El desarrollo emocional de los bebés evoluciona a medida que crecen. No todos los infantes de una edad determinada comparten iguales cualidades; sin embargo, así como en otros ámbitos, el que unos avancen más que otros, es algo normal.
Muy en correspondencia con el desarrollo emocional de los bebés está la atención, el amor que le profeses y tu comportamiento hacia ellos.
Una vez más nos preocupamos porque conozcas sobre los estados emocionales del bebé y aprendas el rol que debes tener durante el crecimiento de tu hijo.
El llanto… la primera forma verbal
Apenas el niño nace da a conocer si tiene hambre, sueño, o si se hizo pipi…, todo mediante una sola “forma verbal”: su llanto.
Primero lo hace de manera espontánea, porque el llanto digamos que es algo innato en él; no obstante, a medida que pasa el tiempo el bebé aprende a llorar solicitando la atención de los adultos.
Te explicamos.
Toda vez que el niño pequeño llora, papá y mamá corren a saciar sus necesidades. Al obtener siempre una respuesta rápida, el bebé va aprendiendo que el llanto capta la atención de sus progenitores y los hace saciar la necesidad que tengan en ese momento.
Como si se tratara de una reacción en cadena, mientras el bebé sigue encontrando respuesta a sus pedidos cada vez que llora, continúa asimilando que esa es la mejor forma para captar la atención.
De esta manera su desarrollo emocional se va formando y aprende a relacionarse con quienes le rodean.
“…el bebé ha sido evolutivamente programado para motivar a su cuidador (habitualmente la madre) a que le proporcione el cuidado adecuado, a la vez que fomenta el desarrollo de un fuerte apego emocional entre ambos durante los primeros meses de vida. Para conseguirlo, se vale de conductas emocionales como el llanto…”
– Investigadora de la Educación Petra María Pérez Geta –
Nuestro consejo:
Presta toda la atención que tu hijo necesita. Ten en cuenta que tu dedicación hacia él le evitará profundas heridas emocionales que arrastrará hasta la etapa adulta.
Risas y sonrisas: otro avance en la escala del desarrollo
Al principio, los bebés sonríen de manera involuntaria, sobre todo cuando duermen, expresando su bienestar físico.
Estas primeras señales de alegría, en realidad, no significan que el niño esté feliz, solo son el resultado de la actividad del sistema nervioso.
No obstante, inmediatamente después de estos síntomas, alrededor de los 3 meses los niños comienzan a sonreír.
“Además del llanto, el bebé expresa emociones positivas para comunicarse. Así, sonríe sin motivo aparente cuando está dormido, recostado en vuestros brazos, cuando le acariciáis o durante el baño. Es lo que se llama “sonrisa biológica”, una sonrisa que expresa el bienestar físico”.
– PROGRAMA de salud infantil y adolescente de Andalucía –
La expresión de las restantes emociones
En las primeras edades los infantes solo pueden expresar:
- Tristeza
- Alegría
- Asco
- Enfado
- Miedo
- Interés
A los niños pequeños se les hace imposible expresar otras emociones, porque realmente carecen de ellas.
“Ponte al tanto de cuándo los niños comienzan a expresar esas otras emociones en: inteligencia emocional”
Un bebé es incapaz de envidiar, sentir orgullo o vergüenza; y así mismo, no pueden darlo a conocer mediante sus expresiones faciales como lo hacen los adultos.
Las emociones autovalorativas surgen a partir de los 15 meses de vida.
El desarrollo emocional de los bebés
El desarrollo emocional de los bebés avanza según crecen.
Bebés de 0 a 3 meses
Hasta los 3 meses de edad los bebés lloran ante los disgustos y solo se calman cuando son atendidos y cargados.
Alrededor de los 3 meses aparece la llamada sonrisa social (le sonríen a todo el mundo). Durante esta etapa muestran gran interés por las caras de los adultos con los que viven
Bebés de 4 a 6 meses
Luego de los 4 meses y hasta los 6 los bebés responden a los estímulos verbales y las caricias de los adultos. Durante este período cambian de la tristeza a la alegría con facilidad.
Bebés de 7 a 9 meses
Desde los 7 y hasta los 9 meses de nacidos los pequeños incrementarán su interés por los juguetes y querrán conocerlos a profundidad. Los tomarán en sus manos, los voltearán y golpearán contra superficies duras; aunque todavía querrán jugar cerca de su madre.
Durante esta etapa se harán más vulnerables hacia las emociones de otros niños. Si otros pequeños lloran cerca de ellos, de inmediato ellos también comenzarán a llorar.
Bebés de 10 a 12 meses
De los 10 a los 12 meses los menores estarán todo el tiempo reclamando la atención de las personas con las que tienen más afecto y observarán con detalle todos sus movimientos.
Tendrán preferencia por algunos de los adultos de casa más que por otros y así mismo sucederá con los juguetes. Uno de ellos siempre le gustará más que otro.
¡Muy importante! Cuando cumpla su primer año de vida y a medida que tu hijo crezca y deje de ser un bebé debes comenzar a educarlo emocionalmente y prepararlo para la vida adulta que se le avecina.
Cómo participar en el desarrollo emocional de los bebés
Afirman estudios que en “la emoción y el lenguaje están las claves que dan al hombre sus señas de identidad; emoción y lenguaje tienen raíces biológicas, pero se constituyen y estructuran merced al intercambio social“.
De ahí que, la puesta en práctica de un programa de desarrollo emocional, implica que los padres:
- Traten las manifestaciones involuntarias del bebé como si fueran intencionales.
- Refuercen el uso de la emoción como instrumento de autoconocimiento y de comunicación.
- Verbalicen el placer y el displacer que manifieste el bebé, con cambios en la respiración y gestualización.
- Atiendan y refuercen las demandas de cuidados (cambios de postura, alimentación, limpieza) mientras verbalizan la causa del displacer.
- Aprovechen las situaciones placenteras para condicionar estímulos, por ejemplo música, paseos, personas, favoreciendo el establecimiento de vínculos afectivos.
- Utilizar estimulación externa como caricias, cargado con balanceo o leves palmaditas, como mecanismos de regulación emocional y relajación.
- Modular el propio comportamiento para transmitirle bienestar al bebé y servir de modelo de regulación emocional.
El desarrollo de las emociones de los bebés son la base del adulto sano
Las emociones son objeto de socialización, pero son algo más que eso: vinculan al niño con el mundo social. Tienen un valor adaptativo y también genético, y se encuentran en la base de las primeras estructuras cognocitivas.
Las competencias emocionales repercuten en el progreso posterior de los niños, generando autoconfianza, aceptación, control de sus vidas, bienestar psicológico y emocional, rendimiento académico y, en general, conductas saludables.
Bibliografía
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