Tipos de violencia psicológica que afectan a los niños
Cuando hablamos de maltrato, no solo existe el físico, sino que el psicológico también afecta y destruye a los niños. La violencia psicológica ocurre de manera sutil, ya que casi no se nota, pero se expande y llega hasta el alma de los más pequeños. Se trata de una severidad cruel que aparece casi de forma normalizada, en muchas ocasiones, a través de humillaciones, gritos e indiferencia.
La violencia psicológica
El maltrato psicológico también se conoce como abuso psicológico o emocional. Cuando esto ocurre se pone en ridículo, se intimida, se insulta, se humilla o se rechaza a un niño. Desgraciadamente, esto es más frecuente de lo que te puedas imaginar. Estas actitudes suelen provenir de los padres hacia los hijos y les pueden causar problemas de autoestima, inseguridad y violencia.
Síntomas en los niños
Existen síntomas que se deben tener en cuenta para identificar si un niño padece de violencia psicológica:
- Problemas en la escuela.
- Problemas académicos.
- Baja autoestima.
- Problemas de alimentación.
- Depresión.
- Ansiedad.
- Comportamiento inadecuado.
- Agresividad hacia uno mismo o hacia los demás.
- Búsqueda de aprobación sin importar cómo.
- Problemas de sueño.
- Descuido físico.
Actitudes violentas de padres a hijos
Existen algunas actitudes que se pueden considerar violentas y que destruyen a los hijos poco a poco. A veces, pueden ser comportamientos sutiles y que los padres ni siquiera se den cuenta de que los ejercen. En ocasiones, tampoco son conscientes de cómo puede afectar a sus hijos tanto a corto como a largo plazo. Por eso es tan importante prestar atención y no caer en este problema.
Nunca se debe utilizar este tipo de violencia con los hijos, porque no se lo merecen. El daño más destructivo hacia un niño es cuando ese maltrato se forma lentamente. Es decir, cuando crece con detalles, momentos y heridas emocionales que parecen no tener importancia, pero que duelen más que cualquier golpe.
3 tipos de violencia psicológica que destruyen a los niños
A continuación, vamos a mostrarte 3 tipos de maltrato psicológico que destruyen a los niños y que nunca se deben aplicar bajo ninguna circunstancia. Si lo haces, deberás buscar ayuda profesional cuanto antes, porque eres destructivo con tus hijos.
1. Humillación
Si humillas a tu hijo, el pequeño se sentirá miserable. Y lo peor es que se creerá las palabras crueles que le dices. Por ejemplo, si le criticas constantemente, le insultas, le acusas falsamente o tienes comentarios despectivos hacia su persona, todo esto es humillación. Esta se ejerce tanto en público como en el ámbito privado. Para no humillar a tu hijo, debes tener en cuenta lo siguiente:
- Piensa lo que dices antes de hacerlo.
- Deja de hacer comentarios hirientes hacia él.
- Nunca le compares.
- Deja de criticarle.
- Comienza a ver las cosas buenas que hace.
- Conviértete en un buen ejemplo y deja de ser su verdugo.
2. Poner en duda la salud psicológica del niño
Estamos ante adultos que piensan que sus hijos tienen un problema mental o de comportamiento, cuando en realidad no es cierto. Pero la creencia del adulto hace que le trate de esta manera y genere ansiedad y confusión al niño. Si, por ejemplo, un adulto piensa que el chico es hiperactivo cuando no lo es, solo porque no sabe llevar una crianza, le tratarán de esa manera. Y, quizás, en realidad el niño solo es nervioso.
Muchas veces, los padres le hacemos creer a los niños que tienen un problema cuando no es así en absoluto. Para evitar que esto ocurra, es fundamental que valores cómo es tu crianza y que cambies aquello que no funciona. Muchas veces, el inconveniente reside en cómo reaccionan los adultos y en un método de crianza y disciplina ineficaz.
3. Aislamiento social
Estos padres rozan la sobreprotección tóxica y escogen todo por sus hijos. De esa manera también deciden cuándo salen y cuándo no, con quién lo hacen y cuándo pueden ver a sus amigos y familiares. Así, prohíben el contacto con otras personas para que dependan exclusivamente de ellos, por lo que les roban la autonomía, la libertad y el contacto con el mundo. Estos menores viven en un mundo que no existe, es decir, en una realidad fabricada por sus padres.
Cuidar las palabras y los impulsos
Estos son solo tres ejemplos, pero desgraciadamente hay mucho más: los gritos, el silencio, los golpes, las miradas crueles. Todo eso hace mucho más daño que los golpes en algunas ocasiones. Por eso, hay que ser conscientes de que, como padres, debemos cuidar mucho las palabras y los impulsos. También, es necesario controlar la ira y buscar ayuda profesional en caso de que sea necesario.
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- Toro Trallero, J. (2021) Estrés, maltrato infantil y psicopatología. Editorial: Pirámide