9 consejos para proteger a los niños de una ola de calor

Existen ciertas medidas para proteger a los más pequeños de una ola de calor. Por lo tanto, con algunas precauciones simples, se evitan los efectos indeseados de las altas temperaturas.
9 consejos para proteger a los niños de una ola de calor
Maria del Carmen Hernandez

Revisado y aprobado por la dermatóloga Maria del Carmen Hernandez.

Última actualización: 25 julio, 2022

Conocer la manera de proteger a los niños de una ola de calor es muy importante, en especial si se considera que las alteraciones bruscas de temperatura se han vuelto muy habituales en el último tiempo. De hecho, los cambios súbitos del clima representan mayores riesgos para la salud de los infantes. En este artículo, te brindamos algunos consejos para cuidar a los más pequeños. ¡Apunta!

Consejos para proteger a los niños de una ola de calor

Cuando los niños van a permanecer durante mucho tiempo al aire libre, existen medidas que se pueden poner en práctica para protegerlos de una ola de calor. Se trata de consejos básicos para que los aumentos de temperatura repentinos no los afecten demasiado, ya que, junto con los ancianos, son la población más vulnerable. ¡Comencemos!

1. Mantener una correcta hidratación

Cuando las temperaturas exteriores son elevadas, el mecanismo de regulación del cuerpo hace que sudemos más, por lo que el organismo requiere de reponer más líquidos para prevenir la deshidratación.

Los niños son más vulnerables a padecer deshidratación debido a que el porcentaje de agua de su organismo es mayor que en los adultos y la posibilidad de conservarlo es menor. De hecho, sus centros de regulación de la sed aún se encuentran en proceso de maduración. Por lo tanto, siempre deben tener agua disponible y a su alcance para beberla con bastante frecuencia, independientemente del deseo de hacerlo.

2. Vestir con ropa liviana

Se recomienda vestir a los niños con prendas livianas, de colores claros y limitadas a una sola capa de material que sea absorbente para maximizar la evaporación del sudor. De este modo, se previene el sobrecalentamiento.

3. Utilizar protección solar

Una de las medidas más importantes para prevenir los golpes de calor es evitar el sol directo en la cabeza. Para ello, se debe disponer de elementos de protección efectivos, como gorros, prendas con filtro UV y lentes.

El uso de filtros solares para proteger la piel de posibles quemaduras solares también es una de las medidas imprescindibles si el menor se va a encontrar al aire libre.



Cubrir la piel de los niños con protector solar es una de las medidas más importantes frente a una ola de calor.

4. Planificar períodos de descanso

A menudo, el calor suele hacer que los niños, e incluso los padres, se sientan agobiados y cansados. Además, las altas temperaturas pueden provocar que las personas se tornen más irritables. Por esto mismo, es aconsejable buscar lugares con sombra para que los niños se refresquen, beban agua y descansen. De acuerdo con la National Weather Service, un índice de calor extremo o excesivo representa un riesgo significativo para la salud.

5. Mantenerlos frescos

Se recomiendan los baños fríos o los rocíos de agua sobre los niños para bajar su temperatura corporal. De hecho, la natación es una buena forma de refrescarse mientras se mantiene al pequeño en actividad.

6. No dejar a los niños dentro de los vehículos

De acuerdo con las recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría (AEPed), nunca se debe dejar a los niños dentro de un automóvil, ni en verano ni en invierno. El interior de los vehículos puede aumentar la temperatura en poco tiempo, aún con las ventanas abiertas. Además, los menores regulan el calor con menor efectividad respecto a los adultos y esto puede derivar en consecuencias severas.



7. Alimentarse de forma ligera

La hidratación también puede cubrirse por medio de la ingesta de agua y de alimentos tales como las verduras, las frutas (zumos naturales o piezas) y las hortalizas cocidas y frescas. Incluso, los tés fríos, los helados y los batidos son buenas opciones en esta época, ya que contribuyen a reponer las sales perdidas por el sudor.

Comer liviano ayuda a que las digestiones sean más sencillas y breves, lo que representa menor consumo del gasto cardíaco por parte de los órganos digestivos y menor producción de calor.

En los días de más calor lo ideal es que la alimentación sea ligera. Las frutas, como la sandía, contribuyen a mantener a los niños hidratados. También se recomienda el consumo de verduras y de jugos naturales frescos.

9. Evitar exponerse al sol en las horas centrales del día

Para prevenir la deshidratación o proteger a los niños de una ola de calor, lo más recomendable es evitar exponerlos al sol en las horas centrales del día, es decir, entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde. Por lo tanto, lo mejor es buscar un lugar fresco y sombreado, que podría ser, por ejemplo, abajo de un árbol o de una sombrilla.

10. Limitar el ejercicio físico

Se aconseja evitar que los niños realicen actividad física excesiva en las horas de calor más intenso. Se pueden reemplazar por ejercicios o juegos más tranquilos para evitar la deshidratación.

¿Cuándo acudir al pediatra de inmediato?

Ante algunos de los siguientes síntomas en los niños, la American Academy of Pediatrics recomienda actuar de inmediato y llamar al médico especialista:

  • Dolor de cabeza.
  • Temperatura corporal por encima de los 40 °C.
  • Sensación de desmayo y cansancio extremo.
  • Náuseas y vómitos.
  • Sed intensa.
  • Respiración acelerada o enlentecida respecto de la habitual.
  • Frecuencia de micción disminuida.
  • Espasmos o dolores musculares.
  • Entumecimiento u hormigueo de la superficie cutánea.

Los niños y la ola de calor

Si bien pueda parecer que una ola de calor puede impactar sobre los niños en forma leve, en ocasiones no es así. De hecho, podría afectar los músculos, los riñones, el cerebro y el corazón. Por esto, los menores deben encontrarse bien hidratados y protegidos para disfrutar al aire libre de los días de verano de forma segura y saludable.

Con los cuidados apropiados, tú y tus niños podrán sacarle provecho al verano sin correr riesgos.


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