7 formas de conectar con tu hijo

7 formas de conectar con tu hijo
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 marzo, 2020

Para conectar con tu hijo necesitas tiempo. Toda vez que lo encuentras entonces te es fácil dedicárselo por entero. Se dice que no todos los padres saben conectar con sus hijos porque además de tiempo hace falta entusiasmo para hacer lo que a los niños les interesa. También hay quien considera que el tiempo y el entusiasmo se quedan cortos cuando se desea fomentar lazos de amistad y apego entre las partes, por eso, el amor tampoco debe faltar si se tienen los restantes “ingredientes” para fabricar el padre que todos los hijos sueñan.


Mamá, en el presente post te hablaremos sobre algunas de las muchas formas que tienes para conectar con tu hijo.

Sé su héroe

Convertirte en el héroe de tu hijo, te lo aseguramos las madres de Eres Mamá, te va a ser invencible en cuanto a preferencia se refiere. Su admiración será tan grande que no pocas veces querrá más estar a tu lado que en el cálido regazo de su progenitora. Claro que esto no vas a lograrlo con solo desear que se haga realidad como sucede en las películas de ficción; para ser el héroe de tu hijo tienes que esforzarte a diario.

Sé su cómplice

Cuando nos referimos a que seas el cómplice de tu niño hacemos alusión a que debes seguirlo en sus hazañas. Asiste a sus juegos de béisbol, acompáñalo a hacer acampadas, cojan el pastel de la abuela y vayan a comérselo juntos debajo de la cama sin que nadie pueda verlos… Guarda sus secretos y jamás traiciones su confianza. Ser su cómplice, ante sus ojos, va a convertirte en el compañero más fiel que puede encontrar.

conectar con tu hijo

Sé su apoyo

Tu hijo, como niño al fin, precisa de un hombro fuerte que lo sostenga cada vez que necesite recostarse a llorar, de unas manos que lo empujen hacia adelante cuando quiera detenerse, de un oído que lo escuche y una voz que lo aconseje ¿Quién sino tú para apoyarlo? El niño que tienes en casa precisa que te sientes junto a él a ayudarle a resolver sus problemas, esclarecer sus dudas, responder todas las preguntas que le surjan.

Sé su guía

Seguramente ser la guía de tu hijo te es complicado. En tu propósito siempre te confundes, porque nadie te enseñó cómo mostrarle las bondades del mundo sin interferir en su elección. Pero ahora que estás haciendo todo por convertirte en su guía estás aprendiendo que “educar no es imponer un camino, es enseñar a caminar” y lo estás logrando. Con tus consejos le muestras todas las oportunidades que el universo tiene para brindarle, pero le das la suficiente libertad para que él las elija por sí solo.

Sé su compañero en las diversiones

¿Alguna vez te has visto la cara de felicidad que pones cuando juegas con tu hijo? ¿Alguna vez te has detenido a mirársela a él? Tanto tú como tu niño se sienten sumamente dichosos cuando comparten el juego. Entonces no se limiten en dedicar todo el tiempo y el entusiasmo que puedan en divertirse. Aprovecha la oportunidad para enseñarle tus juegos y juguetes de infancia: el trompo, el tirachinas, el juego del escondite, el limbo… pídele también que te enseñe a jugar los suyos, esos videojuegos que tanto lo atrapan.

padres saben conectar con sus hijos

Sé su maestro

Transmítele a tu niño todos tus conocimientos: enséñale sobre arreglos domésticos, las tareas que sabes desempeñar dentro de casa, a reparar el auto…, incúlcale la importancia de ser creativo en cada uno de sus proyectos. Acompáñalo a hacer sus deberes escolares y no pierdas de vista su educación formal. La familia, la casa son la mejor escuela en las que el niño va a aprender sobre buenos modales en la mesa, el uso de una correcta expresión verbal, inteligencia corporal…, entre muchas otras.

Sé el papá que busca refugio en los brazos de su hijo

Aunque todos sepan que son los adultos quienes cobijan a los niños, no hay nada como revertir la acción. Haz la prueba. Pídele a tu hijo que te cargue (aunque seas tú quien sostengas tu propio peso) y te acaricie. Siéntense en el suelo y apoya tu cabeza sobre sus piernitas.

Si durante su crecimiento lo enseñaste a ser cariñoso, en este momento comprobarás el resultado de tu enseñanza. Serás retribuido con todo el cariño que tiene para brindarte y verás lo bien que se siente cuando es él quien te da su afecto.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.