Complicaciones del cordón umbilical: datos a considerar

Las complicaciones del cordón umbilical pueden provocar alteraciones leves o graves en el bebé. Por ello, su diagnóstico temprano y seguimiento es fundamental.
Complicaciones del cordón umbilical: datos a considerar

Escrito por Fernando Clementin

Última actualización: 21 noviembre, 2017

Es, junto con la placenta, el artífice de la alimentación y respiración del feto durante su gestación. Su importancia es innegable. Sin embargo, hay ciertas complicaciones del cordón umbilical que pueden presentarse y debemos estar atentos para prevenirlas a tiempo.

En primer lugar, establezcamos las funciones del cordón umbilical, a fin de dimensionar lo fundamental que resulta en el embarazo y la gestación. Es el encargado de transportar los nutrientes que la madre aporta al feto a través de la placenta, brinda sangre rica en oxígeno al feto en gestación y se encarga también de eliminar los residuos de estos dos procesos.

Además, hay otras tareas que podríamos denominar “secundarias” que tienen que ver con el desarrollo del sistema inmunológico y la prevención de patologías en el futuro a través del análisis de su sangre. Esta sangre, justamente, suele ser almacenada para utilizarse en tratamientos con células madre, dada la capacidad de las células del cordón para adaptarse a otros órganos.

“El cordón umbilical transporta nutrientes, sangre y elimina residuos. Su importancia en el desarrollo del feto es innegable”

Una vez detallada su función, podemos proceder a enumerar las complicaciones del cordón umbilical. Aunque son poco frecuentes, muchas pueden comprometer incluso la vida del bebé en formación.

Principales complicaciones del cordón umbilical

Arteria umbilical única

La AUU es una de las complicaciones del cordón umbilical más frecuentes. Consiste en la presencia de solo una arteria (deberían ser dos) y una vena en el interior del cordón. Se presenta en hasta el 1% de embarazos únicos y en hasta el 5% de los múltiples.

La artemia fetal es una de las complicaciones asociadas al cordón umbilical.

Puede ser el origen de malformaciones músculo-esqueléticas, renales, del tubo digestivo, cardíacas o cerebrales, entre otras. Se puede detectar a partir de la semana 22 de gestación.

Es recomendable llevar un seguimiento del proceso de gestación si se detecta AUU. Si solo se presenta este inconveniente y no genera complicaciones mayores, puede provocar también bajo peso del bebé al nacer o un parto pretérmino.

“La Arteria Umbilical Única es una de las complicaciones del cordón umbilical más frecuentes”

Prolapso del cordón umbilical

Ocurre cuando, una vez rota la bolsa de aguas, el cordón sobresale por el canal de parto antes que el bebé. No es demasiado frecuente, ya que sucede en uno de cada mil partos, pero supone un riesgo grande. Asimismo, el prolapso de cordón se da cuando este se encuentra delante de la cabeza del feto pero no asoma por la vagina y se produce sin necesidad de que la bolsa se rompa. El prolapso de cordón oculto, en tanto, ocurre cuando esto pasa no por delante, sino por otra parte de la presentación cefálica.

El prolapso también puede darse en la etapa final del embarazo. Esto puede ocasionar que el cordón sufra de compresiones leves que no afectan el flujo normal de sangre y nutrientes. En otras ocaciones, en cambio, la compresión es mayor y esto puede derivar en ciertos problemas, como cambios en el ritmo cardíaco o en la presión arterial o trastornos nutritivos.

En los casos más extremos, esto podría ocasionar un riesgo de daño cerebral o de hipoxia fetal, es decir la ausencia de oxígeno para el bebé. No obstante, no ocurre a menudo y es algo que los médicos controlan periódicamente.

Las causas pueden ser los movimientos del bebé en el útero o la compresión misma del cordón umbilical durante el parto. Otra razón podría ser la ruptura prematura de membranas pretérmino (RPMP).

Un factor muy importante en estos casos es la cantidad de tiempo que el cordón permaneció comprimido y con qué intensidad. De acuerdo a la American Pregnancy Association, si pasa durante un período prolongado, puede haber una disminución en el flujo de sangre y oxígeno que llega al cerebro del bebé.

“El prolapso se puede detectar mediante un doppler fetal o un ultrasonido”

En cuanto al tratamiento, en el caso de las compresiones leves, sobresalen dos. El primero consiste en introducir una solución salina en en útero antes del parto para aliviar la presión que puede llevar a la compresión. El segundo es aumentar el oxígeno en la madre para aumentar el flujo de sangre hacia el cordón. Si se da un prolapso más importante, como cuando el bebé se encuentra en posición cefálica, se debe recurrir a una cesárea para evitar que se quede sin oxígeno y peligre su vida.

Nudos en el cordón

Teniendo en cuenta que el cordón umbilical puede llegar a medir más de 56 centímetros, es probable que los movimientos del feto provoquen ciertos nudos en torno a sus manos, pies o cuello.

No es normal que esto obstruya el paso de oxígeno, pero puede ocurrir. En esos casos, los doctores prefieren recurrir a la cesárea para prevenir riesgos mayores.

El feto se desarrolla en el útero y recibe los nutrientes necesarios por medio del cordón umbilical.

Circular del cordón

Ocurre cuando el cordón envuelve el cuello del feto. Es considerada una de las mayores preocupaciones a la hora de pensar en complicaciones del cordón umbilical, pero suele resolverse sin daños severos. De hecho, se da entre el 20% y el 40% de los embarazos.

Es causado por los movimientos del bebé en el útero y se desactiva de modo muy simple: colocando el dedo entre el cuello y el cordón mientras el niño sale. Si está muy apretado y se tensa durante el nacimiento, el bebé es controlado constantemente para detectar cualquier problema. Si las alteraciones se agravan, se practica una cesárea.

Inserción velamentosa

Se da cuando el cordón se inserta en la placenta a través de la superficie de las membranas ovulares, es decir, entre el amnios y el corion. Sucede en el 1% de los casos, aunque es más común en embarazos múltiples.

Puede ser origen de otro trastorno denominado vasa previa, del bajo peso del bebé al nacer, de prematuridad o de ritmo cardíaco anormal.


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