¿Cómo afecta a los niños que sus padres no sean un equipo en su educación?

Los padres tenemos que ser un equipo en la educación de nuestros hijos si queremos que crezcan felices, seguros y confiados. Es importante trabajar de forma conjunta para conseguir una crianza óptima.
¿Cómo afecta a los niños que sus padres no sean un equipo en su educación?
Mara Amor López

Escrito y verificado por la psicóloga Mara Amor López.

Última actualización: 15 noviembre, 2020

Los padres somos los modelos de nuestros hijos y las relaciones que estos tengan en la infancia van a determinar la forma de relacionarse con los demás durante toda su vida. A los más pequeños les afecta que sus padres no sean un equipo en su educación, puesto que para ellos son sus referentes emocionales.

Con las relaciones de los niños con sus padres, ellos aprenden a comunicarse, a escuchar, a interpretar emociones en los rostros, compartir y comprender la comunicación no verbal. Los papás tienen que formar un equipo en la educación de los hijos; si cada uno va por un lado, acabará afectando al niño y produciéndole un daño psicológico que podemos evitar si se es un equipo.

Padres formando un equipo para dales la mejor educación a sus hijos.

¿Cómo les afecta a los niños que sus padres no sean un equipo en su educación?

Como todos sabemos, los niños son como esponjas y “absorben” lo que ven en sus modelos, que somos los padres o sus principales cuidadores. Si nos comportamos con incoherencia, fluctuamos en nuestras decisiones, discutimos, no estamos de acuerdo en la forma de educar a nuestro hijo y, además, tenemos estilos educativos diferentes, esto acabará afectando a nuestros hijos.

En este sentido, los pequeños no tendrán un modelo equilibrado que integrar, lo que implicará una falta de seguridad en sí mismos.

Cuando ambos progenitores estamos en desacuerdo y discutimos por las diferentes formas de educar a nuestro hijo, no estamos atendiendo las necesidades del pequeño. Por esta razón, no se sentirá ni seguro ni protegido.

Así, pueden surgir distintas formas de expresar cómo les afecta a los niños que sus padres no sean un equipo en su educación:

  • Sentimientos de soledad y angustia.
  • Alta frustración.
  • Confusión.
  • Se verán afectados todos los ámbitos de la vida del niño: colegio, amigos, resto de familiares, etc.
  • Baja autoestima.
  • Falta de autoconfianza.
  • Poca o ninguna seguridad en sí mismos.

Por esta razón, los padres debemos formar equipo en la educación de nuestros hijos, una educación coherente en la que hagamos piña y vayamos juntos en la misma dirección. Esto hará que nuestro pequeño crezca feliz y sano.

Los padres debemos tomar decisiones juntos y tener siempre en cuenta las necesidades de nuestros hijos. Recuerda que todos estamos en un proceso de aprendizaje y que equivocarse forma parte de él.

¿Cómo los padres pueden hacer un equipo en la educación de sus hijos?

A continuación, vamos a ver algunos consejos que hay que tener en cuenta para que los padres eduquemos a nuestros hijos formando un equipo y yendo ambos en la misma dirección para su educación. ¿Cómo podemos hacer esto?

Buscar momentos para divertirnos en familia

Si se buscan momentos para divertirse en familia, podremos reforzar la coherencia en aspectos más lúdicos de la educación de nuestro hijo.

Discutir con la idea de resolver los problemas siempre que no esté presente el niño

Las discusiones nos servirán para planificar, tomar decisiones para dar respuesta a las necesidades del pequeño y, además, nos darán la oportunidad de conocernos mejor. Estas conversaciones nos facilitarán el hecho de poner en común los distintos argumentos de cada uno para la educación de nuestro niño y, así, llegar a un acuerdo entre ambos.

No debemos corregir al otro

No hay una verdad absoluta ni hay que obligar a la otra persona a hacer las cosas como uno piensa o como lo hacían sus padres. Tenemos que ponernos de acuerdo y poner nuestro propio plan para la crianza de nuestro pequeño.

No hay que buscar la manera perfecta de educar

Lo que tenemos que hacer es educar de la mejor manera posible, siempre en equipo, hacia una misma dirección, que es la educación de nuestro hijo. Revisaremos si nos hemos equivocado en algo y lo intentaremos corregir.

Padres jugando con su hija sentados en el suelo.

Establecernos unos límites

Tenemos que dejar claro cuáles serán las acciones no admisibles por el otro y qué barreras no podemos traspasar en lo que a la educación de nuestro pequeño se refiere.

Evitar el típico “poli malo, poli bueno”

Nuestro hijo nos tiene que ver como un equipo, no como partes individuales de las que puede conseguir cosas por separado. Si uno de nosotros consiente y el otro es el que establece las normas, al final se estará produciendo una brecha entre nosotros y contribuiremos a la idea en nuestro pequeño de que uno es el bueno y el otro el malo.

Si los padres no son un equipo en la educación de sus hijos…

En definitiva, ya hemos visto cómo afecta a los niños que sus padres no sean un equipo en su educación y algunos consejos para que ambos progenitores vayan en una misma dirección en cuanto a la crianza del pequeño. Hay que tratar de ponernos en el lugar de los pequeños y darnos cuenta de que somos su ejemplo.

Nosotros somos sus modelos y, a través de nosotros, aprenderán a relacionarse con los demás y sabrán negociar dependiendo de si esta herramienta la han visto reflejada en sus papás. De ahí la importancia de que formemos un equipo y el amor esté por encima de cualquier otra cuestión.


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  • Siegel, D. J., Payne, T. (2012). El cerebro del niño. Alba.
  • Valdés Cuervo, Á. A., Urías Murrieta, M. (2011). Creencias de padres y madres acerca de la participación en la educación de sus hijos. Perfiles educativos, 33(134), 99-114.

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