Carta de amor a una madre

Carta de amor a una madre
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 15 abril, 2020

Mi madre es la persona a quien más amo en el mundo. Y esta sentencia, aunque se trata de un sentimiento más que confeso, no es sencilla de pronunciar, sobre todo porque las relaciones con las madres suelen estar inmersas en miles de situaciones complicadas, y la mía no es la excepción; pero aun así, y con el corazón en la mano, lo digo: Mamá, te amo, te amo como a nadie en el mundo.

Pocos aromas evocan tantas sensaciones en mí como tu perfume, mamá. Es probable que no lo sepas, pero para mí no existe un olor más dulce y más fresco que el tuyo. No importa que apenas hayas salido de la ducha y no te hayas puesto ningún producto perfumado encima.

No se trata del perfume, aunque los que eliges, debo decirlo, siempre me resultan agradables; pero hablo de otro tipo se sensaciones que no logran evoca ni el perfume más exclusivo del mundo, se trata de tu olor madre, pues no hay otro aroma en el mundo que me haga sentir tan segura como el tuyo.

Hace siglos que dejé de dormir contigo, incluso hace años ya que vivimos en casas diferentes, sin embargo de vez en cuando procuro conversar contigo en la intimidad de tu alcoba, donde aún me permites recostarme un rato, como cuando era niña.

Recuerdo que durante mi infancia, cuando salías a trabajar y yo me quedaba en casa extrañándote, me recostaba sobre tu cama y ponía mi cabeza sobre tu almohada para poder oler el perfume que quedaba impregnado sobre la funda. Solo eso me bastaba para quedarme dormida y dejar de extrañarte, solo eso me bastaba para sentirme cerca de ti donde siempre estoy segura.

madre-hija-abrazadas

Estar cerca de ti es un lujo, madre

Ahora, como nuestras las circunstancias de vida han cambiado, dormir en tu cama es un lujo que la vida me regala en muy pocas ocasiones, sin embargo cuando te visito o me visitas, procuro abrazarte tan fuerte como puedo para poder sentir tu aroma y tu reconfortante calor de madre.

Otras veces, me permito recostarme junto a ti por unos minutos y en ocasiones eso basta para sentirme mejor. No importa lo abatida, conmovida, decepcionada, cansada o molesta que esté, tumbarme en silencio a tu lado por al menos cinco minutos me hace recobrar las energías de una manera casi mágica.

A veces no hace falta que yo hable o que tu hables para expresar nuestro amor, y siendo honesta, nuestras mejores palabras de amor no han sido pronunciadas por nuestros labios, nuestras mejores palabras de amor han sido expresadas por actos.

Y es frente a los actos que a veces me quedo corta, madre. Cuando hago memoria de todo lo que has hecho por mí, me maravillo miles de veces. No hay nada en lo que hayas faltado, no hay un solo día en el que no te hayas esforzado por hacerme feliz y lo más grandioso es que aún veo que pese a que me diste todo, a que soy lo que soy gracias a tu ayuda y a tus esfuerzos jamás te cansar de dar, de profesarme tu amor en cada acto.

madres-e-hijas

Gracias a ti soy quien soy

Nuestra historia ha sido un carrusel de emociones, ha pasado por muchas subidas y bajadas, y a veces aún parece que nos faltan muchas emociones que recorrer, aunque desde luego los años han hecho que los cambios sean menos bruscos ahora.

A estas alturas ambas sabemos que somos dos mujeres fuertes y decididas que a veces suelen tener ideas diferentes sobre un mismo punto, pero por más disímiles que sean nuestros conceptos sobre una situación, persona o cosa, no hay nada ni nadie en el mundo que pueda fracturar nuestro amor, aunque a veces las diferencias de nuestros puntos de vista nos hagan discutir con fuerza.

No hay nada que pueda que pueda resquebrajar mi amor por ti, nada ni nadie, ni siquiera nosotras mismas; al contrario todos los días me doy cuenta de los enormes sacrificios que hiciste para hacer de mí la mujer que soy, para celebrar cada cumpleaños, para cuidar cada fiebre, para lavar cada vestido, para planchar cada camisa.

Cada día que pasa, madre mía, te amo más, porque ahora que me he convertido en madre es cuando comprendo la dimensión de tu amor, ahora más que nunca valoro cada uno de tus actos y cada una de tus palabras, porque aunque seamos muy distintas, sé que cada acto tuyo está inspirado en lo que sientes por mí y tu inspiración es la más pura de este mundo, tu inspiración es el amor de una madre.

Te amo mamá y gracias todo, gracias por tanto.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Bowlby, J. (1986). Vínculos afectivos: formación, desarrollo y pérdida. Madrid: Morata.
  • Bowlby, J. (1995). Teoría del apego. Lebovici, Weil-HalpernF.
  • Garrido-Rojas, L. (2006). Apego, emoción y regulación emocional. Implicaciones para la salud. Revista latinoamericana de psicología, 38(3), 493-507. https://www.redalyc.org/pdf/805/80538304.pdf
  • Marrone, M., Diamond, N., Juri, L., & Bleichmar, H. (2001). La teoría del apego: un enfoque actual. Madrid: Psimática.
  • Moneta, M. (2003). El Apego. Aspectos clínicos y psicobiológicos de la díada madre-hijo. Santiago: Cuatro Vientos.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.