivas cuando tengan las conductas que deseamos. Para eso, podemos utilizar una tabla de puntos para que se sientan motivados a conseguir el premio final por su esfuerzo.

La disciplina no funciona, ¿será que refuerzo el mal comportamiento de mi hijo?

Puede que, en algunos momentos, los padres, sin darnos cuenta, acrecentemos un mal comportamiento con un refuerzo negativo. Por ejemplo, cuando les prestamos atención, aunque sea para regañarles.

Para evitar esta situación, lo que tenemos que hacer es ignorar ese comportamiento negativo. Es decir, no debemos responder, porque de lo contrario lo acentuamos negativamente. Por el contrario, es mucho más eficaz reforzar con atención positiva a nuestros hijos cuando tienen un buen comportamiento.

Es importante trabajar las emociones y la autorregulación en los niños para que puedan comprender las de los demás.

¿Puedo enseñar a mi hijo otras habilidades de conducta?

Con nuestro ejemplo a nuestros hijos podemos enseñarles buenos modelos de conducta. Muchas veces, los pequeños o adolescentes tienen problemas de en este sentido porque les faltan habilidades y herramientas para poder controlarlos. Por ejemplo, un menor que no sabe expresar cómo se siente puede que lo haga en forma de agresividad.

Sobre qué hacer si la disciplina no funciona con mi hijo

Puede que en algún momento sientas que la disciplina no funciona con tu hijo. Sin embargo, lo que tienes que hacer, además de todas las preguntas que tienes que hacerte, es utilizar la disciplina positiva. Si la aplicas, educarás a tu hijo en el respeto mutuo, la comprensión y el cariño. De esa forma, puedes favorecer su desarrollo emocional y reforzar vuestros vínculos afectivos.

Recuerda que debes ser paciente y consistente con las reglas, las consecuencias y las estrategias a la hora de educar a tus hijos. Y no olvides que, si tienes dudas, puedes buscar ayuda con un profesional.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Nelsen, J. (2001). Disciplina positiva. Editora Cultrix.
  • Fernández, R. (2007). Disciplina positiva. Una herramienta imprescindible en la metodología comunicativa. Revista electrónica E/LE, 1-25.
  • Vega, L. G. (2020). Castigar no es educar: Todas las ventajas de la Disciplina Positiva. La Esfera de los Libros.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.