Cómo desarrollar la resiliencia en los niños

La enfermedad, el rechazo social o el fracaso académico pueden afectar emocionalmente a los niños. Fomentar en ellos la resiliencia les ayudar a atravesar estas adversidades y a salir fortalecidos.
Cómo desarrollar la resiliencia en los niños
Elena Sanz Martín

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Última actualización: 10 junio, 2021

Aunque nos gustaría proteger a nuestros hijos de cualquier sufrimiento, a lo largo de su vida tendrán que enfrentar numerosos obstáculos y situaciones adversas. La forma en la que reaccionen a las mismas puede determinar si estas causarán un daño irreparable o les ayudarán a fortalecerse. Por esto, es sumamente importante desarrollar la resiliencia en los niños.

La resiliencia no solo implica salir adelante tras atravesar una vivencia complicada o dolorosa, sino también ser capaz de desarrollar recursos, habilidades y autoconfianza a raíz de este evento. Si no podemos evitar que los niños sufran, proporcionémosles los recursos psicológicos y emocionales para obtener de este dolor algo positivo.

¿Los niños pueden ser resilientes?

Por lo general, se piensa en la resiliencia como una capacidad adulta que se adquiere con los años y la madurez. Sin embargo, la infancia es un momento ideal para comenzar a desarrollarla.

Padre hablando con su hijo sobre resiliencia.

Es en sus primeros años cuando los niños aprenden modos de responder ante el medio y los acontecimientos; y esos aprendizajes se convierten en patrones perdurables que tienden a repetirse. Si desde un inicio les mostramos cómo manejar la frustración, el conflicto y la dificultad, les estaremos ahorrando sufrimiento en un futuro.

Claves para desarrollar la resiliencia en niños

La resiliencia se enseña principalmente desde el hogar, mediante el ejemplo de los adultos y las actuaciones cotidianas. Algunos de los principales aspectos que han de abordarse son los siguientes.

Establecer buenas relaciones interpersonales

Los niños que cuentan con una red de apoyo sólida son mucho más capaces de enfrentar y superar situaciones adversas. Obtener amor, consuelo y acompañamiento reduce el impacto emocional de una circunstancia desfavorable. Por ello, trata de fomentar los vínculos de tu hijo con otras personas relevantes, como familiares, amigos, compañeros… Las relaciones sociales son un gran factor de protección.

Buena comunicación asertiva

El desenlace de un conflicto depende muchas veces de la forma de abordarlo. Así, si un niño ha desarrollado una buena capacidad comunicativa, podrá hacer frente a desacuerdos y negociaciones de una forma más saludable. Por tanto, enséñale a expresarse de un modo respetuoso, pero claro, que le permita poner límites cuando sea necesario.

Ayudar a los demás

Al enfrentar obstáculos o eventos dolorosos, los niños pueden sentirse impotentes, poco válidos e incapaces de marcar la diferencia con sus actos.

Es por esto que ayudar a los demás puede servirles para desarrollar la confianza en sí mismos, para sentirse útiles y capaces. Anima a tu hijo a ser empático y compasivo con el sufrimiento ajeno, a ofrecer escucha, consuelo y apoyo a quienes lo necesitan; de este modo, también sabrá ayudarse y dejarse ayudar cuando sea él quien lo requiera.

Aprender a cuidarse a sí mismo

El autocuidado del cuerpo y de la mente es fundamental para lograr salir fortalecido de cualquier trauma o contratiempo. Por lo mismo, ayudar a los niños a establecer hábitos y rutinas saludables resulta muy positivo. Mantener una alimentación equilibrada, practicar ejercicio físico con regularidad, expresar sus emociones y aprender a regularlas mediante la respiración y otras técnicas sencillas son valiosos recursos que han de poseer desde la infancia.

Trabajar la autoestima para desarrollar la resiliencia en los niños

Experimentar un fracaso o un evento doloroso puede llevar a un niño a pensar que él, como persona, es insuficiente y que lo ocurrido es culpa suya. De este modo, es necesario que cuente con una autoestima sólida y saludable, que le permita recordar que su valor es incuestionable y que puede seguir adelante a pesar de lo acontecido.

El cambio es parte de la vida

Madre ayudando a su hija a desarrollar la resiliencia.

Ser resiliente es aceptar que el cambio forma parte de la vida y aprovecharlo como un motor para mejorar a nivel personal. Un mismo evento puede interpretarse como una crisis o como una oportunidad; y aquellas personas que fluyen con el cambio en lugar de resistirse a él son las que logran evitar o reducir el sufrimiento. Ayuda a tu hijo a abrazar el cambio en lugar de a temerlo.

Potenciar los pensamientos positivos para desarrollar la resiliencia

Cuando se enfrenta una adversidad es común caer en el pesimismo, retroalimentando las emociones negativas. Por ello, es importante fomentar el pensamiento positivo en los niños. Esto les ayudará a identificar aquellos aspectos de su vida que sí funcionan y las oportunidades y recursos con los que cuentan para salir adelante. Además, les ayudará a mirar el porvenir con la esperanza de que todo puede mejorar.

En suma, desarrollar la resiliencia en los niños les ayuda a enfrentar la frustración, el conflicto y la adversidad. Las dificultades académicas, el rechazo social, la enfermedad o los problemas familiares pueden ser fuente de estrés y sufrimiento emocional. Sin embargo, un niño resiliente logrará atravesar estos eventos adquiriendo un aprendizaje y saliendo fortalecido de la experiencia.


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