¿Cómo fomentar la autonomía en un bebé?

Saber cómo fomentar la autonomía en un bebé es una forma de promover un desarrollo integral adecuado, pues la autosuficiencia genera autoconfianza. Te enseñamos cómo lograrlo.
¿Cómo fomentar la autonomía en un bebé?
Pedro González Núñez

Revisado y aprobado por el educador infantil Pedro González Núñez.

Última actualización: 27 julio, 2022

Fomentar la autonomía del bebé es un acto que hemos de potenciar, porque es muy importante criar niños capaces y autosuficientes. Y es que la independencia del niño es una condición fundamental para su adecuado desarrollo integral. Algunos la demuestran a edades muy tempranas, mientras que otros tardan un poco más. De cualquier manera, a medida que el bebé adquiere nuevas habilidades, busca ser cada día más autónomo y lograr sus metas por su propia cuenta.

Dicho esto, cuando los pequeños muestren el interés por la independencia y la autonomía, sus padres deben echarles una mano y alentarlos, pero nunca sobreprotegerlos ni inhibirlos de probarse a sí mismos. Esta actitud no es beneficiosa para los niños y además, entorpece el desarrollo natural de sus habilidades.

Ahora bien, también es importante ser cuidadosos y tener en claro qué aptitudes tiene el niño según su edad. Pues tampoco es cuestión de forzarlos a hacer algo para lo que no están preparados. La clave está en acompañar el desarrollo espontáneo de acuerdo a los intereses y a las necesidades de cada hijo.

Aprendamos a fomentar la autonomía en un bebé

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Fomentar la autonomía del bebé no significa dejarle hacer todo lo que quiera. Es muy bueno, por ejemplo, que camine descalzo, que experimente o que toque aquí o allá. Pero todas las acciones que realiza deben estar supervisadas por la mirada atenta de sus progenitores o de un adulto responsable.

La idea es que el niño se sienta libre en el entorno mientras descubre, pero que no se haga daño en el proceso. Además, es positivo que el cuidador observe y estudie la evolución y la conducta del menor en todo momento.

Existen momentos puntuales de la vida en los que los infantes muestran un especial interés por la independencia y en general, esto sucede a partir del año. Es decir, entre los 12 y los 18 meses, cuando empiezan a dar los primeros pasos por sí solos.

A partir de que el bebé comienza a andar, se amplían sus horizontes, se siente más autónomo y disfruta de experimentar y de poner a prueba sus capacidades.

¿Cómo podemos identificar que nuestro niño necesita mayor autonomía?

Toma nota de las siguientes señales que puede darte tu pequeño:

  • Muestra la necesidad de hacer las cosas por sí mismo.
  • Ya tiene un control aceptable de su cuerpo y busca desafiarse.
  • Quiere empezar con ciertas rutinas en solitario, como ponerse los zapatos, vestirse o lavarse las manos.
  • Cuando desea algo, trata de conseguirlo por sus propios medios. Por ejemplo, busca algo en la nevera o quiere ir al baño solo.
  • Controla sus esfínteres.
  • Se desplaza con libertad y soltura sin necesidad de ayuda.
  • Empieza a dibujar trazos lineales o hace garabatos.
  • Puede sacar y guardar sus juguetes.
  • Se mueve con cierta libertad en zonas más complejas, como las escaleras.
  • Agarra los cubiertos y los juguetes, quiere comer solo, imita a los padres cuando cocinan.
  • Relaciona a los juguetes con la vida social y amplía así su núcleo relacional. Es posible que lo escuches dialogar con sus muñecos tal como si fueran otros niños.
  • Se comunica de forma independiente con los demás.

Cómo fomentamos dicha autonomía

No podemos forzar al bebé a que sea autónomo, pero sí podemos animarle.

A lo largo del primer año de vida es complicado potenciar la autonomía, ya que el bebé está bastante limitado en diversos aspectos. Sin embargo, podemos ayudarlo a explorar su propio cuerpo y, según comience a desplazarse, motivarlo a a que conozca, a que toque, a que se mueva y a que descubra su entorno. Pero eso sí, siempre a partir de su propia iniciativa y bajo la adecuada supervisión.

Cuando el niño crezca y siempre de acuerdo a sus posibilidades, podremos animarle a que continúe con su aprendizaje libre: que toque, que manipule, que descubra, que se desplace de nuevas maneras, sin excesos ni imposiciones.

A medida que avance, podremos fomentar la higiene y el autocuidado personal. Especialmente, a partir del control de los esfínteres. En este momento, intentaremos que aprenda a lavarse las manos, a cepillarse los dientes y a bañarse y a vestirse cada vez con menos ayuda. Así mismo, a mantener el orden en su habitación y en los espacios comunes.

Finalmente, debemos considerar el fomento de la socialización del niño, tanto dentro de casa como fuera de ella. Para ello, debemos promover el agradecimiento, la empatía, la espera y la gestión de las emociones.

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Los niños autónomos son más seguros y felices

Ten muy presentes estas claves para fomentar la autonomía en un bebé. Así, logarás que tus pequeños sean más seguros de sí mismos, lo cual les permitirá creer en sus posibilidades y convertirse en adultos más felices y plenos.


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