Enseñar es mucho más que transmitir una serie de conocimientos: también hay que saber crear las mejores condiciones para ello y ayudar a los alumnos a que adquieran determinados valores. Un buen profesor debe crear un entorno educativo que facilite que sus alumnos aprendan a pensar y a desarrollar sus ideas propias acerca del mundo que les rodea.
Este entorno será una de las bases para una educación exitosa. Para conseguirlo, un docente debe reunir un amplio abanico de habilidades personales y profesionales. Además del conocimiento de la materia que imparte y la pasión por su trabajo, el profesor debe saber relacionarse con sus alumnos. Cada docente tendrá su propio estilo, habilidades y cualidades. Aquí señalaremos algunas de las características más importantes que ha de tener un buen profesor.
Rasgos profesionales de un buen profesor
“Un maestro es una brújula que activa los imanes de la curiosidad, conocimiento y sabiduría en sus pupilos” – Ever Garrison-
A lo largo de sus estudios, un profesor habrá adquirido muchos conocimientos, tanto prácticos como teóricos. Sin embargo, estos no siempre serán suficientes. Además de una buena preparación, el maestro deberá estar dispuesto a continuar formándose. Bien porque el temario de las distintas materias se actualiza, o por el desarrollo de nuevas técnicas y avances tecnológicos aplicables a la educación, un buen profesor tiene que aprender tanto o más que sus alumnos.
Relacionada con esto, está la capacidad investigadora del educador: con su propio esfuerzo debe descubrir cómo dinamizar y amenizar las clases. Durante estas, el profesor, además de impartir clases, deberá observar cuidadosamente a los alumnos para saber orientarlos. Y también para poder evaluarlos apropiadamente: no solo para establecer una nota numérica, sino para localizar y solventar los problemas que los niños puedan tener en clase.
Además, un buen profesor requiere una alta capacidad de organización y planificación. Mantener el orden en las aulas y los horarios es solo una parte de este aspecto. La otra consiste en planificar y relacionar los contenidos y hacer que las transiciones entre materias no resulten confusas. Además, debe llevar un ritmo asequible a las capacidades del conjunto de la clase, incluyendo a niños con problemas de aprendizaje o, por el contrario, los niños superdotados.
Rasgos personales
En un plano separado e independiente del de su cualificación y preparación profesional, un buen maestro debe acercarse a un determinado perfil personal. Aunque cada persona es distinta, y no por ello mejor ni peor, sí que hay ciertos rasgos que ayudarán a un profesor a relacionarse mejor con sus alumnos.
“Un buen maestro puede crear esperanza, encender la imaginación e inspirar amor por el aprendizaje”
-Brad Henry-
10 características del buen profesor
- Cordialidad y cercanía. Un maestro tiene que conseguir con su trato que los niños no tengan miedo de preguntarle cualquier duda o pedirle consejo. En una clase, es imprescindible que profesor y alumno se comuniquen con comodidad.
- Autoridad. Encontrando el equilibrio con la cercanía antes mencionada, el docente tiene que saber mantener cierta entereza. El respeto es necesario y debe ser siempre el referente del profesor.
- Facilidad de comunicación. Además de saber hacer llegar a sus alumnos los conocimientos que imparte, tendrá que comunicarse también con otros padres y docentes. Es fundamental para un buen profesor saber transmitir.
- Vocación. Si su trabajo le entusiasma, se esforzará al máximo en él. Tendrá motivación para enfrentarse a los retos diarios y dar siempre lo mejor a sus alumnos.
- Paciencia. Cada niño tiene unas necesidades, y el docente debe ser abierto y saber adaptarse a ellas con buen ánimo. Así, será un apoyo firme y constante para sus alumnos.
- Humildad. También en equilibrio con el respeto, un buen profesor sabrá ser humilde cuando corresponda. Como ser humano, un maestro puede equivocarse. Reconocerlo le acercará a sus alumnos y les dará confianza en sí mismos.
- Creatividad para plantear novedades didácticas y enfrentarse a los problemas. Ya sea para amenizar la clase o para explicar un tema particularmente difícil, un buen profesor debe ser muy creativo.
- Seguridad en sí mismo. A la hora de ejercer su trabajo, el docente debe mostrarse seguro. Este rasgo inspirará confianza y tranquilidad a los alumnos.
- Capacidad de trabajo. Debemos eliminar el tópico de que ser maestro es fácil. Requiere mucho trabajo, tanto dentro como fuera de las aulas. Un buen profesor siempre busca mejorar las clases y ayudar a sus alumnos, y ello requiere invertir mucho tiempo y esfuerzo.
- Responsabilidad. Si ser responsable es siempre importante, en el caso de un profesor más aún. No debemos olvidar que está trabajando con niños, y es responsable de estos durante las horas lectivas.
En definitiva, un buen profesor es aquel que con el paso de los años no se nos olvida, porque sus enseñanzas han calado en nosotros y todo aquello que nos transmitieron lo hicieron con amor.
Bibliografía
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- Feito, R. (2004). ¿ En qué puede consistir ser “buen” profesor?”. Cuadernos de pedagogía, 332, 85-89. http://didac.unizar.es/jlbernal/enlaces/pdf/61Feitobuen%20prof.pdf
- MARTINEZ, J. U. EL BUEN PROFESOR. https://www.researchgate.net/profile/Xavier-Ucar/publication/236590614_El_buen_profesor/links/0046351821aec49c4e000000/El-buen-profesor.pdf