7 Claves para limitar al niño sin necesidad de castigo

7 Claves para limitar al niño sin necesidad de castigo
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Última actualización: 04 abril, 2020

La educación de nuestros hijos es una cuestión que a todos los padres nos preocupa. Debemos evitar siempre el castigo como método de educación, pues este provoca inseguridad en el niño y daños en su autoestima.

Además, con gritos y castigo solo conseguimos que nos obedezcan por miedo, no porque entiendan que han hecho algo mal. Tenemos que tener en cuenta que cuando levantamos la voz no inspiramos respeto, sino temor. Estamos diciéndoles a nuestros hijos que para conseguir algo hay que hablar alto y airado. Al final, ellos acabarán gritándote a ti, cuando tengan más edad.

¿Existe algún método que sea eficaz para educar sin castigo? La respuesta es sí, y además no hay solo uno efectivo, sino que hay muchos. Aquí hablaremos de la importancia de establecer límites y normas para la educación de nuestros hijos.

El establecimiento de unos límites que regulen su comportamiento resulta primordial. Muchas personas piensan que con los limites, estamos “limitando” a nuestros hijos. Pero la palabra no tiene nada que ver con la limitación y sí con la protección.

Es importante limitar al niño sin castigar, esto le ayudará a tener confianza en sí mismo y fortalecerá su autoestima. Gracias a ello aprenderá a diferenciar lo que está bien de lo que está mal.

A continuación vamos a ver las claves a tener en cuenta para enseñar a nuestros hijos de manera positiva, sin castigos ni gritos.

Claves para limitar sin castigo

Utiliza la empatía a la hora de establecer las normas

disciplinahijos

Si nos ponemos en su lugar, conseguiremos que el niño se sienta comprendido y tendrá una mayor predisposición para aceptar los límites que hemos establecido. Por ejemplo: “Entiendo que estés enfadado, pero no voy a permitir que le pegues a tu hermano”. O bien “Debes pedirle perdón ahora o cuando estés más calmado, como prefieras”.

Los límites tienen que ser coherentes, claros y concisos

Es decir, si decimos a nuestro hijo que se acueste a las diez de la noche, así tiene que ser, excepto que haya algo relevante como un evento y entonces podríamos ser flexibles.

Estos también tienen que ser claros, por ejemplo: “Recoge todos los juguetes que hay desordenados por la habitación, así mañana podrás volver a jugar”.

Fijar las consecuencias que traerá consigo el no cumplir la norma o límite

Siempre que establezcamos una norma o límite, debemos dejar clara la consecuencia que traerá si no se cumple con ella. Además, tiene que ser proporcional a la gravedad de la conducta. Por ejemplo: “No podrás jugar, mientras no recojas tu habitación”.

Procurar pactar las normas con los hijos, admitiendo modificarlas si aportan motivos razonables

Se deben escuchar los argumentos de los hijos sobre las normas y estar abiertos a modificarlas si aportan razones suficientes para hacerlo. Para ellos será más fácil aceptarlas si han contribuido a establecerlas.

Regula tus propias emociones

madre dialogando con su hijo para disciplinarlo

Ten en cuenta que los padres son los modelos a seguir de los hijos. Si ante una conducta desagradable respondemos con ira y perdiendo los nervios, le estamos diciendo que es así como tiene que responder ante una situación desagradable en el futuro. Si los progenitores regulamos nuestras emociones, los niños también aprenderán a regular las suyas. Los chicos que saben hacerlo tienen menos conductas negativas.

Antes de corregir, debemos conectar con nuestro hijo

Si queremos que nuestro hijo escuche y entienda nuestras explicaciones, es necesario que confíe en nosotros y sepa que respetamos sus sentimientos. Es importante que lo guíes con cariño corrigiendo su conducta mientras entiende sus propias emociones y consecuencias de sus actos.

No utilices el “no” siempre

Aunque a veces sea necesario decirlo, intenta reducir las veces que lo haces. Puesto que si lo dices con frecuencia confundirás al pequeño porque no sabe lo que se espera de él. Utilizar “haz” en lugar de “no hagas”, pues es mejor plantear las reglas de forma positiva. Por ejemplo: “Pon los juguetes encima de la mesa” en vez de “no tires los juguetes al suelo”.

Ya sabes algunas claves para educar a tu hijo sin necesidad de castigarlo. Ahora solo tienes que ponerlas en marcha. Y recuerda que desde pequeños tienen que saber que no se puede hacer lo que deseen siempre, sino que deben respetar las normas que sus padres establecieron. Con esto permitiremos que crezcan en libertad y aprendan a tomar decisiones a lo largo de su vida en el momento correcto.


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