Mis deseos y regalos para garantizarte una infancia feliz

El amor que tengo reservado para ti en mi corazón es tan infinito como mis deseos y regalos para brindarte una infancia feliz.
Mis deseos y regalos para garantizarte una infancia feliz
Ana Couñago

Revisado y aprobado por la psicóloga Ana Couñago.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 28 abril, 2020

Como madre solo deseo fervientemente que disfrutes de una infancia feliz. Busco garantizarte a cada instante los más gratos momentos y todo mi cariño. Además, hijo mío, guardo en mi corazón una serie de deseos y regalos desde el día que supe de tu existencia.

Mis deseos y regalos de este bello presente son las mejores inversiones para construir tu futuro. Es todo aquello que puedo ofrecerte, y que con mi ejemplo deberías tomarlo para tu propia vida. Por el amor que te tengo desde que te conocí, es demasiado lo que puedo brindarte.

No hay mayor riqueza que el legado que a fuerza de los años iremos construyendo. Tampoco existe herencia más valiosa que el amor y los valores que deseo inculcarte. Mi amor, estos son los deseos y regalos que desde mi interior naturalmente pondré en tus manos velando siempre por tu alegría y plenitud.

Deseos y regalos que surgen de mi interior

Entre los deseos y regalos que pienso obsequiarte se encuentra la ilusión y la esperanza. Aquellas que me acompañan desde el momento en que ese test anunciaba la llegada del amor de mi vida. Hoy ofrezco la esperanza para tu mejor mañana, y la ilusión de disfrutar cada día de la vida juntos.

Te regalo, la ilusión de aprender todo aquello que tanta curiosidad te causa en este mundo loco que nos rodea. Te doy mi pasión por disfrutar de cada avance y aprendizaje tuyo. Mi sonrisa ante cada logro, o ante cada fracaso que nos ayude a aprender y comprender.

Queda en tus manos mi más infinita y eterna paciencia, aquella que creía inexistente antes de que irrumpieras en mis días. Paciencia para luchar con todo aquello que no sale como a veces planeamos. Paciencia que surge del más profundo y sentido amor puro.

Mi paciencia será la encargada de sortear esos momentos de crisis y llantos. La madrina de todo desorden y complicación. Nuestra aliada en aquellas ocasiones en las cuales deba repetirte hasta el hartazgo las cosas que no puedes o no quieres comprender.

Te entrego mi esfuerzo y dedicación, serán todo tuyos. Solo pido que cubras mi alma con tu pureza, y yo prometo entregarte todo mi cariño y afecto. No habrá nada más gratificante que ello. Verte crecer equivale a ver el más asombroso milagro de la vida.

Deseos y regalos mágicos que son solo tuyos

Deseo que nunca dejes de alimentar esa magnífica y sorprendente imaginación. Que la fantasía te acompañe cada día de tu vida para que no duela tanto la realidad. Será acaso nuestra imaginación la que nos salve de la rutina y de todo obstáculo.

Entre mis deseos y regalos para garantizarte una infancia feliz se encuentra necesariamente la imaginación. Pues solo ella permitirá que cada día de nuestras vidas innovemos y nos reinventemos. ¡A crear nuevos mundos, a arrebatar sueños y a luchar por lo imposible mi pequeño sol!

Anhelo que conserves esa magia que tiñe tu alma con un halo de luz. Nunca pierdas la simpleza y sencillez, la inocencia y la frescura que te convierte sin más en un ser único e irrepetible. Eres especial porque eres magia y, como tal, iluminas cada lugar donde te encuentras.

Jamás debes perder la curiosidad y esa inmensa capacidad de aprender. Que nadie crea saciar esa sed de saber y conocer que hoy te invade. Pues solo así ganarás una sabiduría infinita, pero fundamentalmente posibilitarás que los demás se nutran con tu sola existencia.

Hijo mío, en suma, cada uno de los deseos y regalos que pongo en tus manos buscan que tengas una infancia y una vida feliz. Recuerda siempre que eres el protagonista de tu propia historia, nuestra bella historia compartida. Amo ser tu mamá y, por tanto, todo esto pondré en tus manos porque siempre querré lo mejor para ti.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.